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miércoles, diciembre 4, 2024

Milei celebra la economía pero los beneficios aún no llegan

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La gente (en especial, la clase media) sigue soportando un año terrible. El Presidente dijo que la recesión finalizó. El consumo sigue muy bajo y la actividad económica muestra leves indicios de reactivación. Si bien algunos salarios mejoraron, la mayoría tuvo que usar eso para pagar servicios más caros

Javier Milei se acercó a las oficinas de Ualá en la ciudad capital de la Argentina. Y felicitó a su CEO (nombre elegante en inglés que básicamente quiere decir el jefe ejecutivo, esto es: la persona responsable de administrar la empresa, sus procesos y desempeño). Antes lo llamaban director o gerente. Ahora es CEO, pero es lo mismo. Y felicitó porque es una firma (en realidad es una especie de banco: una plataforma financiera digital) que ofrece servicios bancarios a través de una aplicación móvil sin pedir garantías como hace un banco. Ualá anda bien y Milei no sólo los felicitó sino que anunció el fin de la recesión.

En Ualá. Javier Milei (carpetita en mano) anunció el fin de la recesión.

Hay que aclarar algunas cuestiones: El Presidente sabe más de finanzas que de economía. En una palabra, se mueve mejor en el campo de la city (ámbito financiero, por así decirlo) que en el de la producción y la economía real. Es verdad: tuvo que enderezar muchas variables de ese tenor empezando por la inflación. Y los pases y los bonos y rescates de deuda. Todas cuestiones financieras. Y lo ha venido haciendo en su primer año de gobierno.

Ahora, no hay casualidades allí: si el Presidente felicitó a Ualá es porque justamente entiende ese idioma sin problemas. Pero en la economía real ¿qué pasa? La gente puede haber tenido alguna mejora en sus ingresos (los que están en blanco y los jubilados) pero ¿en qué se usaron?

La respuesta va de suyo: en pagar más por servicios.

¡Cómo crecieron los chicos! Precios de peaje en enero de 2024

Para tener una idea de cuánto cuestan los peajes en Misiones, a inicios del año estaban a 100 pesos (el más barato). Y subieron a 300 pesos. Luego en marzo pegaron un brutal salto: de 300 se fueron a 900 pesos (sí, leyó bien). En agosto llegaron a 1100 y en octubre a 1200 pesos. En una palabra, la suba de precios para andar por la ruta 12 (que no es autovía más que en 65 kilómetros) fue de 1100 por ciento.

Y para seguir con ejemplos sobre ruedas, hay que recordar que los combustibles empezaron el año con un precio en torno a los 860 pesos y ahora están en 1400 pesos el litro. Un 65 por ciento de aumento. Aunque el argumento “estamos siguiendo los valores internacionales del petróleo y de los demás países”, este enunciado se erige con fuerza como una falacia total.

Enero de 2024. Empezaron a subir

Es verdad que -por caso- en España y Dinamarca las naftas están en torno a 1,10 euros el litro. Esto viene a ser un precio bastante similar al de Argentina. El detalle -no menor- es que ambos países NO TIENEN una gota de petróleo. Y por eso deben aceptar lo que cobra el mundo. Para completar la idea: los países que SÍ tienen petróleo en el mundo (desde EEUU hasta los árabes) en promedio tienen a 50 centavos de dólar el litro. O sea, que si se aplicara esa regla, en la Argentina (que también tiene petróleo) el combustible no debería estar superando los 700/800 pesos. ¿Y el resto? Antes se decía: “comió la vaca”. Y se quería significar que el Estado se está quedando con esa renta extraordinaria que pagan los usuarios de autos.

El lunes 11 de noviembre, Milei afirmó: “Hoy ya podemos decir que la recesión ya se terminó. De acá para adelante son todas buenas noticias”.

Un informe de BaeProfesional consignó: “Hay un solo sector cuyo salario no sigue perdiendo por goleada contra la inflación: el de los registrados del sector privado, que “solo” está 1,7% por debajo del IPC en comparación con noviembre. Los ingresos públicos todavía están 16,4% por debajo. Y, además, buena parte del incremento se observa en los importados, de la mano del atraso cambiario, mientras que las tarifas juegan en contra para los menos acomodados, ya que buena parte de esos salarios que repuntaron empieza a utilizarse en pagar tarifas más altas, y obliga a cambios en los hábitos de consumo.

Desdichadamente sí se toca. Y bastante, aunque inviten a los nuevos con estos ganchos

Está jubilado. Tiene cablevisión más Personal Flow (cable básico más internet de 100 megas). Hace seis meses pidió reconsideración de su factura que ya orillaba los 35 mil pesos mensuales. Se la bajaron a la mitad: quedó en 18 mil pesos. Por seis meses. “EN octubre pida de vuelta una rebaja”, le sugirieron. Hasta septiembre no había subido tanto: estaba en 22 mil pesos. Para octubre pegó un salto brutal: de 22 mil pasó a 35 mil (60% de suba en un mes). “No, pero está recibiendo una bonificación”, le explicaron. “Sí, puede ser pero de un mes a otro me subió un 60% con bonificación y todo”.

Como Claro ya tiene su fibra óptica que pasa frente a su casa, está pensando en todas las chances. Mientras tanto, a partir de noviembre pagará 27 mil pesos mensuales. Como dijo el Gobernador “No está fácil, la cosa”.

Ilustración Vior en Clarín

Y volviendo al reporte donde se enuncia cómo algunos pocos sectores de consumidores empiezan a ganar por un cambio más barato. “Desde la consultora Epyca señalaron: “El contexto es crítico para quienes producen mercancías de consumo masivo: menos ingresos familiares, mayor proporción del gasto destinado a pagar servicios públicos (luz, agua, gas, internet, cable, salud, educación, etc.) y mayor competencia importada (con medidas del Gobierno Nacional que favorecen la importación de productos terminados y perjudican la producción nacional). En cambio, hay una recuperación del consumo en nichos específicos y en mercancías importadas, artificialmente abaratadas por la política cambiaria”.

Y para completar el panorama:  las ventas en supermercados están en niveles mínimos desde 2017, con una caída del 11,6% anual en los primeros ocho meses de 2024; el consumo de lácteos cae 12% interanual, el de leche en polvo un 31% anual y los quesos un 8%; la venta de yerba cayó un 10% en septiembre; y también la carne cayó un 8,9% anual en sus ventas al mercado interno en septiembre.

Ilustración del sitio Radiográfica.org.ar

Algunos miran con desesperación; otros con desaliento. “Es cierto que hizo cosas. Pero el ajuste lo estamos pagando la clase media y los jubilados.(no de la mínima). Y LA CASTA QUE IBA A DESAPARECER? Al contrario, se rodeó de la casta”, dice Yolanda una jubilada de Eldorado y acierta de lleno.

Habrá que ver cómo evoluciona la economía real. Si es como dice el Presidente que la recesión finalizó y que “sólo vendrán buenas noticias” a partir de ahora.

El argentino tiene el cuero duro y ha pasado por muchas crisis.

Así que se pone e impermeable, agarra el paraguas y sale a enfrentar la tormenta. “Siempre que llovió, paró”, dice y va para adelante.

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