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jueves, marzo 28, 2024

El regreso a casa en 90 días: un misionero varado en Chile

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Por Nadia B. Maximowicz. “Llegando a Mendoza nos escoltó la gendarmería con las sirenas y sacaban fotos y filmaban, pero cuando nos tocó bajar en la aduana, ¡no nos dejaban bajar del colectivo a oxigenarnos! El mismo no tenía aire acondicionado, y nos estábamos muriendo de calor” recuerda Facundo Pereira sobre el periplo vivido.

Días felices. Cuando el coronavirus aún no manifestaba sus primeros síntomas en Latinoamérica.

Facundo Pereira es un misionero de 23 años al que la pandemia lo encontró trabajando temporalmente en Chile, específicamente en una cadena hotelera que se encontraba a 3 horas en avión de la capital chilena. El lujoso hotel tenía vacantes laborales y Facundo reunió todos los requisitos para vivir su experiencia soñada de 7 meses viviendo en Torres del Paine, situada en la Patagonia Chilena -específicamente, casi a la misma altura de El Calafate-. Este lugar es conocido por sus altas montañas, glaciares y las praderas que tienen una fauna poco común, como guanacos y pumas. Tras 8 meses de trabajar de recepcionista en un hotel, se llevó la sorpresa de que un virus se había empezado a propagar en China, que luego había llegado a Estados Unidos… Todo progresó sin grandes sobresaltos hasta que una mañana despertó con un mensaje que anunciaba que las fronteras argentinas estaban selladas: así empezó su odisea de tres meses para volver a Misiones.


Facundo en el Parque Nacional Torres del Paine, en la Patagonia Chilena

¿Cuánto tiempo estuviste en Chile?

Estuve 8 meses trabajando de recepcionista de un hotel.

 ¿Y en qué consistía tu trabajo en ese hotel?

Mi trabajo consistía en básicamente orquestar el funcionamiento del hotel en base a los pedidos de los huéspedes. Me encargaba de registrar todo desde su check in hasta su check out. Informando a todas las arenas de trabajo durante ese proceso. El hotel tiene atención personalizada, y cuando una reserva llegaba, lo hacía con la mayor cantidad de información posible de los huéspedes (alergias, preferencias en las comidas o bebidas, pedidos especiales, etc.) Si esa información no llegaba allí, la íbamos recopilando en su check in cuando los recibe el manager on duty. Yo debía compartir esa información con su guía, la cocina, el restaurant e incluso maestranza y servicio a la habitación- para que cada uno en su área tenga todo listo tal cual pide el huésped. Además, debía contactarme con agencias, otros hoteles de la cadena (usualmente los huéspedes visitan otros en el mismo viaje) y coordinar todos los detalles que se van armando durante la estadía del huésped para que su experiencia sea placentera, única y personalizada a su gusto.

En la Aduana Argentina, Mendoza, esperando para poder seguir el regreso.

Me comentabas previamente que te rescindieron el contrato por la pandemia, ¿qué fue lo primero que hiciste?

Cuando empezó la pandemia, todavía estaba en el hotel y era súper incierto que iba a suceder y de repente cerraron todo. Después de que me rescindieron el contrato me fui a Santiago, me alquile un AIRBNB – un alojamiento turístico por día- y me quede dos meses y medio con una amiga, en cuarentena total. Me había comprado unos vuelos con LATAM pensando que era oficial que podía viajar pero no era así, por lo que me cancelaron 3 veces los vuelos. Mientras esperaba, de igual modo estuve en contacto con el consulado viendo si autorizaban un colectivo o un avión para cruzar a Buenos Aires pero no conseguían los permisos. Después de tanto esperar salió un colectivo finalmente y pude volver hacia Buenos Aires.

¿Cuánto tiempo tardaste en volver?

Tarde en volver aproximadamente 3 meses, contando con la cuarentena que hice al llegar a posadas y ser oficialmente libre.

¿Cómo fue tu viaje de retorno?

 Volví en un colectivo proporcionado por el estado, coordinado por el consulado argentino en Chile.

¿Fue difícil coordinar el regreso?

Desde que llegamos a la terminal de Santiago, jamás nos dieron mucha información de como iba a funcionar todo. Nos enteramos sobre la marcha mientras que nos llevaban hasta la frontera Chile-Argentina, que teníamos que cambiar de colectivo. También supimos así que aparentemente algunas provincias tenían restricción horaria, lo que implicaba llegar a las 22 a San Luis y dormir en el colectivo al costado de la ruta hasta las 6 a.m. hasta que nos dejen pasar, lo que implicaba llegar a Buenos Aires, como nos decían: “Algún día”. Cada provincia tomaba sus decisiones.

“El apunamiento al pasar la Cordillera de los Andes en colectivo es terrible”, recuerda el joven posadeño que posa en la foto junto a su amiga Coty Mainero..

¿El colectivo iba lleno?

Sí, y había gente de todas las edades, muchos adultos mayores y algunos con niños. Se sintió que lo hacían más por el show de repatriar gente que por ayudar a la gente a volver a su casa. Llegando a Mendoza nos escoltó la gendarmería con las sirenas y sacaban fotos y filmaban, pero cuando nos toco bajar en la aduana de Mendoza, ¡no nos dejaban bajar del colectivo a oxigenarnos! El mismo no tenia aire acondicionado, y nos estábamos muriendo de calor. Yo me baje a consultar a un gendarme si podíamos hacer fila con la distancia respectiva abajo porque en el bus hacia mucho calor a lo que el mismo me respondió “Viajaron 6 hs. sin aire, no pueden esperar 30 minutos más?” Repito, había gente con niños y adultos mayores incluso ya descompuestos por la altura y el calor. El apunamiento al pasar la Cordillera de los Andes en colectivo es terrible. Nos bajamos todos igual – por suerte- porque finalmente nos retuvieron en la aduana aproximadamente unas 10hs. hasta que finalmente pudimos salir.  Nos dormimos todos muy estresados pero despertamos con la buena noticia que no tuvimos que esperar en la entrada de la provincia de San Luis… así que a las 9 a.m. ya estábamos por Santa Fe llegando a Buenos Aires.

¿Y desde que llegaste a Buenos Aires? ¿Cómo fue la experiencia?

Hice 7 días de cuarentena en un hotel cuya estadía estuvo a cargo del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con las cuatro comidas incluidas. Nos trataron super bien. Al octavo día nos hicieron el hisopado a todos y nos dio negativo, por lo que nos dejaron hacer 7 días más de cuarentena en nuestros domicilios en Capital Federal. Me quedé en el domicilio de una amiga. Pasados esos 7 días, con un amigo nos pusimos a buscar un transfer para volver a Misiones y tardamos en conseguir uno. Un mes después conseguimos un colectivo que nos trajo a Posadas, hicimos 14 días de cuarentena… y finalmente fui libre. Ya estaba en casa.

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