Fueron entrando de a poco. Aunque vivían felices en los esteros del Iberá, un grupo se acerco al Nordelta uno de los desarrollos urbanos más categorizados en Buenos Aires. Y con la pandemia hallaron la forma de quedarse definitivamente allí. Pero por otro lado, el fenómeno se trasladó al mundo: desde canciones en japonés hasta bares temáticos para ir a tocarlos, todos enloquecen con los capibara