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jueves, abril 25, 2024

En su fábrica elabora unos mil cucuruchos diarios y provee a heladerías

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En Posadas hay solo una fábrica de cucuruchos a cargo de un trabajador que en el rubro, le sobra experiencia ya que hace más de 30 años se dedica a elaborarlos en diferentes formas y tamaños. Para conocer un poco más sobre su emprendimiento, Periodismo Misionero (PM) conversó con Víctor Manzur, dueño de la fábrica de cucuruchos. 

Víctor Manzur tiene 49 años y vive en el barrio Santa Helena de Garupá, es maestro de grado en el Instituto Don Bosco de Posadas, pero también, hace más de 30 años se dedica a fabricar cucuruchos. Y desde hace ya algunos años, abrió su propia fábrica de cucuruchos llamada “Franquito”, la única que elabora este producto en la capital misionera. En la misma, se pueden encontrar deliciosos conitos dulces en diferentes tamaños y formas, y sobre todo a muy buenos precios para su distribución. 

Víctor Manzur, dueño de la fábrica de cucuruchos “Franquito”

Aquellos que deseen realizar un pedido de cucuruchos, pueden hacerlo al siguiente número telefónico: 3764-318873. Los mismos serán entregados a domicilio si así lo requieren.

Portada de la página de Facebook de la fábrica de cucurucho

Según contó Manzur a PM, desde que era muy joven, exactamente a la edad de dieciséis años, comenzó a fabricar cucuruchos: “En ese momento, tenía un primo que trabajaba como encargado en la distribuidora Duran. Él me buscó ya que necesitaban personal para la fabricación de cucuruchos, debido a que esta distribuidora abastecía de la materia prima a heladerías y confiterías. Allí, se encargaron de enseñarme a producir cucuruchos dulces artesanales”, recordó. 

En la distribuidora Duran, Manzur trabajó cinco años, pero tras el fallecimiento del dueño de la empresa, dejaron de fabricar cucuruchos dulces y los materiales que se utilizaban para elaborar los productos se vendieron a una familia amiga de la misma: “Esta familia me llamó a mí y al resto de los empleados que quedaron sin trabajo. Fue así que durante varios años trabajamos junto a ellos”, dijo. Sin embargo, en el 2006, esta familia dejó de dedicarse a la fabricación y venta de cucuruchos, por lo que le ofrecieron a Manzur para comprar los materiales de trabajo como las planchas, anafes y batidoras, para continuar con la fábrica y así mantener la cartera de clientes. 

Al respecto, los materiales de trabajo para la elaboración de cucuruchos tenían un valor de venta de 5.000 pesos. En ese momento, el monto de ese dinero era un poco elevado, pero Verónica Vanessa Kozakiewicz, esposa de Manzur, solicitó un préstamo a su tía de Buenos Aires: “Fue así que pudimos conseguir la plata para comprar los materiales e iniciar con nuestro emprendimiento familiar”, contó Víctor. 

Cucuruchos artesanales

Hoy en día, el emprendimiento de Manzur y su familia tiene su propio espacio físico, el local de ventas de cucuruchos “Franquito” se encuentra sobre las avenidas de la ciudad Francisco de Haro y Cabred. En la misma, se fabrican cucuruchos de todos los tamaños, además también se elaboran capelinas, cubanitas y pañuelitos que, según indicó, en ocasiones se solicitan para fiestas de cumpleaños, fiestas de quinces, entre otras. 

Además, contó que por día fabrican 1.000 cucuruchos en un tiempo de ocho horas de trabajo: “Siempre depende del modelo, hay cucuruchos más cortos y pequeños que se pueden hacer en un total de esa cantidad por día. Aunque hay otros, más grandes que cuestan un poco más ya que tienen otro tiempo a la hora de cocinarse”, dijo. 

