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jueves, abril 25, 2024

Milo Fretes: el segundo misionero voluntario de la vacuna

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Es de Eldorado, a donde vuelve siempre. Hace años reside en Buenos Aires. Y se ofreció como voluntario a la experiencia de los laboratorios Pfizer y Biontech. Y cuenta en primera persona cómo fue todo el proceso. Y lo que sigue, porque cada semana deberá hacer un reporte de seguimiento a los investigadores. Entrevista exclusiva

En el momento de la aplicación. Y con la camiseta de su equipo favorito. (Foto Milo Fretes).

Clodomiro “Milo” Fretes es oriundo de Eldorado. Tiene 64 años y una vida sana. Recientemente se ofreció como voluntario para que le apliquen la vacuna contra el Coronavirus desarrollada por Pfizer en conjunto con el laboratorio Biontech. El experimento se lleva a cabo en varios países del mundo y en Buenos Aires, tiene lugar en el Hospital Militar.

Fretes trabajó varios años en el viejo Banco Iguazú y luego de que esta entidad cerrara sus puertas se trasladó a Buenos Aires donde siguió trabajando en el área de bancos y financieras.

Su pasión por el fútbol le permitió seguir jugando hasta una edad muy grande cuando la mayoría de las personas no se anima a correr detrás de una pelota por temor a roturas y lesiones ligamentosas o de otro tipo.

Sin embargo, Milo vuelve a Eldorado y se junta con sus amigos del Barrio Bernín y del Kilómetro 18 donde pasó sus primeros años de vida.

Aunque se había anotado hace algún tiempo, luego le indicaron que estaba como “suplente”. Si alguien se “bajaba”, entraba él.

Y así fue.

En la semana que se inició el lunes 24 de agosto fue convocado. Lo fueron a buscar y pudo hacer su aporte.

En una charla exclusiva con PM, aquí van sus principales conceptos.

¿Cuándo te enteraste de que estabas inscripto, cómo te avisaron y cuáles fueron los primeros pasos?

Me hicieron un montón de preguntas. Si tomaba algún medicamente. Si era diabético. Y si tenía algún padecimiento. Pero como yo no tengo nada y lo único que tomo es Glucosamina que es para la artrosis y eso no constituía ningún impedimento. Después de eso, no padezco de nada: ni presión arterial alta o baja, no tengo problemas con la sal, con el azúcar y la diabetes. De todo eso, nada me afecta.

¿Por qué pensás que te eligieron?

Quiero suponer que fue por la edad. Más difícil de conseguir personas de 64 años que no tenga algún tipo de enfermedad. Supongo que por edad y por estar sano, pasé todas las preguntas. Que fueron muchas.

¿Cómo te enteraste de esto?

Al principio me anoté en una dirección que salía en los diarios y en la tele. Pasaron los días y me llamaron. Y me dijeron que ya estaba en una lista que había de selección. Y si faltaba alguno, me iban a llamar. Estaba en una especie de lista de espera. SI alguno no seguía, pasaba a estar yo como voluntario.

¿Y después?

Y después me llamaron de vuelta y reiteraron la situación. Y luego de unos días me avisaron que había una vacante. Y me pedían que confirme mi intención. Y ahí les reiteré que sí, que quería ser parte del estudio. Y así siguió la cosa hasta que recibí un mail donde me confirmaban que el lunes 24 tenía turno para aplicarme al mediodía. Me avisaron con una semana de antelación.

¿Tenías que ir en ayunas o con algún tipo de comida?

No. No hubo ningún tipo de dieta. Y me confirmaron que era voluntario. Que no iba a recibir ningún tipo de pago, que no había cuestiones de política de por medio, que era una cuestión de las empresas Pfizer y Biontech, ambas privadas. Que esto estaba a cargo del doctor Fernando Polack. Me fueron advirtiendo todo esto por teléfono. Después llegó el mail donde me trasladaban el horario. Y nuevamente acepté.

¿Y el traslado?

