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sábado, abril 20, 2024

Acerca de planteos engañosos

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Hace cinco años, Ricardo Barrios Arrechea quien fuera gobernador de Misiones, se animó a contestar a las iniciativas que buscaban cambiar el nombre de la Avenida Mitre de Posadas y refutar planteos demagógicos insertos

En octubre de 2016, hace casi un lustro, una iniciativa de ediles posadeños buscaba modificar el nombre de la Avenida Mitre porque el militar y presidente argentino había sido uno de los responsables del “genocidio paraguayo”.

Ricardo “Cacho” Barrios Arrechea salió al cruce de una iniciativa sobreactuada

El ex gobernador Ricardo Barrios Arrechea recogió el guante y publicó una nota con fundamentos para rechazar la iniciativa ya que consideró que esa era “una aparente intención de un reconocimiento a los históricos vínculos con Encarnación”. El título de su nota ya indicaba el sentido: Desconocimiento histórico y seguidismo ideológico.

La razón no declarada es que califican a Mitre como “genocida” por su participación en la guerra de la Triple Alianza o Guerra del Paraguay. 

Los hechos, primero

Cacho Barrios Arrechea agarró los libros y enumeró algunos hechos concretos y trató de explicarlos en el contexto en que se producían, son los que deben juzgar la historia y a sus protagonistas, nunca la “ideología” y menos desnaturalizada 150 años después como si hubieran ocurrido hoy. Las fuentes consultadas fueron:

Francisco Doratioto: Maldita Guerra,

El pensamiento de Mitre y los liberales (Claves del Bicentenario),

Historia del Uruguay II de Lincoln Raúl Maiztegui Casas;

Misiones 500 años de soledad de Julio César Perié;

Historia de Posadas de Alba Celina Etorena y José Carlos Freaza; y

Soldados de la Memoria de Miguel Cuarterolo

Las soberbias pinturas de Cándido López, el artista que viajó con los soldados argentinos a la guerra

Vamos a los hechos concretos de la desgraciada guerra con el Paraguay

1864, noviembre; Francisco Solano López captura en buque brasileño Marqués de Olinda; en el mismo mes rompe relaciones diplomáticas con Brasil y prohíbe la libre navegación por el Río Paraguay.  El Paraguay tenía parte del territorio de Mato Grosso en litigio con Brasil.

1864/65 Paraguay invade Mato Grosso en el territorio en disputa. Guerra no declarada entre Brasil y Paraguay

1865; Gestión de Paranhos- Canciller brasilero- con Mitre para incorporar a la Argentina a la guerra; rechazo de Mitre.

1865, marzo. López pide permiso a Mitre para atravesar Misiones (que estaba ocupado por el Paraguay) para invadir Río Grande. Mitre declara su neutralidad en el conflicto Paraguay/Brasil y rechaza el pedido.

1865-19-marzo Paraguay declara la guerra a Argentina. En abril invade Corrientes.

En Paraguay primero denostaron y luego el stronismo reivindicó a Francisco Solano López

1865, 1º mayo, Tratado secreto de la Triple Alianza entre Argentina, Brasil y Uruguay. Donde se estipula lo siguiente: el Paraguay conservará su independencia; los territorios en litigio se incorporarán a Argentina: Misiones y Formosa y al Brasil: Mato Grosso hasta el Río Apa (actual límite). Paraguay se hará cargo de los gastos de guerra (que fueron condonados de hecho) Libertad de navegación en los Ríos Paraná, Uruguay y Paraguay. Mitre general en Jefe, Tamandaré de la flota brasilera

En ese mes Paraguay pasa por Misiones e invade Río Grande. Posteriormente es derrotado en Corrientes y Río Grande, y los ejércitos retornan al Paraguay.

1866, abril. Los ejércitos de la triple alianza, 50 mil hombres, invaden el Paraguay por Paso Patria, distante a 20 Km de la fortaleza de Humaitá.

1866 septiembre; entrevista de Yataity Corá para negociar la paz a solicitud de López; concurren Mitre y el Gral. Flores (Uruguay) Brasil no envía representante. Mitre y López se inclinan por el armisticio, Brasil se opone terminantemente y rechaza el acuerdo de paz, sólo acepta una rendición incondicional. Sigue la guerra. Flores retira el ejército uruguayo y retornan a su País. En el curso de tres años 65/66/67 en una lucha llena de increíble heroísmo y enorme cantidad de muertos y múltiples batallas: Curupaytí con 1500 muertos aliados contra 92 paraguayos, Estero Bellaco, Tuyutí, Boquerón, Curuzú hasta que cae finalmente la fortaleza de Humaitá ya evacuada con el Ejercito paraguayo y su Jefe en retirada al norte a defender Asunción.

