En Estados Unidos, Lawrence Faucette, de 58 años, estaba muriendo de insuficiencia cardíaca y no calificaba para un trasplante tradicional de corazón, por lo que se sometió a que le implanten un corazón de cerdo. Sobrevivió casi un mes y medio. Y hay más: un trasplante de hígado de cerdo fue exitoso por 60 días
A fines de 2024, fue el tercer trasplante: una mujer de 54 años que hacía siete años estaba en lista de espera, recibió el hígado de un cerdo con lo que reflejó el potencial de esta alternativa para aliviar la crisis global de escasez de órganos. Antes, los avances fueron por el lado cardíaco: Lawrence Faucette, la segunda persona que recibiera un trasplante de corazón de cerdo modificado genéticamente, no resistió más y falleció seis semanas después del procedimiento experimental.
Según la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, el corazón parecía sano durante el primer mes, pero empezó a mostrar signos de rechazo en los últimos días. Faucette falleció el lunes 30 de octubre de 2023

Faucette, moribundo por insuficiencia cardiaca y no apto para un trasplante de corazón humano, sabía que la última oportunidad que tenía de prolongar su vida era recibir un corazón trasplantado de un cerdo.
Las personas que reciben un corazón deben estar continuamente medicadas para inhibir los mecanismos de rechazo del cuerpo que -automáticamente- se ponen en marcha con un “modo defensa” e intentar atacar el nuevo órgano sumado. Así, todo se vuelve una lucha para ver si las drogas pueden morigerar los rechazos que genera el nuevo corazón en el trasplantado.

Faucette comprendía que era la segunda persona en el mundo que se sometía a la intervención, y que se trataba de una operación altamente experimental que no garantizaba que pudiera pasar más tiempo con su mujer y sus dos hijos. Murió casi seis semanas después de la operación.
Aunque Faucette presentaba progresos significativos en las semanas posteriores a su intervención quirúrgica, el nuevo corazón mostró “signos iniciales de rechazo” en los últimos días, que es “el desafío más arduo, incluso en los trasplantes tradicionales que implican órganos humanos” según explicaron desde la escuela de medicina.
El equipo de Maryland realizó el año pasado el primer trasplante del mundo de un corazón de cerdo genéticamente alterado a otro paciente moribundo. David Bennett sobrevivió dos meses antes de que ese corazón fallara, por razones que no están del todo claras, aunque más tarde se encontraron signos de un virus porcino en el interior del órgano. Las lecciones extraídas de aquel primer experimento condujeron a cambios, entre ellos la mejora de las pruebas del virus, antes del segundo experimento.

El último deseo del señor Faucette era que aprovecháramos al máximo lo que hemos aprendido de nuestra experiencia”, declaró en un comunicado el doctor Bartley Griffith, el cirujano que dirigió el trasplante.
Los intentos de trasplantar órganos animales a humanos, denominados xenotrasplantes, han fracasado durante décadas, ya que el sistema inmunitario de las personas destruye inmediatamente el tejido extraño. Ahora los científicos vuelven a intentarlo con cerdos modificados genéticamente para que sus órganos sean más parecidos a los humanos.
También con el riñón de los cerdos
Un riñón de cerdo funcionó con éxito en un cuerpo humano durante aproximadamente dos meses, lo que constituye el caso documentado más largo de un xenotrasplante (así se denomina la técnica de colocar órganos de un cerdo en un cuerpo humano) de este tipo.

Hace más de un año, a fines de 2023, investigadores de NYU Langone Health trasplantaron un riñón de cerdo genéticamente modificado al cuerpo de un hombre de 58 años llamado Maurice Miller, conocido como Mo, que tenía un tumor cerebral y sufría de muerte cerebral. El órgano fue extraído a fecha predeterminada, tras 61 días de estudio.
Ahora, los investigadores analizarán los hallazgos de esta investigación preclínica en humanos para evaluar la respuesta del cuerpo al procedimiento y ayudar a prepararse para los ensayos clínicos en humanos vivos.
“Aprendimos mucho a lo largo de estos últimos dos meses de estrecha observación y análisis, y hay grandes motivos para tener esperanzas en el futuro”, dijo el Dr. Robert Montgomery, director del Instituto de Trasplantes Langone de la Universidad de Nueva York y presidente del departamento de cirugía, quien dirigió la investigación.
A fines de 2024
Towana Looney, una mujer de 53 años residente de Alabama, había estado en lista de espera para un trasplante de riñón desde 2017.

Lo paradójico de la historia es que la propia Looney había sido donante de un riñón para su madre. Y años después el único que le quedaba empezó a fallar.
A fines de los años noventa, Looney había donado uno de sus riñones a su madre, pero con el tiempo, su único riñón comenzó a fallar debido a complicaciones derivadas de la hipertensión. La presencia de niveles altos de anticuerpos en su sangre redujo considerablemente las probabilidades de encontrar un donante humano compatible, lo que la llevó a optar por este procedimiento experimental.
“Estoy muy feliz. Me siento bendecida por haber recibido este regalo, una segunda oportunidad en la vida”, declaró Looney durante una conferencia de prensa en Nueva York. La paciente también destacó los cambios inmediatos en su bienestar: “Estoy llena de energía, tengo un apetito que nunca había tenido en ocho años. Es como si pudiera sentir la sangre bombeando por mis venas”.