Con respecto a los ingredientes que se utilizan para elaborar de manera artesanal esta materia prima, Manzur comentó que se necesita de harina, azúcar blanca y negra, esencia de vainilla, aceite o margarina y finalmente, agua: “Estos ingredientes se colocan en una batidora industrial que deberá incorporar los mismos durante siete minutos, luego ya se puede comenzar a dar forma a los cucuruchos”, dijo.

La fábrica de Víctor, también funciona como distribuidora ya que la materia prima que allí elaboran se venden a heladerías muy importantes de la ciudad como Duomo, Polaris, Cremolatti, Luigui y Grido, además de otras que aún son consideradas heladerías de mini emprendimientos: “Gracias a Dios, tengo una buena cartera de clientes en Posadas, ya que mi fábrica es la única de la ciudad que produce esta materia prima, por lo que acá no tengo competencia, pese a que este producto también se puede adquirir de otras provincias como Rosario, Córdoba o Buenos Aires”, dijo. Es importante mencionar que la cartera de clientes de Víctor se expande también por el interior de Misiones como en Apóstoles, Gobernador Roca, Oberá, además en ciudades de Corrientes como Santo Tomé, Virasoro e Ituzaingó.

Heladería Duomo de Posadas, uno de los puntos de distribución de los cucuruchos artesanales de Víctor

Cabe resaltar que la fábrica de cucuruchos cuenta con el apoyo de la  Fundación Agencia para el Desarrollo Económico de Misiones (Ademi) a cargo de la presidenta, Suzel Vaider. La misma, busca potenciar el desarrollo del emprendimiento de las personas a través de capacitaciones, visibilización, comercialización y apertura al mercado para mejorar la rentabilidad de dicho emprendimiento. 

En ese sentido, Manzur comentó que a través de la Asociación Fortalecer Misiones, de la que forma parte, pudo contactarse con Ademi, quienes le otorgaron un crédito económico con el que pudo comprar planchas, mesas y un extractor de aire, además, aumentar el personal de trabajo, lo que permite que el resultado de la elaboración del producto rinda el doble. También, recibió una capacitación financiera que le permitió tener un mayor control contable de las compras y ventas que realiza. 

Elaboración de cucuruchos artesanales en la fábrica de Víctor Manzur

“El apoyo de Ademi fue de gran ayuda para mi emprendimiento, ya que al principio contaba solo con cuatro planchas para fabricar los cucuruchos, por lo que solamente podía trabajar una sola persona, esto ocasionaba que la producción sea limitada y no nos permitía cumplir con las demandas de este producto que pedían las heladerías”, dijo, mientras que agregó que gracias al apoyo que recibió de la agencia, pudo mejorar el rendimiento de la fábrica de cucuruchos. 

Además, sobre la colaboración de parte de la agencia con los emprendedores, expresó: “Ademi es una fundación que nos ayuda a crecer, no solo en lo financiero, sino también en la perspectiva del emprendimiento”, contó. A su vez contó: “Crecí mucho desde que recibí la ayuda de la agencia, además, pretendo fabricar también pasta para cucuruchos y sumar a mi emprendimiento la venta de tergopoles y cucharitas para heladerías y confiterías”. 

Víctor Manzur y sus cucuruchos artesanales (foto El Territorio)

Manzur llegó a desempeñarse como docente de jornada extendida en el instituto Don Bosco de Posadas, se hizo conocido cuando fue uno de los nominados en 2019 al premio Propulsar al Microemprendedor del Año, con el que ganó una beca para asistir a una capacitación en educación financiera dictada por un integrante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Buenos Aires

Finalmente, Manzur aconsejó a quienes estén comenzando un emprendimiento a que se acerquen a Ademi, ya que desde la agencia brindan el apoyo necesario para crecer como emprendedor: “Uno se siente acompañado gracias a la colaboración de Suzel y su equipo de profesionales ya que ayudan a dar a conocer el emprendimiento de uno, brindan capacitaciones y también te asisten financieramente”, dijo.

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