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jueves, abril 25, 2024

El Papa en la tierra de Abraham, el padre de las tres religiones monoteístas

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Francisco visita un país donde el cristianismo es minoría: Irak. Desde la invasión de EEUU en 2003, la religión impulsada por Jesús redujo su presencia en más del 80 por ciento. Y donde las persecuciones y crucifixiones no se detienen

¿Resiste? Muchos predicen que el cristianismo no sobrevivirá mucho tiempo en los países de Oriente medio. (captura)

Francisco es un Papa singular. No ha visitado aún su tierra natal (y aparentemente no piensa hacerlo de ninguna manera) y ha decidido recorrer el mundo a contrapaso: suele ir a donde el cristianismo (ni siquiera el catolicismo) es minoría.

Ha estado en sus ocho años de pontificado en lugares tan distantes como distintos a la raíz cristiana de la Iglesia a la que representa: Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Japón, Tailandia y ahora, Irak.

Lo notable de este país es que posee la región de Ur donde se cree nació Abraham, el padre de las tres religiones monoteístas del mundo: Judaísmo, Cristianismo e Islamismo.

La ciudad de Ur, donde viviera Abraham, el profeta que dio origen a las tres religiones monoteístas más grandes (captura TV)

Para hacer números gruesos: Abraham vivió unos 1950 años antes de Cristo. Allí nació la religión Judía. Con Jesús (año cero) llegó el Cristianismo y unos 700 años después, llega el Islam a través de Mahoma.

A comienzos del milenio, Irak era gobernado por Saddam Husseim y luego de los atentados ocurridos en Estados Unidos (septiembre de 2001), el país fue atacado y devastado.

Una de las terribles consecuencias adicionales de esta acción de la presencia de fuerzas extranjeras en Irak es la virtual desaparición de los cristianos. Así, desde la invasión de EE.UU. a Irak en 2003 y hasta 2019, la comunidad cristiana iraquí se redujo en un 83%. Era un grupo humano de 1,5 millón de personas. De esos, apenas quedan 250 mil personas. El resto, huyó a Europa, Estados Unidos o fueron desplazados por los islamitas.

Ciudades destruidas. El Papa hizo un llamamiento junto al Ayatola Sismani para que las religiones se junten (Captura),

Esta es la tierra que visita el Papa.    

Oriente Medio, una tierra peligrosa

El cristianismo ha sabido de persecuciones, torturas, genocidios y muertes. Pero lo que ocurre en la región donde comenzara a existir es preocupante.
El escritor y médico argentino Marcos Aguinis lo ha detallado con precisión.

“En Arabia Saudita está prohibido construir una iglesia o exhibir una cruz o una Biblia, pese a que ese país construye mezquitas suntuosas por doquier e integra organizaciones de carácter ecuménico”, ejemplificó en una charla de 2017.

“Los católicos están desapareciendo de Irán. No cesan de disminuir los maronitas en el Líbano, donde eran la mitad de su población. Ya casi no quedan en Siria”, resumió.

El Papa en la catedral de Bagdad. Los cristianos eran 1,5 millón antes de 2003. Hoy son apenas 250 mil (foto: captura).

La propia nación que ahora visita Francisco ingresa en la ominosa lista. “En Irak, como si aún fuera insuficiente, los fanáticos musulmanes no se conforman con matar, sino que someten sus prisioneros al suplicio de la crucifixión. ¡En pleno siglo XXI! ¿Me han escuchado bien? ¡Crucifixión! Abundan fotografías de mártires cristianos atados con alambres en elevadas cruces de madera, a quienes se escupe y cruza a latigazos”.

Y también un país africano entró en esta modalidad, según describió el médico cordobés, autor de El atroz encanto de ser argentino.

“Las matanzas ocurridas en Sudán a lo largo de muchos años por hordas que irrumpían en las aldeas cristianas conforman una muestra del más extremo horror. Ni hablar sobre el genocidio de Darfur, que parece haber ocurrido en la prehistoria. Sudán y otros países que persiguen cristianos, oprimen a la mujer y discriminan a sus minorías religiosas, pero siguen formando parte de las Naciones Unidas y de la Unesco”.

Volver a empezar, en paz

La presencia cristiana en Irak se remonta casi a la misma aparición de esta religión en la historia: de hecho, son muchas más las localidades y los lugares nombrados en la Biblia que están ubicados en este país los que se ubican en la llamada “Tierra Santa” de Israel y los territorios palestinos.

