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jueves, marzo 28, 2024

“Schadenfreude”, ese maldito regodeo en la desgracia ajena

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Expertos psicólogos del mundo reconocen al sentimiento de “Schadenfreude” (término alemán) como uno inferior a la envidia ya que es algo común en las personas, aunque el hecho de que sea “común”, no quiere decir que suene bien reconocerlo en público debido a que muchos pueden llegar a notar un grado de inmadurez en dicho sentimiento.

Schadenfreude o alegrarse por las desgracias de los demás, es un tema que está resonando. Aunque no es totalmente grave ya que no se trata de alegrarse por grandes males que le sucedan al otro, sino más bien cuando un allegado pierde el ascenso de un puesto de trabajo o desaprueba un examen o sos hincha de un equipo de fútbol y te alegrás porque tu amigo (que es fan del rival) perdió. Entonces podemos decir que este tipo de sentimientos refleja una situación de competencia con aquellas personas que compartimos un tipo de afinidad.

El mal ajeno no cura el mio: Schadenfreude en redes sociales | Javier  Cantera

En Misiones, esta página intentó. Sí, amigos. Lo intentó. Con una con dos con tres cuatro cinco profesionales.

Sí. Es interesante. Hay una parábola biblica. Dicen que un hombre tenía el casamiento de su hija. Y le dijo a sus empleados: “salgan a invitar a todos los que ven para que participen de esta magnífica fiesta”. Los empleados fueron y se encontraban con que nadie estaba interesado. “Tengo que ir a cuidar mi manada”, dijo uno. “Tengo que hacer un viaje”, dijo otro. “Tengo que cuidar a mi madre”, se justificó un tercero… y así.

Una profesional de Posadas dijo: “El tema no es importante. Por qué quieren hablar de ese tema. No le interesa a nadie”. Bueno, a nosotros en PM sí nos interesaba.

Contactamos a otra (sí, hay mas psicólogas). Primero le escribimos, pero luego le llamamos y dijo que prefiere no dar notas sobre ese tema.

¿Hay una recopilación de los Ja ja (o ha ha) de Nelson Muntz? Hay.

Probamos con una tercera. “Hola disculpa la verdad que estoy de vacaciones en este momento ..te agradezco desde ya el contacto. Saludos”, fue su escueta respuesta. Igual que en la parábola. Todos tenían su excusa.

Teniendo en cuenta esto hubo que ira hasta España, donde la psicóloga clínica Mónica Sieber Quijano explicó que sentirse de esta forma obedece a los mecanismos inconscientes de la proyección, lo que nos permite depositar en el otro nuestros miedos al mal o simplemente a fracasar. Por lo que podemos decir que esto tiene que ver con la propia personalidad y seguridad en uno mismo.

Si hay un personaje que hace constante regodeo (y lo produce además) en la desgracia ajena es éste.

Nelson Muntz es uno de los personajes más repelentes de la interminable serie de la familia amarilla. Refleja a los niños pobres de familias rotas que ha decidido vengarse de todo el mundo. Nelson es fuerte, abusador, le encanta golpear y fastidiar a los demás. Naturalmente se regodea en las desgracias (que él mismo se encarga de gestionar) de los demás.

No obstante, este el sentimiento “schadenfreude”, también se usa para definir lo que se siente cuando, por ejemplo, pierde el rival de nuestro equipo favorito; cuando superamos a un compañero en la nota de un examen, o incluso en el ámbito laboral. Es por ello que este término de origen alemán se utiliza para describir al placer que siente una persona ante el mal ajeno.

Y ya que estamos con los profesionales. Otra consulta posadeña y también de profesionales del interior. “No, no. No me interesa. A ver… ¿puede enviarme los artículos periodísticos que hablan de ese sentimiento?”. En fin.

En el caso de una profesional del interior, dijo que no le veía el interés al tema.

