La brecha de género es artificial, dice la autora Claudia Peiró, e impulsada por tribus urbanas con más pantalla que arraigo. Llevan a la degradación del lenguaje hasta en niveles académicos. Ya hay pasos para ir corrigiendo.
Hablar es una forma de comunicarse. El lenguaje oral se desarrolla en la mente y con la ayuda de los órganos fonadores. Y la estimulación de padres y seres cercanos son vitales para que esta capacidad se desarrolle. Un informe y una investigación ponen de relieve los riesgos de exponer a las criaturas a estímulos digitales desde muy pequeños