El fenómeno se da en un momento de alta inflación. Sin embargo, pese a la menor demanda, los negocios siguen aumentando los precios (en caso de lácteos y remedios). En la carne, también hay cambios
El inicio de 2024 encontro a una Argentina distinta. Con menos dinero circulando. Con bienes y servicios encarecidos. La gente está decidida a no recortar gastos en salud, educación e internet.
Paradojas de la sequía: como faltó pasto y el forraje encareció (por la misma razón) los ganaderos mandaron más animales a faena. ¿Conclusión? Subió la oferta de carne y bajó el precio (o se mantuvo o tuvo una menor suba que el resto de los productos, al menos)
Los medicamentos no dejan de subir. Los laboratorios consiguieron una cláusula gatillo: si la inflación está arriba del 5% suben hasta dos veces al mes. Una vez, al comienzo y luego otra cuando se conoce el IPC.
Lo que faltaba. En el país de la carne (vacuna) su precio tomó carrera y desde los últimos días de enero viene in crescendo. Sin embargo, se advierte que durante 2022, su incremento fue menos de la mitad de la inflación anual del país
Finalmente, se confirmó. La suba de precios en 2022 casi duplicó los valores del año pasado. Todo subió al doble. Y el consumidor, la gente de a pie, debe rebuscarse.
La inflación no sólo come la capacidad adquisitiva de los consumidores. También hace caer las ventas y los negocios tuvieron (en unidades vendidas) una disminución de 5% en promedio comparado con el año anterior