1868, enero el 18 Mitre vuelve a la Argentina definitivamente y asume la presidencia por fallecimiento del vice Paz, y queda una mínima fracción del ejército argentino diezmado en la guerra, de 25 mil hombres que invadieron Paraguay sólo restaban menos del 10 por ciento. El Brasil, al mando del Marqués de Caxías se hace cargo de los acontecimientos en su totalidad.

El triste final: “escandaloso, inaudito y vergonzoso”

Los sucesos posteriores (“genocidio” del pueblo paraguayo) siguen con la campaña de Pikysirí donde ya combaten niños y mujeres que culmina con la derrota de Lomas Valentinas- diciembre del 68- y caída de Asunción

1869, enero: Saqueo de Asunción por las tropas brasileñas. “entraron a la indefensa ciudad donde apenas encontraron alguna resistencia. La ciudad fue arrasada y saqueada, lo que no se saqueó se incendió. No se salvaron ni las Iglesias ni las embajadas”. El General Emilio Mitre (hermano de Bartolomé) se negó a ingresar a Asunción “para no autorizar con la presencia de la bandera argentina los escandalosos, inauditos y vergonzosos hechos que han tenido lugar”

1868 diciembre: Campaña de las cordilleras; López retrocede con lo que queda de su ejército- soldados, ancianos, niños y mujeres- ya derrotado sin ninguna posibilidad de torcer el rumbo de la guerra, pero con una permanente demostración de valentía hasta su muerte en Cerro Corá. 

El genocida era otro

1969, agosto. Cabe destacar que, por entonces el Jefe brasileño, el yerno del Emperador conde d·Eu- probablemente el auténtico genocida- ataca Piribebuy; “se considera que Piribebuy es el pueblo que más padeció la guerra, ya que fue sometido a degüellos masivos y violaciones. Combatieron 20 mil brasileños contra 1600 defensores y un centenar de mujeres a las que se recuerda como “las heroínas de Piribebuy”.

El conde d’Eu. La mayoría de historiadores coincide en que fue el verdadero responsable de las masacres

El conde d’Eu, ordenó que se pasara a todos los prisioneros a degüello, y se suceden en Piribebuý los actos más a vergonzantes de la guerra.

El hospital de Piribebuý fue incendiado con 600 heridos, médicos y enfermeras dentro, luego de que se cerraran todas las puertas y ventanas.

El Archivo Nacional de la República fue sacado a la calle y con los documentos históricos se hicieron fogatas; los que se salvaron fueron llevados a Río de Janeiro. Según la expresión de los testigos paraguayos, la sangre corría por las calles como agua de lluvia, cuando se degolló a 900 prisioneros. “Ante tales atrocidades, el de Piribebuý fue el último combate con alguna participación argentina”

“Días después, entre el 15 y 16 de agosto de 1869, se produjo la batalla de Acosta Ñu: el pueblo de Acosta Ñu fue sitiado por fuerzas brasileñas, a las que solo pudieron oponerse adolescentes y niños mal armados, casi exclusivamente con palos, hondas, lanzas y machetes. La batalla comenzó en el poblado y se extendió hasta los bosques que le rodean, que fueron incendiados por las tropas brasileñas y mueren así la mayor parte de los niños que se resistían. La iglesia y los edificios más importantes del pueblo fueron quemados, y también todos los documentos originales del establecimiento fundado el 8 de marzo de 1636. Debido a la participación de los niños en esta batalla se conmemora en el Paraguay ese acto de heroísmo declarando al 16 de agosto como Día del Niño.”

López continuó su retirada hacia el norte al frente de unos mil hombres, gran parte de ellos heridos, extenuados y pésimamente armados, muchos de ellos solo con lanzas.  “Recién el 1 de marzo de 1870 fue alcanzado por las tropas brasileñas: “el Combate de Cerro Corá fue más una masacre que un combate, si se tiene en cuenta la disparidad de tropas y recursos: 2600 brasileños bien armados contra 409 defensores. López fue herido de un lanzazo en el bajo vientre y de un sablazo en la frente. Auxiliado, llegó a orillas de las nacientes del río Aquidabán, donde fue alcanzado por las tropas al mando de Correia da Cámara, quienes le intimaron a la rendición. El Mariscal López se batió sable en mano hasta el final. Negándose a entregar su espada, fue herido por otro soldado que lo ultimó de un tiro al corazón.”

