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sábado, abril 20, 2024

El dramático relato de una joven misionera por los incendios en Corrientes

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Se llama Dominique Finke y es de Eldorado. A mediados de enero pasado comenzó el calvario que relata: su padre administraba unas 1000 hectáreas, la mitad forestaciones y la otra mitad, humedales. El fuego hizo desastres totales. Qué pasó con la administración provincial y qué ocurrió con el avión que se cayó. Dominique Finke escribió en su blog y autorizó la reproducción de esta nota

El libro de bitácora se denomina “una misionera en Corrientes” y allí escribe Dominique Finke, oriunda de Eldorado pero que describe el drama que ocurre en Santa Rosa, Corrientes. Bajo el slogan: Cosas que no le importan a nadie pero te las cuento igual, Finke hace una cruda descripción de una realidad cruel.

La foto de portada de esta nota pertenece a Antonio Daniel Acevedo

La crónica que realizara a mediados de enero de 2022 es cruda, directa. Como un puñetazo en la cara o en la boca del estómago.
Es claro, Dominique contaba el drama familiar.

Cómo lo vivía su padre, ingeniero forestal recibido en la Unam de Eldorado y que vive atendiendo las 500 hectáreas de forestaciones y otras tantas de humedales en Santa Rosa en la región central de Corrientes a unos 30 kilómetros del Parque Iberá.

Esta es la crónica

El fuego creció y estábamos ahí: crónica de una quema anunciada

febrero 05, 2022

Lo que no se informa, no existe.

“Por favor, que el fuego no haya llegado al lote 45. Por favor, que el fuego…”, repite como devoto un ingeniero forestal llamado Luis Finke al realizar un recorrido por las 1000 hectáreas (500 forestadas y 500 de humedales y pastizales) de las cuales es encargado y a las que las llamas, como a muchas otras, no dieron tregua.

Enero finalizó con tres ejes que sobresalieron de la media de los temas de actualidad: incremento de casos de Covid en un contexto de pandemia con una nueva estrategia de testeos, aislamientos y flexibilidad en las restricciones gracias a la implementación del pase sanitario, la ola de calor que azotó a la región, posicionando a Corrientes como uno de los puntos más calientes a nivel mundial y la propagación a una velocidad cuasi incontrolable de los focos de incendios.

Si bien cada uno de estos temas presenta en su esencia un tratamiento propio y puntualizado, la cuestión del fuego consumiendo a la provincia, continúa en una impasse donde lo que se comunica, se comunica a medias o, mejor dicho, se comunica dejando de lado voces protagonistas. Un aproximado de 10 mil hectáreas forestadas se vieron afectadas hasta mediados de enero debido a las quemas, provocadas o accidentales.

“La situación es la siguiente, los bomberos no pueden con todo, ellos tienen que cuidar las casas que pueden ser alcanzadas. Con la ayuda de la gente pudimos salvar parte de la producción. La situación nos llevó a armar cuadrillas de trabajo porque no hay aviones hidrantes disponibles para la región completa y no estamos preparados para combatir este tipo de fuegos”, explicó en entrevista televisiva el 27 de enero Mauricio Toledo, ingeniero agrónomo y productor forestal de La Cruz. La respuesta de los conductores fue: “¿La solución no serían más aviones?”. Una conversación con sordos. 

“Es el peor escenario que vi en mis 25 años de trabajo en Corrientes”, comentó el ingeniero forestal Finke, especializado en cultivos subtropicales y manejo del fuego en siniestros de gran magnitud como lo son los focos ígneos en áreas forestadas, haciendo referencia a la situación del humo, la sequía y el calor sofocante. “Hoy no es el momento propicio ni ambiental para el manejo del fuego”, dijo desde otro punto geográfico de la provincia la titular del Ministerio de Industria, Mariel Gabur. ¿Si no es ahora, y no fue en 25 años, tal y como muestra cada temporada de verano la propagación de focos de incendio, entonces cuándo? Cientos de familias se encuentran actualmente con sus principales fuentes de ingreso y el trabajo de una vida en riesgo y eso es una realidad.

