En Apóstoles, se toman muy en cuenta los consejos de los maestros. Sonia Coutto, una docente que trabajó durante años en barrios humildes de Posadas se anima a escribir un libro sobre sus experiencias y prácticas y se anima a plasmarlo en una obra de consulta para el resto de los maestros que se quieran animar a ponerse al frente de un aula en épocas tan duras y cambiantes. Se denomina Guía práctica para instituciones educativas. Nivel primario.
La mujer –oriunda de Dos de Mayo, en la niñez fue a vivir a Apóstoles, hizo el secundario en Colonia Liebig y el profesorado de enseñanza primaria en la Normal de Apóstoles- se para frente a un nutrido de (futuros) colegas y los exhorta claramente.
“Lean; lean siempre; lean mucho. No hay otra forma de progresar y hacer crecer la mente de sus alumnos. Es claro, ellos también tienen que leer. Y mucho”.
Un consejo sencillo y contundente. Ella que ha trabajado en San Javier y que desde 2000 se instaló en Posadas, acaba de sacar su obra por gestión propia ediciones Dunken y muestra todo lo aprendido en estos años.
La ocasión es inmejorable: un significativo número de futuros docentes asiste a escucharla con motivo de la Feria del Libro (que se realiza en el Centro Municipal Delavy) y es organizado por la Escuela Normal (la formadora, justamente de esos futuros docentes) junto con el municipio.
“Después de dos años volvimos”, exclama no sin satisfacción Stella Pereira directora de Cultura local.
Junto a ella, la otra anfitriona era Norma Telebán, la directora de la escuela Normal otra de las factótum que se encargaron de que todo saliera bien.
Y posteriormente, fue el turno de Eduardo Torres quien volvió a exponer más datos sobre su obra más reciente: “Socorro, el desesperado grito de la selva”.
¿Por qué hablar ante maestros de una novela en forma de fábula donde árboles, plantas, animales de todo tipo pueden hablar con otros seres vivientes y organismos del monte misionero?
Sencillo: la biodiversidad misionera se lo merece.
En el pequeño territorio de 30 mil kilómetros cuadrados de Misiones, junto con las ciudades, caminos, pueblos, rutas, fábricas, aserraderos, plantaciones agrícolas, forestaciones y demás coexiste el último remanente de selva de la mata atlántica. Ahí, ese lugar se transforma en el escenario de la novela. El lugar donde pasan cosas. Con los animales, con las plantas, con los insectos, con los hongos, con los poderosos carnívoros y con mansos herbívoros. Por ahí andarán volando los tucanes protagonistas (una ‘familia tipo’, si se permite la expresión) y la explicación de todo está vinculado en ese mundo increíble.
No resulta cansador insistir. Se puede aprender mucho y conocer más de las cosas que pasan a pocos kilómetros de las ciudades, ahí en la selva.
La mitad de la fauna y flora están aquí y merecen ser conocidos.
A los propios docentes les quedará el desafío posterior. No sólo hacer caso a la exhortación inicial (“leer, leer y volver a leer”) sino en sugerir la lectura de capítulos enteros y realizar diversas tareas prácticas en el aula: desde búsqueda en redes de los diversos especímenes descriptos (todos y cada uno aparece con su nombre científico y su descripción), ver –por ejemplo- videos de cómo se desplaza, viven, se reproducen, sino también hacer guías prácticas de ejercitación con ese conocimiento.
El desafío está lanzado.
La obra está disponible (no sólo esta sino toda la del autor) y se puede adquirir en librerías de la provincia así como con mecanismos digitales. (ver http://librosbalerotorres.com.ar).
La invitación está hecha. Ahora, un maestro le mostró el camino a otros maestros.
