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martes, abril 23, 2024

Un Pica pau sigue con su trabajo

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Guillermo Díaz vive en Oberá y estudió en la Facultad de Artes de la Unam. Hace una década con un apoyo impensado, se lanzó a producir artesanías de madera. Con ayuda de dos de sus hijos y algunos “secretarios” (como suele llamarse en Misiones a los ayudantes) ahí va entregando belleza que estaba oculta dentro de las maderas locales

“Si bien cada vez está más difícil y cara la madera sobre todo las nativas, me las rebusco: donde veo alguna chacra que hacen rozado nuevo o alguna tormenta derriba algunos árboles o troncos y los dueños no tienen cómo o no les conviene llevar a una serradero, ya sea por distancias o costos. Entonces, aparezco yo, asierran con motosierras y me las venden”.

Así, sencillo, Guillermo Díaz, alias el Pica Pau va explicando cómo están las cosas en su actividad.

En diciembre pasado, cumplió diez años en su emprendimiento que lleva ese típico nombre con el que los brasileños describen al pájaro carpintero.

Y tiene motivos para elevar sus quejas. “Otra dificultad son los insumos y máquinas que utilizamos: Amoladoras, lijadoras, caladoras, fresadoras, taladros y lijas. Todo es importado (made in China) la mayoría. Y en la provincia el único taller autorizado para reparar dichas máquinas es “La Casa del Taladro” y no dan abasto. Con decir que tengo entre 8 y 10 máquinas en reparación hace 3 años. Pero no es culpa de ellos. Hace unos meses envié dos sierras caladoras a Córdoba y me las mandaron sin reparar, ya que no se consiguen los repuestos. Ahora estoy viendo la posibilidad de mandarlas al Brasil. Y no hablemos de precios, para tener una idea una máquina que en noviembre del 2021 salía $32.000 de contado la misma máquina noviembre 2022 $92.000 de contado también”.

Sí tiene motivos para lamentos pero el Pica pau no se queja. “Pese a todos, la vamos peleando; yo personalmente lo hago porque no quiero que se pierda el oficio o arte de tallar la madera”.

Bien por él. Y su gente.

Díaz envía una foto de trabajo (ver arriba de estas líneas). “Porta lápices y reloj. Obsequio para na secretaria del Sanatorio Sagrado Corazón de Jesús. Buenos Aires, en agradecimiento por la atención a un sobrino de Apóstoles”.

Hay que recordar la anterior nota con él.

“Estudié en la Facultad de Artes de Oberá dos años. Dibujo y pintura. Trabajé unos años con el Maestro y escultor Eduardo Sánchez. Él también fue mi maestro de primaria en Puerto Panambí”, decía no sin orgullo.

Una bandeja con forma de pescado (dorado o pacú son muy atractivas, en verdad) le lleva entre dos y tres horas. Tal como quería su impulsor de Buenos Aires: entre dos y tres unidades por día.
“Los modelos son todos creación propia. Por supuesto, miro muchos trabajos de artesanos, en los distintos encuentros o ferias y saco ideas sin copiar estrictamente. Hay que tener en cuenta que ninguna madera es igual, inclusive del mismo árbol salen distintas formas”.

Su historia tuvo mucho de azaroso también.

Aunque sabía hacer trabajos artesanales no conocía tanto el uso de maquinaria para madera.

“Comienzos de 2012. Me contacta un señor de Buenos Aires, por correo electrónico. Y me pide unas bandejas. En marzo hago seis bandejas con martillo y formón. Y se las envío. Él recibe las mismas y me llama por teléfono para felicitarme y me pregunta cómo hice. Tras contarle la forma, quiso saber cuántas hacía por día. Y le dije que una. ‘No me sirve, ni a mí, ni a vos. Tenés que hacer mínimo tres por día. A los pocos días, me envió siete máquinas manuales: amoladora, sierra caladora, sierra circular, cepillo eléctrico, tupí, y lijadora de banda”.

Y así, con esta tecnología, una bandeja con forma de pescado (dorado o pacú son muy atractivas, en verdad) les lleva entre dos y tres horas.

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“Los desafíos fueron difíciles al comienzo cómo todo emprendimiento. Siete años trabajé solo. Hoy hace ese tiempo que me acompañan mis hijos Hugo y Daniel. Tenemos 2 talleres uno en Oberá donde trabajo con un chico de secretario y en Santa Rita Misiones, lo hacen mis dos hijos y cuatro muchachos de la zona. Se vende toda la producción en distintas provincias y ciudades del país: Corrientes, Entre Ríos, Reconquista Santa Fe, Buenos Aires y últimamente Bariloche. “Podría decir que el caballito de batalla siguen siendo las bandejas y porta-llaves con forma de pescados. (como los dorados, pacúes, bogas, surubíes y truchas). Pero se hacen cucharas, paletas, platos, fruteras, tablas distintas formas y tamaños, relojes y carteles”.

La materia prima principal es la madera. Cedro, cancharana, guayuvira, cañafistula, loro negro, anchico, zoita o Açoita-cavalo (azota caballo) espina de corona y urunday. Estás serían maderas nativas e implantadas: paraíso, cedro australiano, gravilea, eucaliptos colorado y Kiri.

Ahí va Guillermo Díaz, alias el Pica pau. Amable como siempre, como misionero de ley. Del alto Uruguay. Siempre se acuerda de sus reuniones con un famoso hombre de la salud y hoy gobernador.

Eduardo Sánchez, Omar Olson, Jorge Fuchs, Oscar Herrera Ahuad, Guillermo Díaz, Rosendo Fuchs y Juan Díaz

“Ya estoy jubilado pero pienso seguir hasta que las manos me respondan, menejar el partillo y formón. Estás son algunas de las cosas que hacemos. Gracias por publicar y buen año 2023 para todos los que lean los comentarios”.

El teléfono de Guillermo Díaz es +54 9 3755 68-7360

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