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domingo, junio 8, 2025

Acerca de cómo los capibara llegaron a dominar el mundo

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En varios países hay bares para poder tocarlos. En la región se los conoce como carpinchos, pero el otro nombre se popularizó más. En Argentina, estos roedores se hicieron famosos por su aparición en Nordelta (muy fuerte en la pandemia) y en búsquedas de Google superaron a Lionel Messi

Es la semana del 14 al 20 de abril en Posadas y el trabajo en la cocina de María Rossi es febril. Ella y sus ayudantes tienen que preparse para atender todos los pedidos para la Pascua que será el domingo siguiente. Y ahí entre sus exquisitas tortas mil-hojas y los huevos de Pascua así como conejos de chocolate se distingue una figura llamativa y nueva. ¡Son los capibara de chocolate!

“Todo el mundo los pide -admite María- y no conseguía en Posadas los moldes. Hasta que tuve que recurrir a internet y por suerte llegó rápido. Los capibara son el suceso de este año”.

Desde hace un lustro, los carpinchos vienen ganando una fama mundial. No fue sólo por su aparición en Nordelta. Se hicieron famosos en todo el mundo, pero son conocidos como capibara. A tal punto, que se hicieron populares hasta en Japón. Saltaron al estrellato porque su imagen relajada y amigable se viralizó. Se convirtieron en uno de los términos más buscados en Google y hasta la gastronomía aprovechó la movida y abrió bares en varios países. Lo más curioso es que el término capibara superó en búsquedas de Google al mísmisimo Lionel Messi. Cómo nace este fenómeno que hace furor y factura fortunas en todo el mundo.

La gente de estas tierras ya lo conoce. Se trata del roedor más grande del mundo, originario de América del Sur, que habita en zonas cercanas donde hay mucha agua. Son anfibios: nadadores y pueden andar por afuera. De allí que las grandes zonas acuáticas del Iberá constituyen un ámbito natural para los carpinchos.

Entre los más pequeños, la fama del animalito comenzó a crecer al ritmo de la canción “Capibara Song” del artista ruso Sto-Lichnayii Ona-Nas en TikTok, la red más utilizada por el público infantil. El pegadizo “ca-pi-bara capibara capibara capibara capibara capibara capibara” que se repite en loop durante todo el tema, no hizo más que llevar al animal al status de ícono viral.

Hay que admitirlo: su aspecto tranquilo y sin estrés es un llamado a querer tocarlo.

Evangelina SuárezDirectora Comercial de Retail Google Argentina, señaló “Se trata de microtendencias que nacen y se viralizan en las redes y que luego impulsan la intención de compra entre los usuarios. Un ejemplo es el caso capibarael furor por los productos asociados a la figura de este animal. Se trata de un fenómeno que se viralizó en redes sociales en el último año y que tuvo un correlato directo en el crecimiento de búsquedas en Google en los últimos 12 meses en Argentina, creando picos de demanda repentinos y signicativos. Durante algunos días, coincidentes con la previa de la vuelta a clases en Argentina, el término capibara superó en cantidad de búsquedas al astro del fútbol argentino Lionel Messi. Esto no es solo una moda pasajera, es una señal sobre cómo se comportan los consumidores, especialmente los más jóvenes”.

“El carpincho se volvió viral porque es un animalito muy tierno y se lo puede encontrar en situaciones realmente graciosas: parado arriba de un cocodrilo o tomando mate”, cuenta a La Nación Gio Fuceneco, que junto a su pareja, Jeremy Andes, abrieron The Coffee Bara en Recoleta, un café temático donde todo gira en torno a este animal. “Vienen chicos y grandes; incluso han llegado a hacer una hora de fila para entrar”.

Emprendedores: Jeremy Andes junto a su pareja Gio Fuceneco

Dónde hay bares de capibaras

Los chicos argentinos y del resto del mundo se volvieron fanáticos. Es tal el furor que en el barrio de Recoleta, en Buenos Aires hasta hay un bar de capibaras. Todo está decorado con las imágenes de estos roedores, hasta hay hay galletitas con forma de estos animalitos. El logro es que es un bar para chicos, porque les dan hojas de papel y pinturitas para que los dibujen y luego empapelan las paredes con las obras de los pequeños. Un espacio que no sólo convoca a adultos, sino que atrae a niños que van a merendar y a dibujar.

En Florida, Estados Unidos, funciona desde el año pasado The Capybara Café. Ofrece una experiencia única, permite que sus visitantes puedan jugar y acariciar a los carpinchos. El costo para un encuentro de 30 minutos es de 49 dólares por persona.

Entran a una habitación en grupos de seis personas y juegan con tres capibaras. El éxito es increíble, las reservas se agotan con varios meses de anticipación, por eso, los dueños abrirán un nuevo local en St. Petersburg, Florida.Todos se encariñan con estos animalitos que parece son muy mansos, tranquilos y se dejan acariciar. 

En Japón, abrieron un Café Capyba en Tokio (foto arriba), donde los visitantes pueden jugar y acariciar a dos capibaras que deambulan por el local. La primera media hora de permanencia en el local cuesta alrededor de 9 dólares, sin contar los consumos. Toman reservas con dos semanas de anticipación, aunque aseguran que no es fácil conseguir lugares. Sólo se permite la entrada de niños mayores de 6 años y hasta los 12 deben estar acompañados por sus padres. 

Cualquiera que visite colonia Carlos Pellegrini en Corrientes (uno de los lugares de acceso a la laguna Iberá) podrá verlos deambular por allí. No son silvestres sino cuasi-domesticados.

En Colonia Carlos Pellegrini andan a sus anchas

Y son familias que crecen rápido. Si lo sabrán los habitantes de Nordelta que desde la pandemia y el encierro (2020-2022) vieron pasearse a sus anchas a los mansos animalitos. Un macho puede reproducirse con más de una hembra en su comunidad. La etapa de celo del cuadrúpedo ocurre en primavera y puede llegar a tener de tres a ocho crías cuya esperanza de vida oscila entre los 10 años bajo vida silvestre y 15 años en cautiverio.  

“Se ha convertido en lo que llamamos un animal generalista, aprendiendo a socializar con la presencia humana y a adaptarse a las ciudades”, dijo el biólogo especializado en fauna salvaje Marcos Vinícius Rodrigues a National Geographic y dejó en claro que la incorporación del animal a las urbes es un mero instinto de supervivencia.

Algunos proponen algún sistema de castración para controlar las poblaciones. Otros dicen que se debe garantizar su existencia sin molestarlos. Ellos, mientras tanto, se acercan a las casas de Nordelta y comen lo que encuentran…

Son los capibara… los de la revolución silenciosa

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