La Argentina es el único país de la región donde aumenta la proporción de estudiantes que asisten a escuelas privadas. Y en ese caso, se valora la formación académica. En el caso de los que eligen la escuela pública, se valora la cercanía. Se trata de un informe que compara la situación en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay. También se destaca por alto nivel de secundarios
El hombre mayor miró a su hija que preparaba a sus dos nietos para ir a la escuela. Los niños con sus uniformes identificatorios y el logo respectivo en cada solapa. Y se quedó pensativo: “Pensar que vos y tu hermana -le dijo a la hija- fueron a escuelas públicas en los 80 y 90 cuando recién volviera la democracia…” La hija alzó los ojos y pensó en responder pero se dio cuenta que el hombre estaba pensando en voz alta. “Pero la verdad, es que vos y tu marido hacen bien. Si me hubiera tocado esta época, también las hubiéramos mandado a escuelas privadas…”

El Observatorio de Argentinos por la Educación tiene su Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) presentó su informe “Matrícula y segregación escolar en América Latina: una mirada a la última década”. Según el resumen de una nota publicada por La Nación, la Argentina es el único país de la región en el que se profundizaron las diferencias socioeconómicas entre las escuelas privadas y estatales.

El trabajo con autoría de Emmanuel Vázquez del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén analiza, a partir de los datos de las pruebas PISA de 2012 y 2022 y compara varias naciones de la región además de Argentina: Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay.
En 2023 hubo otro trabajo de investigación que señaló por qué se elegía un tipo u otro de escuela. “Los motivos por los que los padres eligen una escuela para sus hijos son muy distintos y depende de si se trata de un colegio público o privado. En una nueva encuesta que se hizo a nivel nacional, las familias priorizaron distintos factores: por un lado, la cercanía y, por otro, la reputación académica a la hora de seleccionar una institución”.
Y continuaba: “La distancia corta al establecimiento fue el motivo más señalado por las familias que envían a sus hijos a escuelas públicas (63,1%). En cambio, entre los padres que mandan a los chicos a colegios privados lo que prevaleció fue la percepción de calidad en la enseñanza (50,9%) y la propuesta pedagógica de la institución (48%). Contar con buenas referencias sobre los docentes y directivos es importante para las familias de ambos sectores (38,6% en estatal y 40,5% en privado)”, en un trabajo encabezado por Sandra Ziegler (de Flacso Argentina).
Más secundarios
En esa década, si bien el acceso a la secundaria mejoró en los países analizados de América Latina, “la segregación escolar muestra que los estudiantes de entornos socioeconómicos bajos siguen concentrándose en determinadas escuelas, mientras que los de contextos más favorecidos asisten a otras instituciones”, citó el reporte mencionado.
La Argentina lidera en 2022 el acceso universal al nivel secundario, con una tasa del 94%. Le siguen Perú (93%) y Chile (91%). Uruguay logró un crecimiento de 9 puntos porcentuales en esos diez años y alcanzó el 90%, mientras que el mayor crecimiento lo tuvo Brasil sumando 16% y llegando al 80%. El promedio en los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se ubicó en 89%.

Pero el dato siguiente es muy sugestivo: las escuelas privadas han concentrado cada vez más a los estudiantes de nivel económico alto, mientras que las públicas a los del más bajo.
Los autores se plantearon como hipótesis ver si el corrimiento a las escuelas privadas es por un cambio de status socio-económico (o no). ” Como la proporción de matrícula privada se mantuvo estable en la mayoría de los países, el corrimiento en la Argentina parece deberse más a que las escuelas se volvieron más distintas entre sectores que a un éxodo masivo al sector privado”.
Hay distancias, afirman los analistas. “La distancia socioeconómica entre ambos sectores se profundizó en la última década, lo que deriva en entornos de aprendizaje cada vez más homogéneos y con menos oportunidades de interacción entre estudiantes de distintos contextos. Estas interacciones son clave para enriquecer los aprendizajes y promover una convivencia democrática”, afirmó Sandra Ziegler, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Argentina.
Así, el informe concluye que mientras que la diversidad interna dentro de las escuelas se redujo en algunos casos, la fragmentación del sistema educativo creció, para terminar generando un escenario donde los sectores educativos están cada vez más diferenciados entre sí. Se da, a la vez, en un contexto en el que la desigualdad en América Latina aumentó en promedio entre 2012 y 2022