La Biofábrica de Misiones logró registrar el fertilizante Bioplus en el Senasa. Estos bioinsumos constituyen un complemento positivo ambiental para sustitución productos fitosanitarios de síntesis química. Y, se aprecia un enfoque integral para llevar a la provincia a tener los sistemas agroforestales del siglo XXI
Trichoderma. Ese es su nombre. Un hongo. Simplemente eso. Está en el suelo, en la tierra roja de Misiones (esa misma que contiene lateritas cargadas de óxido de hierro y de ahí el color que la hace tan característica). Y Trichoderma se ha transformado -gracias a la investigación aplicada- en un biofertilizante, esto es: promotor del crecimiento y –atenti- biofungicida. Una especie canibalismo interno: hongo (bueno) que come/elimina hongos (malos). ¡Y bingo para las plantas que ayudan a la alimentación humana!
Más para el suelo y mejores plantas: más sanas, más fuertes y sin efectos colaterales.
¿Cuáles son las producciones locales que serán beneficiadas, en principio?: Todo lo que tenga que ver con lo que se lleve a la boca: yerba mate, té, hortalizas.
¿Cuáles son las metas a continuación? Llegar al resto del país.
Misiones acaba de certificar ante el Senasa el Bioplus como un producto aprobado. Es un biofertilizante con base en el Trichoderma asperellum y desarrollado, experimentado, aprobado y elaborado en la BioFábrica.
Luciana Imbrogno es clara al respecto. “Este registro es un hito. Porque si bien hasta ahora se venía distribuyendo el producto a pequeña escala y a modo experimental, a partir de ahora, se habilita a la Biofábrica a hacer una producción masiva y a escala del mismo y sustituir productos fitosanitarios de síntesis química para remplazarlo por éste, un producto biológico desarrollado a partir de un hongo que está en el suelo misionero y que lo que hacemos es aislarlo, evaluarlo y multiplicarlo y, finalmente, transformarlo en un producto que puede ir a las chacras misioneras”.
Imbrogno (foto arriba) es agrónoma y desde hace años está en la subsecretaria de Desarrollo y Producción Vegetal del ministerio del Agro y la Producción de Misiones.
Pero, a estos efectos, ha asumido nuevos roles y más desafíos. Es la gerente de la Biofábrica, lugar donde se desarrolló el Bioplus.
El nuevo biofertilizante fue presentado por el Ministerio del Agro y la Producción junto a la Biofábrica de Misiones, durante el primer encuentro de la Mesa Nacional de Productores de Insumos Biológicos. Por medio del mismo, dieron a conocer los avances de la provincia en lo que refiere a la producción y promoción de insumos biológicos y orgánicos para la agricultura.
“Son tres cepas muy potentes de este hongo que integran el producto. El mismo se aprobó luego de muchos años de evaluación a campo y de evaluación en laboratorio y de cumplimentar todos los requerimientos y estándares (exigidos) del Senasa y demostrar la estabilidad y la durabilidad del producto. Así el Senasa le dio el registro a la Biofábrica.
Vale destacar una distinción –precisó Imbrogno-. “Por un lado tenemos los bioinsumos y por otro los insumos orgánicos. No son lo mismo. Consisten o son producidos por micro o macro organismos. Los orgánicos no tienen por qué ser biológicos. Hay como una confusión en esto. Es bueno que se haga la distinción. Y los insumos que elabora la Biofábrica son biofertilizantes, biofungicidas y bioinsecticidas”.
Se trata del Bioplus, un fertilizante hecho a base de cepas nativas del hongo trichoderma asperellum que permite una mayor protección y desarrollo de la planta, y está recomendado para plantaciones de yerba mate, tabaco y hortalizas.
Tras un proceso de trámites y necesarias evaluaciones, el producto se registró con la aprobación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) para su comercialización a escala en la provincia y a nivel nacional.
“Los requerimientos para el registro en la Dirección de Agroquimicos y Biológicos del Senasa. Pertenecen a la Dirección Nacional de Protección Vegetal. Ellos son los que imponen las exigencias para el registro”, añadió Imbrogno.
Su presentación en forma granulada convierte -en un contexto en el que la sanidad vegetal cobra especial relevancia en la agricultura- al hongo Thichodema en la solución ideal para prevenir problemas.
La aparición de plagas y enfermedades emergentes es cada vez más virulenta. Además, estas responden peor a los tratamientos tradicionales.
Aquí, optar por el hongo trichoderma supone una alternativa eficaz que, además, garantiza la seguridad alimentaria y ambiental.
El principal beneficio que pueden aportar las trichodermas a la planta es su protección frente al ataque de otros hongos, pues se alimentan de ellos.