Decirlo todo

Madame Lynch. La bella irlandesa que López trajo de Paris y con la que tuvo varios hijos.

López nunca estuvo en sus cabales. Aunque recibió un país en crecimiento, al ser el hijo natural de Carlos Antonio López no tuvo el trato que sus otros hermanos. Su romance con la bella irlandesa (amada por las mujeres paraguayas) Madame Elisa Lynch tampoco ayudaba: no se animaron –pese a su poder- a vivir bajo un mismo techo. Pero la mujer, de fuerte estirpe británica, nunca abandonó a su “marido” (nunca se casaron) a pesar de que los hijos de ambos lucharon codo a codo con el padre hasta el final de la contienda.

Una anécdota que muestra el estado psicológico del general paraguayo. Era desconfiado por naturaleza y al final de la guerra su paranoia había alcanzado niveles insospechados. Solo confiaba en Lynch. A su madre y hermanas las hizo encerrar en una especie de jaula andante como los tigres de los circos antiguos. Así las pobres mujeres (sospechadas de ¡traición a la patria!) fueron acarreadas por todo el Paraguay durante la guerra con padecimientos indecibles, según refiere Alicia Dujovne Ortiz en su novela La madama      .

Terminada la guerra, “la sospecha del Gobierno argentino de que Brasil tenía intenciones anexar a Paraguay como un protectorado produjo una gran tensión entre los dos grandes países de la alianza que sólo se distendió, con la firma del tratado Irigoyen-Machain que fijó límites definitivos y obligó a los brasileños a desocupar en Paraguay el 22 de junio de 1876.”

Vuelta al comienzo

Aquí Barrios Arrechea destaca que Mitre participó de la guerra sólo en dos años y un mes (la guerra duró cinco); estuvo siete meses ausente por regreso a la argentina ante un levantamiento interior (en el País hubo fuerte oposición a la guerra, los sentimientos eran contra Brasil en las Provincias).

Se mantuvo neutral en el conflicto Paraguay/Brasil. Entrevistado por el Canciller Paranhos para sumarlo a la guerra, esta fue su respuesta: “El patriotismo, a la par que la prudencia y el decoro de mi país me impiden hacerme aliado en nombre de causa, agravio o interés en que el honor, la seguridad del territorio de la República no estuviesen directamente comprometidos, porque no éramos soldados sino de nuestra propia bandera, y no vengadores de ofensas ajenas”.

Mitre sólo ingresó a la guerra luego de que Francisco Solano López invadiera Corrientes.

 Mitre sólo ingresa a la guerra a partir de la invasión de Paraguay a Corrientes. En Yataytí Corá junto a López y Flores, -a la cual no concurre Brasil- abogan por firmar la paz que fracasa por la oposición total del Imperio. Durante su Jefatura se luchó lealmente batalla a batalla, soldados contra soldados. Sólo un revisionismo direccionado puede considerar “genocida” a Bartolomé Mitre y sólo un misionero desinformado condenar a Mitre, que ya en el Tratado de la Triple Alianza estipuló el reintegro de Misiones a la Argentina al comienzo mismo de la guerra. Y así fue…

Y dando en el clavo, para apuntar a lo “ideológico” y demagógico de la iniciativa (que sigue vigente), Barrios Arrechea no olvida de repasar el nombre de varias calles más en Posadas.

“En cuanto a los concejales de la iniciativa de ésta cruzada reparadora, no olviden de cambiar el nombre de los “genocidas” Coronel Isidro Reguera; Mayor Nicomedes Castro y Brigadier Gómez Portinho que fueron quienes desalojaron las guarniciones paraguayas de Trincheras, Candelaria y Tranqueras de Loreto y ostentan sus nombres en calles posadeñas.

Nuestra probada hermandad y afecto con Encarnación no necesita de sobreactuaciones, está viva en la rutina diaria, en los lazos familiares y en nuestra historia común que supera la gran tragedia de la guerra.

Si el deseo es poner nuevos nombres a calles o avenidas, acuérdense de Artigas, permanente defensor de Misiones, de Claudio Arrechea, primer Gobernador Constitucional de la Provincia, de don Mario Losada Gobernador de ejemplar honestidad y modestia, que aún no tienen sus nombres estampados en las calles de la ciudad. 

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