Los cristianos iraquíes, por ejemplo, usan de idioma para las plegarias y la adoración un dialecto del arameo, el lenguaje que –se supone- hablaba el mismísimo Jesús.

En el discurso de la montaña, el Maestro ya lo había dicho: “Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece”.

Cuando los guerrilleros del autodenominado Estado Islámico (ISIS) irrumpieron a mediados de 2014 e invadieron la ciudad de Mosul, los cristianos fueron uno de los grupos más perseguidos por parte de los islamistas radicales.

“Estamos tratando de curar esta herida creada por Estado Islámico”, le dijo a la Agencia Noticias Católica el pasado mes noviembre el padre Karam Shamasha, uno de los sacerdotes de la iglesia católica San Jorge, en una aldea cristiana a unos 30 kilómetros al norte de Mosul.

El Ayatola Sistani de 90 años se reunió con el Papa Francisco. (Foto Captura).

El arzobispo de Erbil -una de las ciudades que visitará Francisco-, el reverendo Bashar Warda ha llegado a una amarga conclusión sobre lo que depara el futuro.

“Es posible que estemos enfrentando nuestro fin en la tierra de nuestros antepasados. Lo reconocemos. En nuestro fin, el mundo entero enfrenta un momento de la verdad”, señaló a BBC de Londres.

Perdidos en el tiempo

Vale la anécdota que aporta Aguinis respecto del tiempo que viven los seguidores de la religión mayoritaria de Oriente medio.

Así como entre los judíos y los cristianos supieron adaptarse a las novedades seculares, algunos persisten en quedarse en el siglo VII.

“Esto me narraron en Londres y he reproducido en mi reciente libro Incendio de ideas. En una parada taxis, en Londres precisamente, un musulmán devoto ingresa al auto. Una vez sentado pide al taxista que apague la radio para no oír música, tal como lo prescribe su religión, dice, porque en los tiempos del Profeta no había música, y menos música occidental, que es la música de los infieles. El chofer del taxi, educadamente apaga la radio, se baja del auto, se dirige a la puerta del lado del pasajero y la abre. El hombre pregunta: ¿¡Qué está haciendo!? Respuesta del taxista: “En el tiempo de su Profeta no había taxis, por eso bájese y espere el próximo camello”. Agrego que en los tiempos del Profeta tampoco había cloacas, ni servicios sanitarios modernos, ni hospitales, ni aviones, ni aire acondicionado, ni antibióticos, ni electricidad, ni imprenta, ni cine. ¿Todo esto debería ser prohibido?”.

Vergüenzas y desafíos

El reverendo Warda ante la visita del Pontífice no dejaba de preguntarse: “¿Se permitirá que un pueblo pacífico e inocente sea perseguido y eliminado por su fe? Y por no querer decir la verdad a los perseguidores, ¿será el mundo cómplice de nuestra eliminación?”, reclamó.

El papa Francisco ha sido enfático al decir que su viaje tiene la intención de evitar que esto ocurra.

Para Aguinis, a Europa le da vergüenza llamarse cristiana. “Europa se niega a reconocer sus raíces con dignidad y, como tiene pudor en reconocer su herencia, tampoco se anima a denunciar los continuos asesinatos y persecuciones de los cristianos en el Medio Oriente. La cultura occidental, basada en los principios judeocristianos y los ideales de la Ilustración ha sido muy abierta a los ciudadanos musulmanes. Atacar o vilipendiar a los musulmanes en Europa se considera y se consideró un ataque a su propia cultura. Pero una cosa es ser xenófobo o islamofóbico, y otra muy distinta es pecar de ingenuidad”, resumió.

Y termina citando a Marcos, un académico que estudió a fondo las tres religiones monoteístas y de cómo fueron capaces de convivir pacífica y creativamente durante 300 años en España. Sin olvidar a dos pensadores racionalistas como Averroes y Maimónides, ambos nacidos en Córdoba, bajo pleno dominio islámico.

Y cierra: “El anhelo es que el Islam avance hacia la modernización, la decisiva modernización que lograron los cristianos y los judíos. Para conseguirlo, juzga que debemos empujar a los sectores cuerdos y sanos del Islam, para que ellos impongan una verdadera primavera musulmana. Sugiero que se empiece por denunciar sin miedo las persecuciones que ahora sufren los cristianos y constituyen un baldón para este primer cuarto del siglo XXI”.

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