El Niño y la Niña no son producidos por el ser humano ni sus actividades. Pero se puede combinar con el cambio climático. Hay estudios desde 1901
Pequeños cambios en la temperatura de la superficie del mar pueden provocar grandes cambios en la atmósfera. Así es como los eventos de El Niño y La Niña pueden afectar de manera tan dramática los patrones climáticos en todo el mundo.
El Niño y La Niña son fenómenos naturales, que no tienen origen antropogénico -es decir, por causa del hombre-, como sucede con el cambio climático. Sin embargo, las consecuencias de ambos se pueden combinar. Dado que El Niño es un fenómeno de calentamiento, se prevé que se dé un aumento de las temperaturas globales durante los próximos años. “Existe una probabilidad del 93% de que al menos un año entre el 2023 y el 2026 sea el más cálido registrado, y una probabilidad del 50% de que la temperatura global alcance temporalmente una subida de 1,5 °C por encima de la media de la era preindustrial”, señalan desde la Organizacion Meteorológica Mundial (OMM). En 2023, junio fue el mes más cálido registrado hasta la fecha en el planeta, básicamente a causa del calentamiento de los océanos, una mezcla de cambio climático y del retorno del fenómeno El Niño.
¿Qué son el Niño y la Niña?
El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.
Durante un El Niño, la temperatura de la superficie es más cálida de lo normal. Durante La Niña, es más fría de lo normal. La Niña normalmente trae condiciones húmedas y más frescas a gran parte de Australia
El ENOS es uno de los patrones más importantes de la llamada variabilidad climática interanual, que incluye modificaciones de la circulación de la atmósfera que pueden durar desde varios meses a pocos años. El Niño y La Niña son los componentes oceánicos, mientras que la Oscilación del Sur es el componente atmosférico, y ambos dan origen al término El Niño/Oscilación del Sur. Este fenómeno comprende tres fases: El Niño, La Niña y una fase neutra.
“Investigaciones anteriores sugieren que El Niño-Oscilación del Sur seguirá cambiando este siglo. En particular, podemos esperar eventos de El Niño y La Niña más intensos y frecuentes“, adelantó el investigador Francisco Martin Leon de la Universidad de Sevilla.
Los efectos de esta oscilación sobre el país son diversos y varían ya que dependen de la fase, la región y la época del año. En particular durante la primavera y verano el nordeste argentino tiende a registrar precipitaciones superiores a las normales durante una fase El Niño. Durante la fase La Niña misma zona tiende a registrar precipitaciones por debajo de lo normal.
El fenómeno tiene una periodicidad irregular, usualmente ocurre cada dos a siete años, y se declara una fase El Niño/La Niña cuando las temperaturas del mar en el Pacífico oriental tropical aumentan/disminuyen 0,5°C por encima/por debajo del promedio durante varios meses consecutivos (5 trimestres).
La investigación analizó varias simulaciones producidas por 43 ” modelos climáticos “, o simulaciones por computadora del sistema climático de la Tierra.
Primero, se compararon las simulaciones de 1901 a 1960 con las de 1961 a 2020. La mayoría de los resultados mostraron un aumento en la “variabilidad” de El Niño-Oscilación del Sur desde 1960.
La variabilidad se refiere a una desviación del promedio. En este caso, los resultados muestran que los eventos fuertes de El Niño y La Niña han ocurrido con más frecuencia que el promedio desde 1960. Este hallazgo es consistente con las observaciones durante los mismos períodos.
Se cree que el nombre de este fenómeno se originó hace siglos atrás por «El Niño Jesús», cuando en fechas cercanas a la Navidad, los pescadores peruanos se refirieron al fenómeno meteorológico en honor al recién nacido Niño Jesús.