Las trichodermas actúan en la planta y destruyen la pared celular de hongos patógenos por medio de las enzimas y antibióticos que expulsan al medio. A ello se suma la parasitación y eliminación de hifas de hongos (especies de hilos que salen de los hongos).
Caminos marcados
Al enfatizar “marcamos caminos”, el ministro del Agro y la Producción de Misiones, Facundo López Sartori, puso de relieve que se va en camino a un cambio de paradigma. “Esto engloba la utilización de insumos para la producción primaria aplicando el concepto de sostenibilidad. Lo hacemos porque estamos convencidos que desde nuestro rol podemos encauzar políticas públicas que acompañen estos procesos. Nos ponemos metas y este año vamos a llegar a entregar unos 500 mil litros de fertilizantes orgánicos, además, continuaremos trabajando con los productores para que implementen estos insumos de probada eficacia en diversos tipos de cultivos”.
“Los productos con los que se viene trabajando han sido testeados desde 2020 –agregó López Sartori- y demostraron su eficacia tanto en la precocidad de la producción como en la incidencia en la disminución de plagas dañinas para el cultivo. Sin embargo, nada de esto puede ser posible sin la creación de espacios como la Biofábrica donde se aplican, con tecnología de avanzada, promoción de insumos biológicos y orgánicos para sustitución de lo químico en las chacras. También de una planificación con programas que doten de información y muestreo con el fin de ejecutar estos productos sustentables que no son tóxicos, ni generan residualidad”.
Imbrogno recuerda que hace unos diez años integró una delegación que viajó a Cuba. Y como en la isla no tienen asistencia de las grandes multinacionales tuvieron que recurrir a su propia producción de bioinsumos.
“Desarrollaron sus propios insumos fitosanitarios. Están los biofertilizantes, biofungicidas y bioinsecticidas. Y así abastecen a los productores de cercanía. Y ahí surgió la idea de empezar a producir acá en Misiones en la Biofábrica”. La Biofábrica tiene dos laboratorios: De vitroplantas y de bioinsumos. Y ahora se construye y equipa el de cannabis medicinal. El de la planta biológica está habilitada desde 2018.
Trichoderma asperellum
Bioplus es un biofertilizante sólido y granulado que se aplica al suelo y se fabrica a partir de cepas nativas de un hongo llamado trichoderma asperellum, que protege a la planta y le permite un mejor desarrollo y reproducción al aplicarse en los sustratos, lo que lo hace mejor frente a otros productos comerciales.
Según explicó Imbrogno, el trichoderma se encuentra en el suelo misionero y en la Biofábrica lo que hacen es aislarlo, evaluarlo, multiplicarlo y hacer de él un producto que se pueda utilizar en las chacras.
Desde la Biofábrica de Misiones, trabajan en este proyecto desde hace muchos años, por lo que el ok del Senasa significó una gran satisfacción después de tantos trabajos de campo, investigaciones, experimentos y ensayos.
Imbrogno no dejó de destacar el trabajo, esfuerzo y dedicación del equipo, que está integrado por
- la ingeniera Carina Buttner,
- la doctora Daniela Kubiak,
- el doctor Edilberto Pozo Velázquez,
- el licenciado Emiliano Alzaga y
- Francesco Rotta.
Así también, quienes estuvieron desde que comenzó el proyecto en 2011:
- la licenciada Jimena Gutiérrez Brower,
- la ingeniera Amalia Romero,
- Karina Bulak, Natali Gamarra y
- la licenciada Silvana Sawostjanik.
Por su parte, Carina Buttner manifestó su orgullo por ser parte del equipo desde la gestación del proyecto hasta la elaboración del producto. “Me siento orgullosa no sólo como parte del equipo sino también como misionera, al demostrar que somos capaces de desarrollar, producir y registrar un nuevo producto biológico de esta envergadura”, expresó.
El final es el comienzo
Para Imbrogno, hay una política de Estado que está clarísima: “No sólo hablamos de la sustitución de insumos químicos por orgánicos o por bioinsumos (hongos y bacterias) sino que se pretende transición de sistemas agroforestales con un manejo sistémico de las chacras con un manejo más conservacionista: que se apliquen curvas de nivel, que haya cubiertas verdes, la implementación del Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE), la arborización en yerbales”.
Ahí es donde entra el flamante producto: “Se pone en marcha esta política de Estado, donde uno de los puntos es la sustitución de insumos químicos por orgánicos o biológicos. Pero también se trabaja en la provincia junto con los equipos técnicos y de otros organismos (INTA e INYM) todo el manejo de las chacras con la mirada del agroecosistema o sistema agroforestal. No sólo la sustitución de insumos”.
Bienvenida sea, pues, esta nueva era.
(Nota publicada originalmente en Clarín)