El ingeniero forestal Luis Finke sobre los restos de su trabajo

A la fecha, 5 de febrero del 2022, de acuerdo a datos obtenidos tras un relevamiento realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), ya son 335.043 las hectáreas que afectadas por el fuego en Corriente: el 58% son áreas de humedales como esteros, bañados, malezales y vegetación de valles aluviales, el 35% pastizales y el resto 7,4% son bosques, tanto cultivados como nativos. Esto representa un 3,8% de la superficie total de la provincia  (información recolectada del 1 al 28 de enero). El humo permanece constante en la atmosfera correntina.

Registros históricos 

La ola de calor, según el reporte del Servicio Meteorológico Nacional, trajo consigo temperaturas superiores a los 42ºC, con sensaciones térmicas que sobrepasaron los 46ºC, niveles de humedad prácticamente nulos y precipitaciones que no fueron significativas (en los lugares donde se registraron lluvias), de hecho, Argentina enfrentó las temperaturas más altas desde 1957 con un alerta roja que se extendió por más de dos semanas. Así mismo, el 31 de enero, el SMN informó que la ola había llegado a su fin con un saldo de  21 días consecutivos de temperaturas extremas y más de 75 récords históricos y mensuales.

Numerosas dotaciones de Bomberos Voluntarios se hicieron eco durante todo el pasado enero de las recomendaciones a tener en cuenta debido a estos parámetros climáticos. Sin embargo, los incendios continuaron y entre las numerosas pérdidas se contabilizó la muerte de un bombero quien falleció en un siniestro vial el 11 de enero sobre Ruta 122 cuando se dirigía a cumplir con su deber civil

“Es muy complicada la situación de los cuarteles: no hay recursos y no tenemos respuesta de la Provincia, lo que nos genera mucha angustia. Dejamos muchas cosas personales y les ponemos el corazón, y que la Provincia no nos dé una mano ya que salvaguardamos intereses del Estado, nos duele mucho”, expresó el jefe de bomberos de una localidad correntina, cuya identidad no se dará a conocer a fin de preservar la fuente. 

Ahora bien, ¿cuál es la radiografía cronológica del estado de situación de Corrientes?

El 31 de diciembre Corrientes anuncia que contará con “aviones hidrantes propios”. El uso de comillas no es casual, ya que luego se aclaró que no eran aviones en plural ni propios. Tras una reunión mantenida entre el gobernador Gustavo Valdés y el ministro de Producción, Claudio Anselmo, se confirmó la contratación de un primer avión cuya base estaría situada en Cañada Quiroz, Riachuelo, el cual sería puesto en funciones a partir del 3 de enero para atender la demanda de la zona centro y norte de la provincia, las que registraban siniestros considerables desde noviembre.

Así mismo, en paralelo, desde la Dirección de Recursos Forestales, dependiente del Ministerio de Producción, se emitió la disposición N°01/21, de Prohibición de Quemas en todo el territorio provincial, lo que de acuerdo a lo explicado por las autoridades, brindaría a los productores un marco legal de regulación, prevención y posible sanción.

Días después, otros cinco aviones hidrantes se sumarían al primero, dando así una flota de seis aeronaves abocadas a la asistencia. Al 13 de enero se conocía que Corrientes contaba solamente con dos aeronaves, de las cuales una no estaba en funcionamiento ya que los pilotos tenían coronavirus, según confirmó Orlando Bertoni, Jefe de Defensa Civil de la provincia, al matutino El Litoral.

Previo a esto, el 12 de enero, Roberto Rojas, titular de la Dirección de Recursos Forestales sostenía lo mismo, afirmando en comunicación con la emisora radial LT7 AM 900 que desde ese organismo se encontraban trabajando junto a una red de bomberos, por un lado, brigadas privadas por otro, un sólo avión hidrante y empresas privadas que aportaron para la asistencia urgente cuatro aviones en la zona nordeste (Santo Tomé y Virasoro), junto a la zona de Paso de los Libres, donde se encontraban operativos otros dos aviones.

