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sábado, julio 27, 2024

En los cruceros de aguas heladas se caen al agua y se muere gente

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Demasiados accidentes y pérdidas de vida en una forma arriesgada de animarse a las heladas aguas del sur argentino

La zona de acceso a la Antártida no parece estar bien dispuesta a recibir viajeros en esos paquebotes gigantescos llamados cruceros (naves de quince pisos de altura con cientos de pasajeros en su interior que pasan una vida de lujos y comidas exquisitas mientras viajan) porque en estos días se produjeron varios eventos que en algunos casos terminaron con decesos.


Una mujer estadounidense que realizaba un crucero a la Antártida falleció producto de un accidente ocurrido a bordo mientras la embarcación atravesaba una fuerte tormenta, al tiempo que también se registraron otras personas heridas, informaron fuentes judiciales abocadas a la investigación de lo ocurrido.


El incidente tuvo lugar en el crucero “Viking Polaris” de bandera noruega que hacía pocos días había recalado en el puerto de Ushuaia por primera vez para iniciar sus viajes antárticos al utilizar como base a la terminal fueguina.
El barco tuvo un primer incidente en alta mar con un bote semirrígido, en el que resultaron personas heridas, y cuando regresaba hacia el puerto de Ushuaia atravesó una tormenta con fuertes vientos, durante la cual falleció la turista estadounidense.
La mujer recibió los golpes de una superficie vidriada que se desplomó en medio del temporal.

¿Será necesario hacer este tipo de ‘paseos’?

El crucero retornó por unas horas al muelle local y luego quedó anclado en las inmediaciones mientras comenzó a sustanciarse una causa judicial por “averiguación de muerte” que se tramita en el Juzgado Federal de Ushuaia, a cargo del juez Federico Calvete, indicaron las fuentes
Durante noviembre fallecieron otros tres turistas que realizaban periplos antárticos, uno por causas naturales y dos hombres de 76 y 80 años (también estadounidenses) que cayeron al mar cuando se dio vuelta un bote semirrígido en el que realizaban una excursión.
En ese caso, los visitantes eran pasajeros del “M/V Word Explorer”, un crucero antártico de origen portugués que realiza viajes polares para la empresa “Quark Expeditions”.


El “Viking Polaris” es un barco de 202 metros de longitud (eslora) y 24 de ancho (manga) con capacidad para 378 pasajeros. Se trata de una nave nueva construida este año con 189 camarotes y especialmente equipado para navegar en zonas extremas, según consigan distintos sitios náuticos especializados.
Una seguidilla de accidentes en solo dos semanas encienden luces de alarma en el sector: imprevisión, falta de seguridad y material en malas condiciones son objeto de investigación.
En su novela Las correcciones, el escritor Jonathan Franzen hace un repaso por su familia y describe a sus padres así como a sus hermanos. En un momento, sus progenitores deciden hacer un viaje en crucero y el hombre que no estaba muy conforme con el periplo se lanza al mar desde esas notables alturas. Y, por suerte, lo rescatan. Aunque era en aguas caribeñas.

Aquí ocurrió algo parecido: “Hombre al agua!”, gritaron los marineros. Y -como en la novela- los que se dieron el chapuzón pudieron ser rescatados, ya con signos evidentes de hipotermia y congelamiento.
La saga de fatalidades en el mar austral no se detiene. Mientras sigue bajo análisis las causas por las cuales un bote semirrígido –perteneciente al buque de pasajeros de bandera portuguesa Word Explorer– dio una vuelta de campana en proximidades del continente blanco mientras realizaba una excursión, y ocasionó la muerte inmediata de dos turistas estadounidenses de 76 y 80 años, en los últimos días se una seguidilla de accidentes fatales encendió las luces de alarma en el sector.


El pasado 28 de noviembre en una embarcación similar a la anterior, perteneciente en este caso al crucero noruego Viking Polaris, y en idénticas circunstancias, sufrió una avería que la deja momentáneamente sin propulsión, lo que originó que por acción de la marea la pasajera Nancy Creech (78) sea eyectada a casi dos metros de altura cayendo posteriormente al piso de la embarcación sufriendo múltiples fracturas
En el mismo incidente, otro pasajero cayó al agua siendo posteriormente rescatado por la tripulación con evidentes signos de hipotermia. En su declaración ante Prefectura Naval Argentina la capitán del buque atribuyó el accidente a fallas en el material del semirrígido utilizado para el tour marino.
Pero las peripecias del Vikin Polaris no terminarían allí.
El 29 de noviembre mientras regresaba al puerto de Ushuaia para evacuar a las víctimas, es afectado por un fuerte temporal con vientos superiores a los 82 nudos (casi 150 Km/h) y mar gruesa lo que provoca que una ola, al impactar sobre la nave, produjera la rotura de varios paneles vidriados de su banda de babor (izquierda) con el consecuente fallecimiento de la pasajera estadounidense Sheri Zhu de 60 años
La magnitud de los destrozos también provocó heridas de distinta gravedad a los pasajeros David Kuo (63) Eduards Jefferson (75) Nelson Jo (77) y Susan Eduard (66)
Todos los siniestros mencionados están siendo investigados por personal de la Prefectura Naval Argentina y del juzgado federal de primera instancia de Ushuaia a cargo del doctor Federico Calvete; mientras que el Viking Polaris se encuentra fondeado en la rada del puerto local habiendo sido sus pasajeros evacuados del mismo
Distintas fuentes las que coincidieron en manifestar distintas preocupaciones y reparos a la hora de ponderar la actividad turística más allá del paralelo 60 que es precisamente el punto geográfico que marca el ingreso a las complicadas aguas antárticas.
El “Viking Polaris”, que tiene otros cruceros planeados para esta temporada, fue botado en 2022 y es el más nuevo de la compañía noruega. Su capacidad es de 378 pasajeros y la tripulación de 256 personas, según el portal de la firma.

Fuentes: Télam e Infobae

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