Bueno me avisaron que me iban a pasar a buscar. Con todos los gastos a cargo de la empresa. Ayer (por le lunes) me pasaron a buscar a eso de las 17 horas. Era del grupo de las 6 a 6:30 de la tarde. Me buscó un Cabify.

Y llegaste al Hospital Militar, ¿verdad?

Sí. Una vez en el Hospital, tenía que entrar con el coche y vi a los soldados. Que me pidieron la identificación. Ahí ya había voluntarios. Me atendieron muy bien. Con una especie de ‘alfombra roja’. EN un escritorio, entregué mi documento. Luego en una ventanilla me dieron una carpeta para confirmar los datos que había mandado con anterioridad. Y así fue

Ya estabas adentro, ¿no?

Sí. De ahí pasé a un box. Me atendió una doctora. Y en ese momento, firmé mi acuerdo que consta de varias hojas. La médica me iba a leyendo, sobre los efectos que podía llegar a tener (algo de fiebre, dolor de cabeza, picazón, dolores). Y que era una vacuna a ‘doble ciego’: a algunos le ponían la vacuna verdadera y a otros, un placebo.

“Siempre llevé una vida sana y deportiva. Ojalá que todo esto ayude”. (Foto: Milo Fretes)

Y ahí ¿qué hicieron?

Bueno, me sacaron sangre. Y colocaron en tres tubitos de sangre. Después pasé a otro sector, donde también me hicieron otras preguntas. Y asimismo, me hicieron un hisopado. Y luego, pasé a otro sector, el de vacunas. Cuando entré, me sacaron el barbijo que llevaba. Me pusieron uno de ellos. Me pusieron alcohol en gel, me dieron un kit de elementos para uso personal y un termómetro con el que me medí la temperatura yo mismo con sistema sublingual y me quedé con ese termómetro. Es natural que ni siquiera la persona que me aplicó la vacuna (o el placebo) sabía de qué se trataba. Todo es para mayor seguridad.

¿Te dieron algo más?

Sí. Una vez que me pusieron la vacuna, me dieron un celular que tiene una aplicación donde yo debo informar todos los lunes cómo me va. Debo contestar algunas preguntas que me van a aparecer en el sistema. Y si tengo algo que me suceda en el medio, también deberé reportar. Asimismo, tengo un número especial, donde me puedo comunicar por cualquier cosa. Participo del estudio desde adentro. Y puedo comunicarme con la gente del experimento por el teléfono y la App de ellos. Si algo me llega a pasar, tengo que llamarlos y comunicarme

¿Cómo te sentís ahora?

Ahora (las 8 y media de la mañana del martes) estoy acostado. En principio, no parece que tenga efectos. No siento nada.

¿Por qué lo hiciste?

Le digo a mis hijos que lo hago porque quiero que esté la vacuna. Para que podamos volver a llevar una vida normal. Y que podamos visitarnos, podamos vernos. Algo que ahora está totalmente bloqueado, en especial para los que vivimos aquí en Buenos Aires. Tengo mi hija Melina que cumplió 40 años y no pude estar con ella. ¿Cómo no voy a intentar hacer esto si puede ayudarnos a salir de esta pandemia? Así que me siento orgulloso de ser voluntario al 100 por ciento.

“Lo hice por todos. Mi hija Melina cumplió años y no pudimos compartirlo”. (foto. Milo Fretes)

Argentina, líder en biotecnología en la región

Argentina es el único país de la región donde se lleva a cabo el experimento de la norteamericana Pfizer y la alemana Biontech.

“La experiencia previa de la Argentina en la realización de estudios clínicos, sumado a los altos estándares de calidad en investigación científica demostrados en los muchos estudios realizados en los últimos 20 años en el país, fue determinante en la selección de la Argentina como lugar de testeo de la fase final de la vacuna”, señalaron las autoridades de Pfizer al justificar la realización de la práctica en nuestro país.

Los otros países donde se realizan estos experimentos son Estados Unidos y Alemania.

Las farmacéuticas se encuentran a la espera de la aprobación regulatoria de la ANMAT.
Orgullo nacional. Argentina tiene un gran avance en biotecnología. Por eso la eligen también.
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