La propia firma norteamericana Stanley y la nacional Lumilagro alertaron sobre el masivo ingreso de productos con la marca pirateada y que están fabricados con un tipo de acero tóxico; la mercadería es importada desde China y llega al país vía naciones vecinas. El problema es que no son de acero inoxidable sino que usan aleaciones y parte del metal puede ser ingerido al beber el mate
Se entra a Mercado Libre (un lugar de referencia clásico para conocer precios y valores): el original arranca en los 120 mil pesos. Pero si se busca con atención aparecerán otros (con la misma marca) pero que solo cuestan 1/3. O sea, con 40 mil pesos más o menos, se podrá adquirir un termo metálico que diga afuera “Stanley” pero que no posee los estándares de calidad de la firma norteamericana.

as dos empresas que dominan la venta de termos en el mercado argentino denunciaron una invasión de termos “truchos”, que son importados desde China e ingresan en forma ilegal en la Argentina principalmente vía Bolivia. La fabricante nacional Lumilagro y la firma local Grupo Mendizabal -que tiene la licencia de Stanley para el mercado argentino- alertaron sobre una masiva entrada de termos falsificados que son producidos en China y que no solo violan la ley de patentes de marcas -en su inmensa mayoría son Stanley falsificados- sino que también ponen en peligro la salud de los consumidores ya que están fabricados con un acero que puede contaminar el líquido que conservan en su envase.
En Misiones pueden hallarse en muchos lugares de venta pública. Hay que decirlo: si es para tomar tereré no tendrá inconvenientes de salud. El riesgo aumentará considerablemente cuando la ingesta sea de mate. Allí, el agua que cuando canta (en la pava) está a 82 grados y luego pierde algo de temperatura pero casi siempre se bebe a al menos 72 grados. Y a esa temperatura el agua caliente podrá socavar las paredes internas del termo y hacer que suelte parte de los metales de la aleación. Eso afirman las autoridades de ANMAT y del Instituto Nacional de Alimentos (INAL) que controlan los productos importados. El problema es cuando entran por canales no convencionales. Allí, no hay controles y terminan en manos de los consumidores sin intervención estatal.

Suelen aparecer noticias que hacen referencia a esto: La Policía de la Ciudad de Buenos Aires en conjunto con el Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal porteño, la Agencia Gubernamental de Control y la Aduana, incautó más de 2.300 termos, entre ellos, una gran cantidad que imitaban a la marca Stanley que estaban a la venta en locales de Balvanera. Según indicaron fuentes judiciales a Infobae, son potencialmente tóxicos.
Los termos fabricados en China en vez de usar el acero 304 exclusivamente suelen venir con aleaciones de plomo, cadmio, mercurio, antimonio y cobre: estos metales terminan afectando la salud
Los termos truchos se fabrican en China y las empresas advierten que según los análisis a los que someten a los productos incautados, no cumplen con las normas de seguridad alimentaria y la obligación de ser fabricados con el acero 304 que contienen níquel en su fórmula. Para asegurar la inocuidad de los envases metálicos, los termos no deben contener más de 1% de impurezas constituidas por plomo, arsénico, cadmio, mercurio, antimonio y cobre considerados en su conjunto, según los parámetro fijados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).

Los termos pirateados que se están vendiendo en forma masiva en locales del barrio de Once y otras zonas del área metropolitana son fabricados en China con un acero inoxidable -en el mejor de los casos- que en muchos casos vienen con aleaciones de otros metales y cuando se ingiere mate a temperaturas habituales del agua, estas aleaciones desprenden parte de su metal. En la mayoría de los casos se trata de productos que se comercializan con la marca Stanley, que se convirtió en un verdadero ícono de consumo para muchos hogares argentinos, y la mejor forma de identificarlos es el precio. Un termo original de Stanley no baja de los $120.000, mientras que los truchos se pueden conseguir a 30/50 mil pesos.
“Como el níquel es costoso, los termos ilegales usan materia prima no adecuada, que tienen un valor en el mercado de unas diez a quince veces menos. Este acero ‘tóxico’ contiene materiales contaminantes en valores mayores a los permitidos, como plomo, cobre, arsénico y azufre, entre otros, que se transmiten por las altas temperaturas o por la acidez de los líquidos”, explicaron las autoridades.
En la Argentina se venden cerca más de 4 millones de termos a nivel anual y el mercado está liderada por Lumilagro, que controla cerca del 60% del mercado, mientras que los productos importados históricamente representaron un 30% del negocio y el otro 10% se distribuyó entre Peabody y otras marcas más chicas. En el sector siempre se jactaron de sobrellevar mejor las crisis que otros rubros, porque aún en tiempos de baja del consumo, la yerba y los termos soportan mejor las recesiones. “Cuando hay ‘malaria’, lamentablemente gente toma más mate para sobrellevar el hambre”, explicaron en el sector a La Nación.
En Misiones además de Lumilagro y Stanley tercia la marca brasileña Termolar de calidad aceptada y sin problemas de control: el acero que usa está aprobado por las autoridades.