Raro, porque al ser una conocedora de la Biblia debería haber conocido muchas de las historias que se basan en este sentimiento. ¿Comenzamos? El padre de las religiones monoteístas (judía, cristiana y musulmana), Abraham. Estaba casado con Sara. Pero ella no podía darle hijos. La ley le permitía tener herederos con la empleada Agar. Y Agar tuvo hijos. Y ella se burlaba de Sara. Tanto que ésta le pidió a Dios que cesara con este indudable tormento. Y así nació Isaac.

Más ejemplos similares. Hay. En el libro de Samuel se cuenta la historia de Elcaná. Parecida a la de Abraham: Solo que Elcaná tenía dos esposas: Ana y Fenina. “Fenina tenía hijos y Ana no los tenía (…) y Fenina la insultaba y la mortificaba (a Ana) se ensañaba con ella porque el Señor la había hecho estéril”. (Samuel capítulo 1).

Diario El País de España cuando trató hace no mucho tiempo el tema.

Queda claro que el tema no sólo es de interés actual: los medios más importantes en lengua inglesa (BBC Mundo) y español (diario El País) se encargaron de tratar. Sino que además existen fuertes antecedentes en el Libro de los libros.

BBC Mundo también encaró el tema. Pero en Posadas, los psicólogos miran para otro lado.

Diversos autores sugieren que schadenfreude tiene tres subformas diferentes pero interrelacionadas: agresión, rivalidad y justicia, que tienen distintos orígenes de desarrollo y correlatos de personalidad. También destacan un punto en común: “La deshumanización parece estar en el centro del schadenfreude“, dice Shensheng Wang, candidato a doctorado en psicología en Emory.

Y ya que se habla de los “Los Simpson”, éstos siempre tienen un capítulo para describir cualquier situación de la vida, este no iba a hacer la excepción, ya que hay un episodio en el que Homero Simpson se alegra cuando a Ned Flanders, su vecino, le va mal tras la apertura de su negocio para zurdos. Es en ese momento cuando Lisa, hija de Homero, le explica a su padre el significado de este sentimiento: “Schadenfreude”.

Video de Lisa Simpson explicando el término “Schadenfreude”

Sentir alegría por las desgracias de los demás, según indican filósofos y psicólogos es algo muy habitual a tal punto que muchos lo sienten como un sentimiento “natural”. En ese sentido, el psicólogo español y técnico de Prevención, Asier Arriaga, explicó que este término no demuestra ningún tipo de maldad ni de trastornos psicológicos ya que el motivo de la alegría por la desgracia de los demás se da mediante la necesidad inconsciente de mantener la propia autoestima en un nivel más alto. Aquí, entran en juego muchos factores tales como compararse con alguien que sea cercano a uno o de un entorno con circunstancias diferentes a las que nos rodean.

En determinados casos, se piensa que “shchadenfreude” es lo mismo que sentir envidia. Sin embargo, no son los mismos sentimientos, ya que, según Arriaga: “La envidia que sentimos hacia otras personas no tiene por qué desencadenar en esa ‘alegría’, ni tampoco la envidia es la única razón por el que se puede sentir dicha alegría. La eventual relación se daría quizás con una baja autoestima, con sentimientos de envidia y rivalidad”.

Finalmente, existe un estudio que se llevó a cabo en la Universidad de California, Estados Unidos, que publicó la revista “Nature” en 2016, en el que investigadores descubrieron el comportamiento de las denominadas neuronas “schadenfreude” a través de diez pacientes que jugaban a las cartas. De esta forma, los pacientes experimentaban alegría cuando ganaban a otras personas pero también “schadenfreude” o placer por ver perder a los demás.

En la redacción de PM, seguimos esperando las respuestas. Una profesional prometió escribirnos algunas reflexiones sobre esta realidad. Mientras tanto, esto es lo que pudimos encontrar.

Notas: Micaela Carnevale y Mario Pernigotti

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