Hay más novedades en la familia de productos De La Finca! “Agrandamos los productos Delissia, la línea Premium de nuestra marca. A las ya conocidas barritas de cereales, en octubre llega el dulce de leche Delissia el primer dulce de leche con azúcar mascabo en la región”.
Con orgullo, Matías Sebely anunció la novedad.
Se trata del primero que sale con estas características
El azúcar de mascabo se obtiene del jugo de la caña de azúcar sin refinar ni procesar debe su color a una película de melaza que envuelve cada cristal y que normalmente tiene entre 96 y 98% de sacarosa.
Es Light y sin TACC (trigo, avena, cebada ni centeno), y está hecho con materia prima de productores misioneros, con lo que se genera un valor agregado a toda la cadena de producción!
Pero hay más: En estos días sale al mercado el dulce de leche con stevia, y “¡seguimos creciendo!”, anunció Matías.
Ya presentado en sociedad
“Un poco de dulce en la trilla. Salió degustación del Dulce de Leche con Stevia De la Finca con participantes, organizadores y vecinos de Alem”.
¡Gran evento el primer fin de semana de septiembre! Con la adrenalina de Trilla “La Piara” donde las motos y cuatriciclos anduvieron por los caminos de Alem y Almafuerte, mientras atravesaban obstáculos naturales como arroyos y cerros de la tierra colorada. Allí fue presentado y (por sobre todo) degustado Delissia, el nuevo dulce de leche con azúcar de mascabo de Alem.
Estos eventos movilizan nuestra economía, y potencian sectores como el gastronómico y hotelero, que reciben a los visitantes con su oferta comercial, recordó Sebely y se vio a la gente muy satisfecha con el flamante dulce de leche Premium.
“¡Un gustazo acompañarlos! Y vamos a seguir apoyando, pero sobre todo potenciando más eventos para que trasciendan las fronteras de la provincia y atraiga más oportunidades para todos que nos permita
¡Seguir haciendo todos los días!”
Cómo empezó todo: los desafíos actuales
“Un amigo, de acá de Misiones, se me acercó un día y me contó que estuvo viendo un documental de América y África, y veía cómo había una cantidad de personas que pasaban hambre en esos lugares”.
Así comentaba Matías Sebely en su libro El éxito del fracaso cómo se le ocurrió uno de sus emprendimientos.
“Me dijo que se sintió muy dolido al comprender que las personas pasaban hambre, cuando él, acá en la chacra, al final del día tiene que deshacerse de productos que no pudo vender (porque no pudo ubicarlos, o porque no tiene la logística necesaria para comercializar los productos o simplemente no existe el mercado necesario).
Esos productos que no puede vender en el día, termina tirándolos como comida a los canchos; es decir, que los chanchos acaban comiendo mejor que muchas personas en el mundo.
Es un pensamiento triste y hasta doloroso. No había manera que de que pudiera ignorar algo así, algo que estaba pasando tan cerca de mí, en mi propia comunidad.
Desde ese momento empezamos a pensar e idear qué podíamos hacer con esos productos, y como podíamos hacer también, para que desde Leandro N. Alem pudiésemos enviar alimentos para el resto del mundo.
Es una de esas situaciones, cuando al pensar en ayudar a los demás y en intentar idear algo que brinde una solución positiva para muchas más personas sin pensar en nosotros primeros, que encontramos un propósito.
Allí descubrimos una técnica, buscando la manera de que pudiésemos tomar estos alimentos y enviarlos al resto del mundo, a través de un proceso llamado liofilización. Es un procedimiento muy común que se usa para la conservación de las vacunas y muchos otros medicamentos. Encontramos la manera de aplicar este concepto para poder conservar estos alimentos, y no solo alimentos, sino también comidas completas. En palabras sencillas, lo que se hace es deshidratar los alimentos con frío y vacío, conservando todos sus nutrientes hasta por veinte años, sólo necesitando agregar agua cuando se vayan a consumir”
Y así salió “Comida por un dólar”.
