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viernes, abril 19, 2024

Ramón Ayala: el gran trovador misionero que devino artista completo

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Un rescate emotivo permite echar nuevas miradas sobre un poema del gran artista misionero. Luego le puso música y Los Gurises se transformó en un clásico de la infancia posadeña con niños pobres viviendo felices junto al río

Fue en Visión M, un programa diario de canal 12 que recopila los mejores momentos de las demás emisiones de LT85. Un recordatorio de otros momentos y otras instancias.

Se trató de una de esas extrañas “perlas” que se cultivaron en otras épocas y que tuvo un suceso extraordinario. Se denominó “Ramos Generales” y era conducido por el gran animador que fue Raúl Vergara. Con la productora Horianski entre 1992 y 1996.

Don Raúl, Cirilo y Florinda. La puesta en escena de Ramos Generales (Foto: Captura)

Vestido de gaucho en su negocio donde “no hay lo que no hay” iba recibiendo a distintos invitados. Y, en el medio, su peón (el Cirilo alter ego de Jorge Jacques) y su ayudante (La Florinda, es decir, Flora Ortigoza) iban poniendo la picardía y los momentos inolvidables.

En el cierre había una “yapa”, un plus que venía casi de regalo. Una de esas yapas fue el rescate emotivo de Visión M de estos días.

El mismísimo Ramón Ayala en el estudio mientras cantaba Los Gurises, uno de sus poemas más sentidos. Allí describe a los chicos de su infancia.

El detalle, no menor, es que la encargada de ponerle imagen al maravilloso tema de Ayala es Ana María Zanotti, una antropológa especializada en realizaciones audiovisuales de altísima calidad.

Ana Zanotti es la realizadora del videoclip de Los Gurises. (Foto. captura canal 12)

Vaya este recuerdo

El poema merece ser guardado y de manera completa (algunos versos y estrofas fueron recortados a los efectos de la canción)

Así se lo vio a Ramón Ayala esa noche cuando cantó cantó Los Gurises (Foto: captura)

Los gurises


Cuando la tarde se aroma

con las flores del crepúsculo

y va la Bajada Vieja

dando tumbos hacia el río.

Levanta la gurisada

su algarabía de pájaros,

encendiendo las casonas

de gritos y risotadas

y el color de los chivatos

hamaca su vieja herida

sobre los niños.

Cuando la tarde se aroma

con las flores del crepúsculo

Pata Bolí, siete años

flecha de luz en los ojos.

Corre con los diarios

apretados bajo el brazo

llevando la voz del mundo

por el cielo de Posadas.

María Pucú ya siente

caminar la primavera

por la chuza de su pelo

y en los ojos tiene un duende

que se enciende en sus caderas

igual que la roja tierra

cuando la fecunda el tiempo

Toro Manso,  Japonilla

Juan Tolongo, Satanas,

sucios de arena y caracha

vienen llegando del río

azote del rancherío

por la siesta vegetal.

Ndé Añamemby amarillento

soltame el pelo, arruinado

uno, la cara llorosa,

otro, la piel arañada

van dando viracambota

casi sobre la ribera.

La gurisada hace rueda

para ver cómo termina

mientras el ojo del cielo

contempla lleno de asombro

estos gurises de plomo

estallando sobre el clima.

(versos que están en el poema original)

Ilustración de Ramón Ayala.

Cambacho rodillas sucias

Entre pescador y diarero

Creció sobre la barranca

En un ranchito de lata

Casi sobre el abismo

Donde la vida se amasa

Modelada en el peligro

Y es todavía un niño

Y ya se lo ve un hombre entero

Con el rostro lambusado

Descalzo en la media siesta

Por el vaho de la lluvia

Anda el Piquento cantando

Un bodoque entre los dedos

Medio descuajeringado

El pantalón remendado,

La honda colgando del cuello

Lleva en los ojos un cielo

De pájaros que han volado.

Pirá Cambú, todo escamas,

punta del ojo hacia arriba,

nariz robada al carancho

manos prontas, pies ligeros

no sé qué magia en los dedos

casi siempre lo encendida.

Llegaba entre la gente

con aire de misterio

los bolsillos repletos

de un mundo de chucherias.

Otras estrofas agregadas

Miñoca Eléctrica, Mandioquín

Roja Jhata, Camba Bolsa

Llevango en alto la ropa

Escapan por la Laguna.

Los sigue la medialuna

Del chicote bramador

La furia del cuidador

Como una garra de susto

Sobre los cuerpos desnudos

Relucientes bajo el sol

Cuatro ranchos más abajo

descalza en las piedras grandes

entre dos latas de agua

viene Canilla Poí

tiene un rumor en la sangre

que no la deja vivir.

Dice que cuando crezca

construirá para su madre

un rancho nuevo y sin hambre

sin el dolor de las lágrimas

que llevan las lavanderas

a soltar en la ribera

del viejo río sin fin.

Un largo tren de madera

a un costado de las vías,

rancho, ranchos y ranchos

con un capitán de arena

y cien chimeneas torcidas

para quemar la miseria

y hacer más linda la vida

con el humo del trabajo.

Un largo tren de madera

Ranchos y ranchos y ranchos

Cuando la tarde se aroma

con las flores del crepúsculo.

“Fue así, exactamente así. Yo los conocí a todos (esos gurises) y eran así”, dice María del Pilar ‘Lilita’ Ricci, una posadeña criada en la zona y recuerda con nitidez a todos los personajes cantados y contados por Ramón Ayala. Ella, hoy jubilada pasa sus días ahí cerquita de donde se inicia la Bajada Vieja y donde Ramón Ayala pusiera de marco para sus inolvidables canciones así como sus poemas y obras pictóricas.

María del Pilar Ricci, hoy. Posadeña de aquellos años que describe a los gurises de Ramón.

“Eran verdaderos azotes del rancherío y de las casas que estaban más arriba, durante la siesta vegetal”, como canta Ramón Ayala.

Ahí lo dejamos al viejo trovador que también pinta y muy bien.

El viejo río que va… Los óleos de Ramón Ayala merecen ser apreciados.

Con sus óleos y lienzos cargados de colores y vida como los personajes de sus historias y que se encuentran en importantes colecciones del mundo. Ahí van sus versos que acompañan la poesía de un artista popular que se presenta: Soy como ese viejo árbol/mezcla de pájaro y monte”.

El pintor y su obra.

Y nuestra yapa

La versión de los gurises interpretada por Joselo Schuap

Con anterioridad, la Legislatura provincial declaró patrimonio cultural al Gualambao cuya autoría es de Ramón Ayala. Vaya este informe al respecto

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2 COMENTARIOS

  1. ¡ Gracias Tury ! Por recordar a travez de nuestro multifacetico Ramon Ayala, lugares emblematicos de la querida Posadas, porque quienes vivimos “esos” lugares y conocimos “esas” personas, nos transportamos a una Posadas del ” Ayer” que permanece ” Hoy” en nuestra nostalgia y nuestros corazones…

  2. Simplemente, el reflejo de lo que pasó. Ni mejor ni peor. En las manos de un poeta (como el caso de Ramón) queda el Arte con mayúsculas y llenando el corazón

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