El 17 de enero se conocía la noticia de que el avión hidrante operativo a disposición del Estado provincial había sufrido un accidente. “Cayó un avión hidrante en Santo Tomé: combatía los focos de incendio que sufre Corrientes y el piloto se salvó de milagro”, tituló el portal digital Misiones Online.

Poco se habló en profundidad de los motivos de la caída, pero se pudo saber que la aeronave sufrió un desperfecto al intentar despegar, lo que provocó su inminente caída. Escenario similar al reportado sólo un par de años atrás, cuando las localidades de Santa Rosa, Tabay y San Miguel esperaron tres días la llegada de un avión desde Virasoro, el cual no pudo salir de la pista ya que por falta de mantenimiento quedó fuera servicio, en tanto que otro presentó también serias fallas mecánicas.

El 20 de enero, la repercusión de la situación trágica de Corrientes llegó a los medios nacionales. El portal Infobae resaltaba en su titular: “Incendios en Corrientes: se quemaron 6 mil hectáreas y el gobierno provincial declarará la emergencia”. Al 18 de enero se habían reportado 18 puntos de incendio activo, los cuales días atrás habían superado los 45, de mayor y menor magnitud según lo informado por Defensa Civil. No, al 20 de enero y con fuego constante desde noviembre del 2021 Corrientes aún no había declarado estado de emergencia.

El 22 de enero el Gobierno provincial comunica una inversión de 40 millones de pesos para asistencia a los cuarteles de bomberos voluntarios, la cual a partir de lo detallado por el ministro general de Coordinación y Planificación de Corrientes, Miguel Olivieri, sería una suma de dinero que “parte de un fondo destinado al sector rural para armar cuadrillas”.

El 23 de enero en Santa Rosa, localidad ubicada a 170 kilómetros de la Capital, zona forestal e industrial de influencia, un incendio provocado por el encargado de un campo comenzó a alcanzar bosques implantados. Un área de más mil hectáreas fueron las consumidas por el fuego en un lapso de tres días afectando a importantes emprendimientos forestales como lo son el Establecimiento Forestal El Quetzal, Establecimiento San Miguel y las plantaciones situadas en lo que se conoce como Ex Pomera y Perez Companc, además de arrasar con una importante zona de lagunas y pastizales cercanos a los Esteros del Iberá. 

1 de febrero, el gobernador Gustavo Valdés firmó el Decreto 167/22 a través del cual se declaró la Emergencia Ígnea por 180 días en todo el territorio provincial. En declaraciones a Cadena Tres, el ministro de Producción Claudio Anselmo sostuvo: “La medida busca establecer las acciones necesarias para la prevención, detección temprana y combate de incendios”. Retomemos números, Corrientes desde noviembre registra siniestros y tras tres meses de reclamos se toma la primera “gran medida”. 

2 de febrero se notificó un gran incendio en El Batelito, portal Carambola, punto de ingreso desde la localidad de Concepción a los Esteros. Los bomberos de Santa Rosa, quienes asisten a la localidad homónima además de brindar apoyo a Tabay, Concepción, Tatacuá, Tabay, Saladas, San Miguel, Mburucuyá, entre otras, no pueden con semejante escena.

5 de febrero, un nuevo incendio se reporta en Santa Rosa, el fuego traspasa el asfalto y llega así a dos establecimientos. Si bien se ha registrado un leve descenso de temperatura y precipitaciones leves, los márgenes de caída de agua no son suficientes para retrotraer los factores propicios para el reavivamiento de las llamas y el avance de estas. 

Tire y afloje: ¿Qué pasa con Nación? 

