Se trata de una especie de lagunas y estanques y arroyos de poca corriente que se descubrió hace dos siglos en ríos de China. Pero la medusa de apenas una pulgada de diámetro salió a conquistar el mundo. ¡Y lo logró! En Misiones, las científicas hicieron los rastreos y la hallaron: en el arroyo Saltito y en el Cazador
El nombre “Piquiña” sirve para graficar dos de sus características más importantes: es pequeña y pica muy fuerte. En la punta de sus tentáculos vienen unas gotitas de ácido que -al contacto con la piel del imprudente nadador- producen ronchas, molestias y (en casos, contados) un poco de fiebre. Y no, las medusas no tienen siquiera un cerebro o sistema nervioso central. Pero han demostrado una notable habilidad para estar en todo el mundo: les gusta viajar. Se adaptan a las condiciones del medio ambiente y ya. Con sus 2,5 centímetros (¡una pulgada!) el tamaño le permite adaptarse a todas las condiciones. De su cuerpo de gelatina cuelgan unos 600 hilos que al contacto con la piel largan un ácido tóxico: es su arma para cazar alimentos.
Están en todas partes en el mundo, salvo en la Antártida (el frío extremo no las atrae demasiado): su colonización es más exitosa que la llevada a cabo por las naciones imperialistas del siglo XVIII y XIX.
Sí: tiene un nombre científico pero es largo e impronunciable: Craspedacusta sowerbii. Desea el amable lector ver toda la descripción científica (siguiendo a Carlos Linneo) y verá que todo es bastante complicado en la Piquiña.
Reino Animalia
Filo Cnidaria
Clase Hydrozoa
Orden Limnomedusae
Familia Olindiidae
Género Craspedacusta
ESPECIE Craspedacusta sowerbii
La chica que se metió en el agua
En estos días, el grupo de investigadoras integrado por Milena Gisela Casafús, Micaela Andrea Gritti y María Elisa Peichoto, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT) – ANLIS Malbrán, junto a Paula Guimarães del Hospital Nivel 1 “San Lucas” de Colonia Aurora (Misiones), Luciana Montalto, del Instituto Nacional de Limnología y la Lic. en Cs. Biológicas, Cecilia Miranda, del Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio), publicaron los resultados del trabajo de investigación: “Medusas de agua dulce en el noreste argentino: un riesgo para la salud humana”.
El artículo científico publicado en la revista Transactions of the Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene, describe una serie de casos de personas que, luego de ingresar al arroyo El Saltito, Colonia Aurora, Misiones, sufrieron lesiones en la piel provocadas por medusas de la especie invasora Craspedacusta sowerbii (Lankester, 1880).
En el resumen del reporte, se consigna que la primera aparición data de dos años atrás. “(…) En la provincia de Misiones (arroyo El Saltito) en enero de 2022. Al cumplirse un año de su primera aparición, se constató nuevamente su presencia en otro curso de agua de la región (arroyo Cazador/ cuenca del arroyo Yabebiry que desagua en el Paraná). A partir de estos hallazgos, se evaluaron sus posibles consecuencias toxicológicas en humanos mediante la caracterización del extracto crudo de los organismos en la fase de medusa, evidenciándose su perfil proteico por electroforesis en gel de poliacrilamida. Como componentes principales se demostró la presencia de enzimas proteolíticas y toxina(s) citolítica(s), las cuales, mediante la activación de la cascada inflamatoria, podrían explicar las lesiones cutáneas urticantes observadas en los casos sospechosos descriptos”.
Las chicas de la ciencia son claras: Piquiña se instaló en el centro de la provincia y así “Además de constituir el primer registro de este cnidario (la medusa) para Misiones y la región Nordeste de Argentina, este trabajo pretende alertar a la población local sobre el riesgo para la salud humana de la exposición a esta especie exótica potencialmente invasora, lo que a su vez podría afectar al sector turístico de la provincia y considerarse como una posible amenaza para la biodiversidad de agua dulce de arroyos y ríos”.
En 2022 fue el primer hallazgo de ejemplares de Piquiña en un arroyo misionero.
Otra vez: Aguas quietas y tranquilas constituyen el hábitat que gusta este tipo de medusas: el arroyo El Saltito fue el lugar donde se las detectó por primera vez
Qué hacer: vinagre remedio barato
El tratamiento para mitigar la picazón de los primeros momentos es sencillo: Tras la picadura de este animal hay que aplicar vinagre sobre la zona afectada, y utilizar este producto para lavar la lesión, ya que con ello, se neutralizan los efectos de las medusas, que poseen unas células urticantes en su cuerpo y tentáculos que están conectados a una sustancia toxica que produce ardor en la piel.
“Estas medusas no pertenecen a la clase marina sino que es una etapa del ciclo biológico de las llamadas hidras de la familia hidrozoos. Se trata de una pequeña medusa que forma parte del periodo sexual, es una especie que se adaptó a las aguas dulces de todo el mundo”, explicó Roberto Stetson un especialista en el tema, aunque hoy esté retirado de sus actividades profesionales.
Algunos la bautizaron como “aguas vivas” y con ese nombre las medusas han venido colonizando casi todo el planeta.
Primero sobre la cuenca del río Uruguay.
Ahora, en la cuenca del Yabebiry y por ende, llegando al río Paraná.