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miércoles, diciembre 4, 2024

Con leve ventaja de Trump, los estadounidenses eligen hoy

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Cerca de 245 millones de electores decidirán quién dirige el país del norte por los próximos cuatro años. Compiten el anterior (de 2017 a 2021) presidente Donald Trump (republicano) contra la demócrata Kamala Harris. Cada estado tiene electores. Pero el que gana “se lleva todo”: los propios y los ajenos. Por eso hay siete estados que se balancean de una opción a la otra.

En unas elecciones consideradas como las más importantes de la historia reciente de Estados Unidos, los sondeos reflejan la competitividad de la carrera y plantean la incógnita de si el país elegirá a su primera mujer presidenta –después de la histórica retirada de Joe Biden de la carrera- o si Trump logrará un segundo mandato.

Como no importa quién gane la mayoría de los votos en todo el país –lo único que cuenta es el resultado en cada estado–, el candidato más votado en un estado gana todos sus electores (excepto en Nebraska y Maine). El objetivo es alcanzar la cifra mágica de 270, sinónimo de victoria nacional. Por eso, el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris centran sus energías en estos estados e invierten en ellos la mayor parte de sus fondos.

El sistema electoral norteamericano, basado en el colegio electoral, otorga a cada estado un número de votos proporcional a su población, lo que confiere una relevancia especial a un pequeño grupo de estados clave –los “swing states”- donde los resultados son inciertos y tienen el potencial de inclinar la balanza electoral. Este año son siete los principales campos de batalla: Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Arizona, Georgia, Nevada y Carolina del Norte, donde las encuestas muestran una contienda extremadamente cerrada, con ventajas dentro del margen de error.

El próximo presidente de Estados Unidos tendrá que trabajar en un mundo que enfrenta el mayor riesgo de un enfrentamiento entre grandes potencias desde la Guerra Fría.

“Estados Unidos sigue siendo el actor internacional más importante en materia de paz y seguridad”, dice Comfort Ero, presidenta y directora ejecutiva del International Crisis Group.

Pero advierte que “su poder para ayudar a resolver conflictos se ha reducido”.

Si gana Trump, “puede dar a Israel una mano aún más libre en Gaza y en otros lugares, y ha insinuado que podría tratar de llegar a un acuerdo sobre Ucrania con Moscú por encima de Kiev”.

En Medio Oriente, la candidata demócrata se ha hecho eco repetidamente del firme respaldo de Biden al “derecho a defenderse” de Israel. Pero también ha insistido en que “hay que dejar de matar a palestinos inocentes”.

Se renuevan 34 senadores y 435 miembros de la Cámara de Representantes. Además del presidente, en las elecciones también se renovará el Congreso estadounidense.

Todos los congresistas de la Cámara de Representantes serán reelegidos para un mandato de dos años. Actualmente los republicanos tienen mayoría.

En la Cámara Alta, los senadores son elegidos por seis años. En la actual, los demócratas tienen una mayoría muy ajustada, que los republicanos esperan quitarles.

La paradoja argentina

No sólo Javier Milei ha mostrado admiración por Trump, sino que también lo ha hecho la mismísima Cristina Kirchner. La diferencia es que mientras el Presidente lo hace de manera explícita, en el caso de Cristina se da de una manera culposa y escondida tras argumentaciones económicas. Así lo señaló Fernando Gutiérrez en una nota en iProfesional.

Y apunta y acierta. “Pero desde hace muchos años que la líder kirchnerista, cada vez que habló o escribió sobre Trump, hizo hincapié en el punto de que Trump no sólo no puede ser calificado como “neoliberal”, sino que, por el contrario, expresa una nueva forma de proteccionismo impulsada por el sentimiento antiglobalista”.

Salvo por su condena a la “cultura woke” y la advertencia contra la agenda 2030, en el resto de los temas de agenda Trump y Milei se muestran como líderes muy diferentes: Trump y su eslogan Hagamos grande a Estados Unidos de vuelta impulsa un crecimiento hacia dentro del país, con aplicación de impuestos de ¡hasta el 60%! a los productos chinos (por precios dumping) mientras que Milei dice que se debe “abrir toda la economía y dejar que el mercado sea el que gobierne.

Y Cristina no dejó de recordárselo a Milei: ” Milei no debería cometer la ingenuidad de creer que el mundo se dirigía hacia una liberalización económica sino que, por el contrario, lo que se venía era una época de cierre. Y agregaba que esos líderes con los que Milei gusta de reunirse son, precisamente, los que más se alejan de los postulados liberales, empezando por el propio Trump”.

Y no es algo nuevo. En 2019, Cristina destacó que bajo la presidencia de Trump (2017-2021) Estados Unidos había logrado el desempleo más bajo de los últimos 50 años, en el marco de “una economía que vuela”. Y dio a entender que la receta que necesitaba Argentina era similar a las de Trump, en el sentido de mantener un proteccionismo comercial, fomentar la industria nacional, bajar las tasas de interés y poner al consumo y al mercado interno como pilares del crecimiento.

Lo que soslayó la exmandataria (a la sazón candidata a vice en ese momento) es que para lograr eso, Trump contaba con una economía sólida y una inflación de un dígito cercana al 4% anual. Mientras que ella y su gobierno en los últimos cuatro años tuvieron 400% de inflación. Y esa es una diferencia significativa.

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