Hasta el 2019 Corrientes aún se encontraba incluida dentro del Plan Nacional del Manejo del Fuego, Sistema Nacional del Manejo del Fuego o Sistema Federal del Manejo del Fuego, según sus denominaciones. Este es el organismo nacional argentino encargado de la coordinación de los recursos requeridos para el combate de incendios forestales, rurales o de interfase, dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación.

De acuerdo a la descripción brindada por la página oficial www.argentina.gob.ar: “El SNMF es responsable de coordinar al Sistema Federal de Manejo del Fuego, un sistema conformado por el propio SNMF, la Administración de Parques Nacionales, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y que está a cargo de las acciones de manejo del fuego en todo el país. Sus funciones principales son: Prevención y alerta. Combate de incendios. Evaluación de daños y acciones de recomposición y restauración”.

Asimismo, este organismo se basa en que, de acuerdo con la ley 26.815, el combate de incendios se estructura desde Nación en tres niveles operativos:

  • Nivel 1. Actuación jurisdiccional. Frente a la fase de ataque inicial de todo incendio, es la autoridad jurisdiccional la responsable de llevar a cabo las tareas de control del fuego.
  • Nivel 2. Actuación regional. Si la autoridad jurisdiccional considera que su capacidad de respuesta se encuentra comprometida o agotada, puede solicitar apoyo regional, eso significa movilizar personal, materiales y equipos provenientes de las demás jurisdicciones que integran la región.
  • Nivel 3. Actuación extrarregional. Cuando la magnitud del incendio supera el apoyo regional, se pide ayuda a la Central Nacional para afectar recursos de otras regiones. Los recursos pueden ser brigadistas, aviones hidrantes, helicópteros, camionetas y otros vehículos.

Corrientes actualmente se encuentra en condiciones de solicitar asistencia de Nivel 3. De hecho, el pasado 25 de enero, el Estado provincial solicitó “el envío de 4 aviones hidrantes y un vigía” para operar desde Esquina, Concepción, Yapeyú e Ituzaingó. Además se elevó una nota al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, reiterando lo ya solicitado y reclamando una respuesta definitiva, la cual aún no ha llegado. ¿Cuál es el inconveniente? La conocida pelea por razones meramente políticas que ha llevado a Nación a desatender intereses del pueblo en razón de que el gobierno local de turno responde al radicalismo, tal y como se vio en los recortes de la coparticipación del Presupuesto Nacional. Ahora bien, ¿es culpa íntegra, total y absoluta de Nación que la provincia de Corrientes se encuentre en estado de desidia? No.

En Corrientes está vigente la Ley Provincial 5.974 de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, que establece el marco normativo para el manejo, la conservación y restauración de los bosques nativos. En su artículo 16, categoría 1, inciso b, fija que “podrá autorizarse la realización de obras públicas, de interés público o de infraestructura tales como: la construcción de vías de transporte, la instalación de líneas de comunicación, de energía eléctrica, de ductos, de infraestructura de prevención y control de incendios o la realización de fajas cortafuego”. Es decir, es obligación del Estado provincial contar con un plan de previsión ante siniestros.

Otro punto a tener en cuenta es que, mientras la mayor superficie de área afectada por el fuego (58%) corresponde a áreas de humedales, la provincia continúa rechazando la Ley de Humedales. Si bien la Ley Provincial 6.548 plantea en su artículo 3 que se “reconoce la diversidad de servicios ecosistémicos, culturales y socioeconómicos que los humedales brindan a la sociedad”, Corrientes se niega enfáticamente al proyecto de ley de humedales, la cual podría perder estado parlamentario tal y como viene sucediendo desde el 2.013. ¿Qué sostiene ese documento? Propone la creación de un inventario nacional, garantizando presupuesto para conservación y eventual resguardo ante factores de degradación.

