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jueves, abril 25, 2024

El día del cerebro es para pensarlo, sí señor

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La esclerosis múltiple, el Parkinson, y el propio coronavirus quedan en la mirada de los especialistas que dejan su mensaje: cuidar el gran procesador de los sentidos y que consume el 20 por ciento de toda la energía corporal

En el marco del Día Mundial del Cerebro, que se conmemora el 22 de julio de cada año, desde el Hospital Escuela de Agudos “Dr. Ramón Madariaga” dan a conocer información sobre algunas enfermedades que pueden afectar el sistema nervioso central, como la esclerosis múltiple y el COVID-19. Al tiempo que ofrecen recomendaciones sobre cómo cuidar el cerebro.

Cristian Hardaman neurólogo del Hospital Escuela de Agudos

En este contexto, el Neurólogo del citado Centro Asistencial, Dr. Cristian Hardaman, mencionó que la Federación Mundial de Neurología (WFN), ha establecido el 22 julio como el Día Mundial del Cerebro para remarcar la importancia que tiene este órgano frente a las diferentes enfermedades.

Asimismo, el Profesional precisó que “el cerebro ocupa el 20% de la energía corporal total, tiene un alto contenido de oxígeno”.

En relación a la esclerosis múltiple, patología que este año buscan informar, en el marco del Día Mundial del Cerebro, el Dr. Hardaman, explicó que se trata de una enfermedad en la que el sistema inmunológico degrada la cubierta protectora de los nervios. Este daño a los nervios interrumpe la comunicación entre el cerebro y el cuerpo.

Al tiempo que, detalló cuales son los síntomas de la esclerosis múltiple “puede ocasionar pérdida de la visión, dolor, fatiga y disminución de la coordinación, entre otros. Los síntomas, la gravedad y la duración pueden variar según la persona. Algunas personas pueden no presentar síntomas durante gran parte de sus vidas, mientras que otras pueden tener graves síntomas crónicos que nunca desaparecen”.

En el marco de la pandemia, el neurólogo, se refirió al impacto que puede tener COVID-19 en el sistema nervioso central. “Ha tomado una gran relevancia el cerebro en esta pandemia, frente al proceso infeccioso del coronavirus”.

Por lo que, detalló que uno de los síntomas de COVID-19, está relacionado con el compromiso del olfato, no solo la pérdida momentánea sino lo que llamamos disosmia, que es sentir olores diferentes.

Continuando con el tema, recomendó siempre que persistan algunos de los síntomas es importante que el paciente recurra a su médico clínico, para ser evaluado, por ejemplo en el caso de la pérdida del olfato existen otras enfermedades neurológicas y no neurológicas en las que el paciente puede presentar este síntoma.

Cuidado del Cerebro

En relación al cuidado del cerebro, el Dr. Hardaman mencionó que las diferentes enfermedades que pueden comprometer al cerebro, son básicamente las mismas que pueden comprometer al corazón, por lo que las recomendaciones son las mismas “realizar actividad física, evitar el consumo excesivo de alcohol, evitar el tabaco y tener en cuenta los cuidados cardiovasculares, que también van a repercutir en el cerebro”.

Al respecto también opinó para Télam Gabriela González Alemán, neurocientífica, Dra. en Genética del Comportamiento y fundadora de Brainpoints.

Este año, está dirigido a la concientización sobre la Enfermedad de Parkinson. Un trastorno que se creía que afectaba exclusivamente a la motricidad, pero que genera múltiples dificultades como alteraciones en el sueño y en la cognición.

El cerebro es uno de los órganos vitales del cuerpo, es el responsable de los pensamientos, las acciones, las relaciones y la expresión de la personalidad. Cualquier estímulo que ingresa por los sentidos, se procesa en nuestro cerebro y genera actividad mental y comportamiento.

Muchas enfermedades neurológicas pueden prevenirse e incluso evitarse. Para eso, tenemos que cuidarnos en varios aspectos. La dieta, el sueño, la actividad social e intelectual son sólo algunas de las cosas a tener en cuenta.

Es indispensable llevar una vida intelectual activa. Leer a diario, por lo menos media hora y si es posible, también escribir. Para que el cerebro trabaje tenemos que salir de nuestra zona de confort, esto hará que generemos nuevas conexiones, aumentemos nuestra flexibilidad y mejoremos nuestras funciones mentales.

Es importante relacionarnos con otras personas. La vida social pone a punto el funcionamiento cerebral, lo mantiene activo y sano.

La tecnología es útil y nos ahorra mucho tiempo, pero nos quita motivos para usar el cerebro. Dejemos que sea una herramienta que nos lleve a ir más allá con el pensamiento en vez de usarla para pensar menos.

Para que el cerebro funcione necesita combustible. La alimentación es un factor central. Se suele aconsejar la dieta mediterránea rica en pescados, verduras y frutas frescas de estación, frutos secos y aceite de oliva porque son alimentos que protegen al cerebro de las proteínas tau y beta-amiloide vinculadas al desarrollo de la Enfermedad de Alzheimer.

La hidratación también es importante. Se comprobó que un 1% de deshidratación es suficiente para tener trastornos cognitivos. Por eso, entre un litro y medio y dos litros de agua al día nos ayudan a mantener el cerebro hidratado, mejorando su funcionamiento.

No hay que descuidar el sueño. Es importante dormir entre seis y ocho horas. El cerebro necesita reparación después de todo un día de actividad.

El ejercicio físico es fundamental. Lo ideal es media hora por día, pero con 40 minutos tres veces por semana alcanza. El deporte por la noche es válido, pero si es a la luz del día el incremento de bienestar que genera es aún mayor.

Para un cerebro saludable conviene aprender a manejar el estrés. Para eso, la risa es un gran aliado, lo mismo que el uso de técnicas de relajación o de meditación. Hay que cultivar hábitos sanos y positivos. Mejoran nuestra claridad mental, la capacidad intelectual, la paz interior, la relación con los demás y el vínculo con el mundo en general.

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