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viernes, abril 26, 2024

El hombre que sabía de árboles e Historia

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El adiós a Alejandro Larguía. Falleció el 4 de junio. Un hombre de bien muy apreciado por la comunidad y admirado por sus conocimientos que tuvo a bien sembrar, como solía sembrar las semillas que obtenía de sus rodales.

Había nacido en Buenos Aires y se recibió de Ingeniero Agrónomo en la Universidad de Buenos Aires. Pero lo mejor estaba por venir

Alejandro Larguía estudiando. En su casa de Santa Inés donde vivió largos años (foto: captura).

Alejandro Larguía con 25 años rumbeó para el Norte. A las tierras cálidas de la Florida en Estados Unidos donde se especializó en Pinus.

Y con ese bagaje, se vino para Misiones.

Comenzó con los rodales (o lugares para expermientar) en el interior de Misones, en la zona forestoindustrial más importante del país: la región que agrupa (de ahí el nombre cluster) Eldorado y Montecarlo

Y sus famosos Pinus taeda Livingston empezaron a ser cultivados por los viveros y transplantados en esta región.

DAP (Diámetro a la Altura de Pecho). Larguía y su producción forestal (Foto: gentileza AL)

Larguía (y muchos colegas más) tenían un razonamiento sencillo que echaba por tierra de alguna manera esa idea de “especie exótica” que tan mal le cae al Pinus que en sus diversas variedades se planta y foresta en Misiones.

“Por qué llamaremos exótica a una especie que crece en el otro hemisferio pero a esta misma latitud?, se cuestionaba no sin razón. O sea, si se toma a la tierra como dos mitades redondas cortadas (y unidas) por el medio, la Florida tiene el mismo clima que aquí.

Vivienda con toques coloniales y caballos de cría. Un ingeniero agrónomo y forestal (foto: captura)

Visitarlo ahí en donde vivía, en lo que fueran parte de los viejos terrenos de don Pedro Nuñez, el gran impulsor de la yerba mate cultivada de forma sistemática en Misiones, constituía un verdadero placer. Amaba ese lugar por lo que representaba para la Historia (él que amaba esa ciencia) y por lo bellísimo del paisaje.

Con sus hermosos ejemplares de caballos y sus amplios prados para desplazarse, ése –su lugar en el mundo- había sido muy bien elegido.

Tal como lo recuerda Patricia Escobar, formó una familia con su esposa, Lidia Leonor Yunis y sus hijos Ramiro, Victoria y Ana.

Ahí cerquita, “cruzando la ruta” como explicaba Alejandro Larguía estaba el antiguo establecimiento de Pedro Nuñez e Hijos que hiciera tanto por Misiones, su poblamiento y su cultivo “profesional” de la yerba mate: con sus noques, con su Iglesia, con las viviendas para los empleados. Todo aún resiste. Los primeros ejemplares de plantas reproducidas con las técnicas de Carlos Thais aún se yerguen casi un centenar de años después, pese a que la erosión sacó el sustento de tierra roja socavada. Ahí, justamente ahí vivió sus últimos años Alejandro Larguía.

Desde hacía varios años, como quedó expresado… había trasladado parte de su pasión a la Historia regional.

En 2000 publicó su libro sobre “Misiones Orientales – La Provincia Perdida”, que fue presentado en Misiones, Buenos Aires, Corrientes, URI de Santo Ángelo y UF de Santa María Rio Grande do Sul.

Su primer trabajo. Siempre editó en Corregidor

En 2006 publicó un segundo libro “Misiones-Itapúa: y los pioneros del Oro verde

También se apasionó por la historia de los cultivadores de yerba.

En 2007 le siguió “Misiones jesuíticas del Uruguay: la provincia perdida”.

El pasado de esta región luego de que los jesuitas fueran expulsados.

En 2013 “Félix Aguirre – Gobernador de Misiones”,  post-Guacuarí.

Con documentación y archivos históricos: hizo Historia

Su última obra fue «San Carlos, pueblo misionero 1638-1822», publicada en 2016. El libro incluye a Andrés Guacurarí y Artigas

Un pueblo que retuvo la impronta jesuítica y también lo esencial del correntino.

En sus últimas apariciones públicas, fue reconocida su obra escrita en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unam. Y allí se registraron estas imágenes

En Humanidades, charlando con el pública que lo fue a ver (circa 2016). Foto: captura

Estas últimas imágenes están en

Semanas después de la partida de Larguía, el ingeniero forestal Jorge Pujato dio sus impresiones.

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1 COMENTARIO

  1. Me deja pensando, varias cosas
    1) ingenieros que llegaron a Misiones y quedaron atrapados por el entorno de nuestra Provincia.
    2) qué bueno que haya incursionado en el tema forestal (llegando como agrónomo).
    3) y lo importante que haya escrito mucho. Qué bueno que hayan quedado esos tesoros. Los libros.
    Saludos.

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