Siguiente punto, pese a las mencionadas dos leyes provinciales, en el territorio no se cuenta con un plan concreto de acción basado en políticas públicas ambientales, tal y como sucede en la vecina provincia de Misiones (tema a tomar con pinzas y abordar en un próximo escrito). Aunque Corrientes se caracteriza por ser un polo industrial con una gran inversión en materia de forestoindustria (recordemos que hace semanas atrás Valdés realizó una gira por Europa a fin de concretar una millonaria inversión para la creación de lo que sería el “aserradero de pino más grande del país”, además de que la provincia es la única en Argentina que posee un parque industrial exclusivo para actividad forestal), ante casos de incendios de gran magnitud como los sucedidos la escena se repite año a año: hay reuniones en la llamada “zona de influencia” para comenzar a analizar cómo se procederá, secundado por un reiterativo mensaje de “prender fuego está mal”, aunque la regulación para este tipo de prácticas se establece recién cuando comienzan las quemas y no así ante el inicio de los primeros calores, con propuestas de limpieza o regulación basadas en lo ya conocido. 

De hecho, el mencionado Consorcio del Manejo del Fuego no forma parte de la política de Estado de Corrientes sino que es una asociación civil que, con el paso del tiempo, comenzó a trabajar de forma articulada con la Provincia.

“El Consorcio Manejo de Fuego (CMF) es una institución civil sin fines de lucro creada para evitar y controlar incendios y daños asociados, en el ámbito rural” cita la página oficial del CMF, a lo que agrega: “Sus miembros son empresas foresto industriales, productores agrícolas, y agro industriales (de yerba, té y derivados), y protege 144.634,82 ha de una cuenca forestal de 280.000, en el norte de Corrientes y sur de Misiones”. 

Tal y como se mencionó, el 22 de enero Corrientes anunció una inversión por 40 millones para asistencia a los bomberos voluntarios, la que finalmente fue de 34 millones a abonar en dos cuotas para 47 asociaciones.

Si se toma ese número y se divide por el costo promedio de una autobomba usada en buen estado, uno de los recursos más solicitados, da como resultado una compra cercana a 10 unidades para una provincia con más de 70 municipios.

Sin contar que este presupuesto no contempla gastos administrativos ni de equipamiento tal como mochilas hidrantes o trajes especiales para combate de incendio forestal. Pero este dinero no se destinó a ninguna de estas herramientas sino que se dirigió a, en palabras del ministro general de Coordinación y Planificación de Corrientes, Miguel Olivieri, “bienes consumibles, hasta los alimentos que comen cuando combaten los incendios”. 

“Desde abril-mayo se preveía esta seca, y la dirección de Recursos Forestales brilló por su ausencia, entonces ahora nos quieren exigir como si fuésemos empleados de la Provincia, y a nosotros la ley nos ampara para no salir a atender incendios forestales porque no somos brigadistas”, alertó el jefe de bomberos citado en párrafos anteriores y aseguró: “En cada salida se rompe el equipamiento, la autobomba, modelo 69, que todavía está en funcionamiento. ¿Cuál es la solución que podemos dar si apenas cumplimos con el ejido urbano y pretenden que luchemos contra un incendio donde el 90% es combustible maderero?”.

Esto no busca posicionar a quien escribe ni al lector del lado de Nación o de la Provincia, sino buscar un análisis panorámico de la situación: Si en más de 20 años son reiterativos los incendios y las pérdidas obligan a tomar medidas de asistencia, ¿no es momento de legislar acorde a la supuesta posición de preservación de la flora y fauna local, sosteniendo de forma paralela la industria y el fomento económico con vistas a la prevención y no así a la acción pos-quemas? 

NdR: este posteo responde a una intención de plasmar lo comunicado por parte de personas, familias y trabajadores que actualmente se encuentran combatiendo los incendios. No es intención alguna injuriar, perjudicar o establecer un punto único al respecto y cualquier respuesta será debidamente tomada en base al derecho a réplica.

Fuente: https://unamisioneraencorrientes.blogspot.com/2022/02/el-fuego-crecio-y-estabamos-ahi-cronica.html

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