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martes, mayo 14, 2024

Un yaguareté negro sembró terror en una familia de Alem

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Un yaguareté negro estuvo en contacto estrecho con un bebé en colonia 9 de Julio a 15 kilómetros de Leandro N. Alem, pero no le hizo nada. Cabe destacar que esta especie en peligro de extinción está protegida por leyes y es un Monumento Natural Provincial y Nacional.

En Colonia 9 de Julio de Leandro N. Alem, un bebé de siete meses estuvo en contacto con un yaguareté negro y, según contó la madre del niño, Romina Martínez, en una entrevista con el medio Alem News, el animal huyó por los gritos desesperados que ella emitió al verlo.

Todo sucedió mientras Romina estaba sacando ramas (de mandioca) y dejó unos minutos a su bebé debajo de un árbol, a la vista de ella. “Yo estaba cerca, estaba sacando unas ramas y lo tenía a la vista, pero cuando me di cuenta salí corriendo a los gritos y ahí se da vuelta [el animal] y se va por el otro lado”, narra la madre del bebé.

Romina Martínez, mamá del bebé.

“En ese momento no sabía qué hacer. Grité, corrí, le llamé a mi papá [que estaba en el lugar]”, recuerda Romina y enfatiza la desesperación que recorrió su cuerpo en ese momento, al ver que su pequeño tocaba a lo que ella describió como un gato negro, mucho más grande que un perro. 

El hecho sucedió durante el fin de semana, a 15 kilómetros de la ciudad de Alem

Aunque la familia nunca había visto un animal salvaje por la zona, sí había escuchado rumores y también cuentan con la desaparición de animales domésticos. “Ahora ya vivís con eso, uno queda medio traumado. Todo el tiempo te estás cuidando”, manifestó Romina y expresó que viven con miedo de salir y encontrarse nuevamente con “el bicho”, como le dicen. 

Por otra parte, la policía hizo un rastrillaje por la zona y solicitó a la comunidad que si ve al animal, avisen inmediatamente. Cabe recordar que el yaguareté está en peligro de extinción y protegido por ley, por lo que no se le debe hacer daño.

Operativo de rastrillaje. 21 de septiembre.

El yaguareté negro

Efectivamente, existe un tipo de yaguareté que, debido a un exceso de células que provienen de la capa externa de la piel (melanóforos), posee una pigmentación más oscura que ennegrece la piel. A esto se lo conoce como melanismo y se registra en varias especies de animales.

Según informa Red Yaguareté, este animal también es llamado pantera negra y, conforme a la dirección de la luz sobre su pelaje, pueden observarse las manchas debajo del pelo negro. En otros ejemplares, estas se pueden notar a simple vista, como en un punto intermedio, pero son más raros de ver.

Por otro lado, se estima que los yaguaretés negros habitan más las zonas selváticas y no tanto las más abiertas. En Misiones se los ha visto en varias oportunidades, incluso hay videos. En 2018, filmaron a uno paseando por un camino terrado junto a otro yaguareté común. En 2020, también grabaron a un ejemplar melánico paseando por la Ruta Nacional 12, en la parte rodeada por el Parque Nacional Iguazú.

Así también, según informó Alem News, el 12 de septiembre pasado hubo una denuncia de una familia que vive en una chacra de Guaraní, en la que detallaron que un animal con las mismas características mató a más de cinco perros, además comió ovejas y chanchos. Lo interesante es que este lugar está a tan sólo 18 kilómetros de Colonia 9 de Julio.

¿Por qué sucede esto?

Hay varios motivos por los que un animal propio de la selva salga a las zonas pobladas en busca de alimento. Es como un efecto mariposa donde, como se suele decir, “una cosa lleva a la otra” y termina con una familia aterrorizada por un animal hambriento que camina en su patio trasero.

Sucede que las prácticas humanas y el constante avance de la urbanización, hacen que la selva y los bosques nativos disminuyan cada vez más. Estos lugares son el hábitat de muchas especies animales (y vegetales). El yaguareté es una de ellas y requiere de un territorio amplio para vivir porque es el mayor felino de América, el tercero del mundo, con una altura de entre 70 y 90 centímetros, una longitud de entre 110 y 180 centímetros (sin la cola), y un peso aproximado de 80 kilos (machos) y 60 kilos (hembras).

Sumado a esto, la disminución de las presas de las que se alimenta este felino tiene como consecuencia que salga a cazar a los animales domesticados, como el ganado, que están en las chacras pegadas a reservas naturales, áreas protegidas y parques nacionales o provinciales. Es decir, la población avanza y reduce la selva hasta el límite (en muchas chacras tienen el Parque en el patio, por así decirlo), los animales se quedan sin recursos dentro de ese territorio y se ven obligados a buscar otras opciones.

No obstante, cuando los yaguaretés llegan al punto de cazar el ganado, los dueños de este se enojan por la pérdida económica que les causa y salen a cazar al “bicho”. Todo esto termina con una especie en peligro de extinción.

¿Qué hace el Estado?

Aunque en 2021 el gobierno de Misiones anunció un aumento en su población, el yaguareté es una especie categorizada a nivel nacional como “en peligro de extinción”, por la resolución 1030/04 y 513/07 de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Así también, es protegida por la ley nacional de Conservación de la Fauna n° 22.421/81 y su decreto reglamentario 666/97.

Por su baja población, se declaró a este animal como Monumento Natural Nacional mediante la Ley 25.463/01, y Monumento Natural Provincial en las provincias de Misiones por Decreto 1465/ 88, Chaco mediante la Ley 4306/96 y Salta por Decreto 1660/01. Por todo esto, la caza y comercialización del yaguareté está totalmente prohibida en todo el territorio nacional.

De esta forma, el Estado pretende conservar y proteger la especie que, según explican, se la considera una “especie paraguas”, ya que su conservación exige la preservación de todo el ecosistema en el que habita. 

En Misiones

Bajo la ley XVI-n° 78 (antes ley 4.137), en la tierra colorada se instituye el “Plan Provincial de Conservación de Grandes Felinos”. Este tiene como fin “conservar y preservar las especies que habitan la ecorregión paranaense en jurisdicción misionera”, según explica su artículo primero.

Naturalmente, la autoridad de aplicación designada es el Ministerio de Ecología Recursos Naturales Renovables y Turismo, quien tiene la facultad de llevar a cabo estrategias para que el plan cumpla su función.

Algunos de los artículos más importantes de esta ley son:

  • El artículo 7, donde se habilita el  “Registro de Denuncias de Ataques de Felinos”, en jurisdicción del Ministerio de Ecología, Recursos Naturales Renovables y Turismo. Sin embargo, explica que cada denuncia se debe formalizar ante la autoridad policial o judicial de la jurisdicción correspondiente, y debe inscribirse en dicho Registro en un plazo que no supere los 30 días.
  • En el artículo 8, detalla que “a los fines de la presente Ley se entiende por: 
    • a) daños efectivamente comprobados: muerte de animales domésticos y de producción como consecuencia de ataques de felinos, debidamente certificada por la autoridad de aplicación; 
    • b) compensación de daño por muerte de animal doméstico o de producción: valor de cotización de mercado de animal de la misma especie, raza, edad, sexo y peso”.
  • Y en su artículo 9, especifica que la compensación por daño -que define el artículo anterior- consiste en la entrega de una certificación emitida por una autoridad competente, que tiene validez para “cancelar obligaciones fiscales de personas físicas y jurídicas, provinciales y municipales, por hasta el monto del daño efectivamente comprobado”. No obstante, esta se puede endosar una sola vez y tiene una vigencia de dos años.
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