La firma santafesina lanzó sus recipientes ya famosos hace 45 años: fuertes y firmes cacerolas de aluminio. Ahora, con una innovación poderosa incorporan una aleación de acero y aluminio para mejorar la distribución de calor en la cocción de los alimentos cocinados y la resistencia del utensilio
Nació en Venado Tuerto en 1940 y la idea era sencilla: entregar con un sistema de ventas similares a la cartillas de cosméticos ollas y utensilios de cocina de aluminio, que se distinguían por su diseño y sistema de cocción en sus propios jugos. Ya desde 1954, Armando Yasci y su esposa Teresa Bompessi comenzaron una pequeña fundición de aluminio en Venado Tuerto, al fabricar quemadores de cocina y otras piezas.

Y en 1980 la empresa se lanzó con ocho modelos de cacerolas y comenzó a crecer rápidamente, mientras abandonaba la producción de quemadores para enfocarse en las ollas. Yasci vio que su señora y otras mujeres de Venado Tuerto se entusiasmaban con la venta de cosméticos y envases por cartilla (las famosas ventas de Avon y las de Tupperware). Essen adoptó este sistema de demostraciones en hogares, donde los clientes podían ver y probar los productos antes de comprarlos.

Pero ahora llega el momento de un cambio histórico: Essen no abandona el aluminio pero le incorpora el acero inoxidable.
Y así llega el lanzamiento de la Línea Fusión, una nueva generación de cacerolas con cuerpo de acero inoxidable y núcleo de aluminio, el mejor aliado para distribuir el calor de forma pareja. Fabricada con tecnología Nova Stell, esta línea no solo representa una innovación para la industria.

“Es un producto disruptivo incluso para nosotros”, reconoce Mauro Labusta, gerente de Marketing de Essen. “Viene a responder a una nueva demanda: consumidores que priorizan la resistencia por sobre la antiadherencia, que buscan una cacerola todoterreno, donde puedan cortar carne o pasar un mixer sin preocuparse por dañar la superficie”, señaló a iProfesional.
“Es un producto disruptivo incluso para nosotros”, reconoce Mauro Labusta, gerente de Marketing de Essen. “Viene a responder a una nueva demanda: consumidores que priorizan la resistencia por sobre la antiadherencia, que buscan una cacerola todoterreno, donde puedan cortar carne o pasar un mixer sin preocuparse por dañar la superficie”.
“Pero no va a reemplazar nuestras cacerolas Essen tradicionales, sino que son una nueva alternativa para quienes buscan practicidad sin resignar calidad”, afirma Helga Yasci, actual directora e hija del fundador.

La primera partida, de apenas 2700 unidades, lanzada en marzo, se agotó en pocas semanas, y confirmó que la apuesta era acertada. La empresa ya prepara una nueva producción y proyecta ampliar la Línea Fusión con más productos.
Así, Yasci, y su esposa Teresa Bompessi iniciaron Fundiciones Yasci en el patio de su casa en 1954. A fuerza de trabajo, inventiva y convicción, la familia transformó aquella fundición casera en un emporio de utensilios de cocina que hoy emplea a más de 420 personas de manera directa, fabrica 600.000 productos al año en una planta de más de 10.000 metros cuadrados en Venado Tuerto y exporta a cinco países: Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú y el más reciente, México.
Porque en los comienzos, muchos miraban con escepticismo esas cacerolas “feas, pesadas y caras” —como alguna vez las definió un consultor— que se alejaban del estándar estético de la época. Pero Wilder, inspirado por las reuniones de Tupperware a las que asistía su esposa, apostó por un modelo que terminó siendo revolucionario en el país: la venta directa. La primera demostración fue en Sancti Spíritu, un pequeño pueblo santafesino, donde vendió diez unidades.
Hoy, la compañía lleva más de 30 mllones de cacerolas vendidas y construyó una comunidad de más de 20.000 emprendedores en todo el país. Tanto mujeres como hombres, no solo comercializan los productos, sino que también encarnan la identidad de la marca. Gracias a ese trabajo colectivo, Essen está en camino de alcanzar este año el sello de Empresa B.
El corazón de aluminio permite una distribución del calor pareja, lo que asegura las mismas funciones que los clásicos modelos de la marca: hervir, saltear, hornear, cocinar a baño maría o al vapor, freír y descongelar. Apta para todo tipo de cocinas —gas, eléctricas, vitrocerámicas e inducción—, conserva además la eficiencia energética que distingue a Essen: según un estudio del INTI, permite ahorrar hasta un 70% de gas.

Disponible a un precio cercano a los u$s 300, esta nueva cacerola de acero inoxidable no viene a reemplazar a las tradicionales de aluminio, sino a convivir con ellas, ampliando la propuesta de la marca para distintos tipos de usuarios. Con un diseño minimalista y moderno, invita a cocinar sin apuros, a fuego lento y con confianza.
El espíritu de innovación no es nuevo en Essen. Este mismo año, su producto Flip Nuit, otro de sus productos estrella, fue distinguido con el prestigioso concurso Red Dot Design Award en Alemania, un reconocimiento internacional que solo dos marcas actuales de argentinas han obtenido hasta ahora: Essen y Peabody.