Vinos y productos gourmet, lo que más buscan. Sin embargo, se volvió también un clásico hacer las compras de la canasta alimenticia en supermercados argentinos por la diferencia cambiaria
Guillermo Fernández, intendente de Irigoyen insistió en la necesidad de que el edificio y carriles para la Aduana de turismo sea ampliado a los efectos de agilizar el paso y poder aprovechar de mejor forma, la llegada de brasileños atraídos por la conveniencia cambiaria. Es que es mucha gente que está viniendo y en casos hay atoramiento que la autoridad local desea que se agilice. Y de allí el pedido claro
“Estamos con un aumento significativo en la cantidad de comercios y negocios en Bernardo de Irigoyen. La ciudad ha experimentado una mayor afluencia de visitantes, en particular, de la zona de Santa Catarina de Paraná. Este flujo ha plantea claramente la necesidad de mejorar la infraestructura en la Aduana de Turismo, que se ha vuelto insuficiente para manejar el elevado movimiento de personas y mercancías” indicó Fernández.
Los brasileños no vienen solo por las mercaderías de la canasta básica (tipo carnes, arroz, así como derivados de las harinas) sino que van más allá y buscan verdaderos productos gourmet: y sí, el cambio permite ‘darse esos gustos’. Uno de los más apreciados es el vino.
Ya se sabe, el sur brasileño tiene su “vinho das serras” pero se trata de una bebida con bajo tenor alcohólico (casi siempre en botellones de plástico) y poco añejamiento. ¿Resultado? Cuando pueden, compran algo de mejor calidad y que proviene de la región cuyana de Argentina. Las vinotecas y comercios venden de a cajas los mejores vinos argentinos. Aunque algunos de ellos tienen precios elevados para los vecinos locales, no así para quienes llegan con reales en mano. Además, es usual ver a brasileños que compran quesos, artículos de perfumería, limpieza e incluso hasta mariscos.
El intendente Fernández enfatizó que la solución más inmediata sería ampliar el actual edificio de la aduana. Para ello, planteó la necesidad de agregar más carriles de entrada y salida para facilitar el flujo de personas y vehículos. Destacó el éxito de proyectos similares implementados en otras ciudades turísticas de Argentina, como Iguazú y Posadas.
En las comunas, los comerciantes celebran este escenario. Mientras los cambistas están a la expectativa de lo que pase en los próximos días -debido a que el real se encuentra en constante movimiento y hay lugares donde se habla de que ya alcanzaría los $120-, los propietarios de negocios, por su parte, están muy conformes debido al aumento de visitantes brasileños en el municipio. Es que las compras locales son cada vez menos, por la pérdida de valor adquisitivo, por lo que la llegada de los vecinos ayuda a movilizar la economía en las zonas de frontera. Afirman que las asimetrías cambiarias funcionan así siempre: a veces benefician a un país y a veces al otro. Pero la idiosincrasia local es entendida de esta manera, como una convivencia constante de comercio y cultura que deja de lado los límites geográficos.
Esto genera incertidumbre por parte de los argentinos, pero también una oleada de compradores del vecino país que llegan a las localidades de Misiones para arrasar con los productos de supermercados, farmacia y vinotecas, entre otros. La llegada de brasileños a municipios argentinos ya venía siendo constante durante los últimos tiempos justamente a causa de este desfasaje económico. Sin embargo, en las últimas semanas se intensificó y cada vez son más quienes cruzan la frontera con el fin de abastecerse.
