Una joven de San Vicente contó su experiencia en su carrera de Ciencias de la Salud como instrumentadora quirúrgica. Al cierre de las aulas y pasar al sistema Zoom se agregó el hecho de que su formación profesional pasaba por una actividad práctica. La historia de Evelin Sieb contada por ella misma
“Tenemos que ser rápidos, proactivos. La idea es que el instrumentador pueda adelantarse a las necesidades del cirujano y del paciente. Por eso es importante saber la técnica de cada cirugía para poder ir previendo. El principio es que cuanto más rápida es la cirugía, mejor para el paciente y para todo el equipo médico. Tenemos que saber discernir lo que está bien de lo que está mal y ser sinceros”. Así, entusiasmada con su flamante profesión cuenta cómo es ser una asistente universitaria en un quirófano.
Evelin Carolina Sieb sabía que no iba a ser fácil. Veinteañera que ya tenía el título de profesora en Biología desde 2016 pero no conseguía trabajo. En 2018 empezó algo parecido a lo que sería su nueva orientación en Posadas y se animó a una nueva carrera. La flamante Universidad abierta en su localidad y la posibilidad de ampliar sus competencias la hicieron decidir.
Así empezó la Tecnicatura en Instrumentación Quirúrgica que se dicta en la Universidad del Alto Uruguay (UNAU).
Muy respetuosa, como gente del interior, primero consultó con las autoridades de la Universidad a ver si podía responder a las preguntas. Así, una vez liberadas todas las eventuales restricciones, contó su experiencia.
“Soy la primera egresada del 2022 y la primera de toda la carrera de Instrumentación Quirúrgica. Sé que en 2021 hubo un egresado de la Tecnicatura en Desarrollo Agropecuario, pero en esta área soy la primera de todos”, aclaró.
Evelin empezó la carrera en abril de 2019. Ese año, la UNAU arrancó con sus actividades académicas. Más de 700 jóvenes habían pasado los cursos de nivelación universitaria.
Allí, junto a la carrera de Evelin estaban además, la Licenciatura en Kinesiología y Fisiatría, la Licenciatura en Administración de Negocios y En enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró una emergencia de la salud pública mundial y -todos lo recuerdan, naturalmente- en marzo Argentina ya estaba encerrada.
“Cuando llegó la pandemia, empezamos a tener clases por Zoom (transmisión vía internet de imágenes y palabras)”, recuerda la joven de San Vicente.
“Era el segundo año, la cantidad de alumnos se había reducido y ya constituíamos una sola comisión. Teníamos clases todos los días. Y nosotros deberíamos haber empezado las prácticas (porque, claro está, mi carrera es eminentemente práctica) y no pudimos justamente por la pandemia. Así que no pudimos arrancar esas prácticas durante el primer año de la pandemia”, indicó Evelin.
Pero, como Misiones hizo bien las cosas en temas de salud, hubo una paulatina salida del encierro y mejora general de las actividades para 2021.
“En el 2021, ya pudimos empezar nuestras prácticas en el Hospital San Vicente y en clínicas. Arrancamos en febrero del año pasado y tuvimos prácticas hasta febrero de 2022. Esas fueron muchas horas de práctica donde íbamos muchos días al Hospital”, puntualizó al recalcar que esa intensidad les ayudó a recuperar el tiempo y las habilidades no logradas durante el primer año de pandemia.
En ese punto Sieb destacó la actitud de los profesores de la carrera: “Ellos estuvieron súper atentos en todo momento. Con su apoyo, los podíamos consultar vía llamadas, video llamadas, Zoom. Todas las alternativas nos facilitaron poder llevar las clases”.
La pregunta busca reafirmar esta cuestión. Concretamente.
“¿Cómo hicieron para lidiar con la cuestión de clases no presenciales en una carrera tan operativa?”
Está claro. No era lo ideal. Era lo posible. “Lo que no podíamos era armar una mesa con el instrumental físico pero todo lo hicimos vía on line”.
Y cuando empezaron las prácticas hace poco más de un año, pudieron retomar el contacto con los elementos físicos, propios, ya que antes todo era en forma teórica, en papel, dibujos y videos”.
En qué consiste
“Como instrumentadoras quirúrgicas, cumplimos dos roles dentro de un centro quirúrgico. Como instrumentadora aséptica y como instrumentadora circulante. La primera es la que va a estar en contacto directo con la cirugía y la que va a brindar las tareas asépticas (libres de microorganismos y que es limpio)”.
Y queda la otra área. “La instrumentadora circulante es la que se encarga del paciente, desde que ingresa, le tratará de brindar comodidad, seguridad y respetando siempre su dignidad, que es uno de los valores que tiene la persona. Así ante las necesidades que tenga ese paciente, la instrumentadora circulante deberá estar para ello. Y también es la que va a mantener el quirófano en condiciones a la hora de la cirugía. Cumplimos dos roles importantes: ser la mano derecha del cirujano y la que organiza toda la cirugía”.
En ese punto, expresó que su carrera sea más valorada en el ámbito de las actividades vinculadas al quirófano.
Y hay que ser sinceros, enfatiza Evelin.
“Si llegáramos a contaminar y no lo decimos va a ser un evento adverso para el paciente que es nuestro mayor objetivo”.
En ese punto, destacó: “Puedo ser cualquiera de las dos. Un día puedo ser la instrumentadora aséptica y al otro día, puedo ser circulante. La idea es que cumplamos los dos roles”.
El 9 de marzo de 2022, Evelin Sieb pudo terminar su carrera y ser la primera en recibirse. “Siempre lo quise y desde que se abrió la carrera no dudé un instante. Los profesores que tuvimos fueron increíbles en todo sentido. Y mis compañeros también. Y fuimos como un equipo tanto dentro del quirófano como dentro del aula”.
Ella está “súper feliz” y espera conseguir trabajo pronto y está esperando que salga su matrícula para ello. “Gracias a Dios, hay ofertas de trabajo así que espero mi título y sigo para adelante”.
En cuanto eso salga la matrícula, su historia de estudiar (y recibirse) en los años de pandemia también formará parte de los episodios increíbles que tocó a la humanidad vivir en el siglo XXI
