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sábado, julio 27, 2024

Ireneo llegó (casi) a los cien con baños de barro y consumiendo verduras

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Ireneo Rodríguez, un guapo correntino dejó su Gobernador Virasoro natal y rumbeó para el norte. Se aquerenció en Campo Grande. Y ya llegó a los 97. Come muchas verduras y ¡se hace baños de barro! Sí, esa técnica antiquísima que permite al lodo absorber elementos negativos del cuerpo

Ireneo Rodríguez reside en Campo Grande y recientemente celebró su cumpleaños 97. Nació en Gobernador Virasoro, Corrientes pero de joven llegó a la provincia en busca de trabajo y adoptó la tierra colorada como su lugar de vida. En diálogo con canal12misiones.com contó cuales son los secretos para llevar una vida saludable y longeva.

Siempre viví sin pensar mucho en el futuro. Vivo eligiendo hacer las cosas bien y cuidar el cuerpo”, contó el oriundo de Campo Grande quien, el pasado 3 de julio cumplió 97 años.

Rodríguez es el quinto de trece hermanos. Cuando era joven, partió de Gobernador Virasoro en busca de trabajo y llegó hasta la tierra colorada. Ahora, afirmó que se siente más misionero que correntino.

Rodríguez relató que nunca estuvo internado y tampoco ingiere ningún medicamento diario. “Vivo de una manera muy natural“, aseguró. Respecto a su alimentación explicó que come aquello que la naturaleza genera. “Hay que tratar de comer verduras crudas”, afirmó a modo de consejo.

Pero “el” secreto de Ireneo es otro. Los baños de barro.

La técnica se denomina fangoterapia.

El baño de barro es un tratamiento suplementario en muchas enfermedades

El agua combinada con la tierra que trae minerales crean mezclas especiales. Los baños de lodo preparados con aguas naturales logran barros especiales que pueden aliviar efectos para muchas enfermedades.

Los baños de lodo tienen afectos como la renovación de las células, el equilibrio de hormonas, la regulación de la circulación sanguínea además del fortalecimiento de la inmunidad. Los baños de lodo también son tratamientos suplementarios para aliviar problemas musculares y óseos causados ​​por un esfuerzo excesivo, enfermedades reumáticas, superar el cansancio y el estrés.

Y eso es lo que hace don Ireneo.

La fangoterapia, conocida como baños de barro, es en la actualidad una terapia reconocida por sus múltiples beneficios. Es buena para la piel, para el sistema digestivo, para aliviar dolores y bajar de peso, entre otros efectos. Además, es muy recomendada para convalecientes y para el bienestar emocional.

En relación a su rutina habitual, explicó que se realiza baños de barro.

“La tierra tiene que ser lo más natural posible. Una vez que saca la tierra tiene que envolverse en una tela y dejarse de 15 minutos a cuatro horas. Ahí se enjuaga”, explicó. Además, aclaró que “este proceso quita todo tipo de dolores. Es práctico y cualquier misionero puede realizarlo debido a la riqueza de la tierra colorada”.

En la antigüedad los griegos, romanos y egipcios realizaban baños de barro.

Es buena para la piel y también para la salud física y mental, pues durante la permanencia en el barro (unos 12 minutos aproximadamente) los efectos calmantes del vapor y fango inducen un estado de somnolencia y relajación.

Rutinas naturales y consejos

En relación a los controles médicos, comentó que cada vez que se realiza análisis bioquímicos obtiene buenos resultados. “A veces me agarra resfrío, pero con vapor y barro se me pasa enseguida”, relató.

Según precisó, sus secretos para tener una vida longeva son diversas y llevan tiempo establecerlas como rutina.

Pero en esta longevidad que logró Ireneo se combinan la buena salud proveniente de su genética, las verduras crudas, la fangoterapia y un elemento moral-espiritual.

 “Hay que hacer las cosas para el bien. Nunca le deseé el mal a nadie. Cuando alguien me desea el mal yo lo bendigo“.

Al mismo tiempo, Rodríguez afirmó que hay que evitar las adicciones y la mala alimentación. También, comer de forma moderada y equilibrada.

Contó que también hace una técnica de vapor. “Ponen a calentar agua, pueden agregar algún yuyo o hacerlo así nomás e inhalar el vapor. Eso te abre toda la respiración”, dijo. Una vez que pasa el tiempo y la persona comienza a transpirar, debe limpiarse con una toalla húmeda y fría. Según explicó, el calor abre los poros y el frío se encarga de cerrarlos. Rodríguez recomendó realizar esta rutina tres veces a la semana.

El hombre también aconsejó a los más jóvenes que sean empáticos, ayuden y hagan el bien. “Ayudar y estar para los otros. Hacer el bien. No buscar peleas, no tener problemas y siempre desear el bien. También, que coman todo lo que puedan crudo y tomen mucha agua. Usen todo lo natural que tenemos a nuestro favor y, lo más importante, hay que seguir a Dios”, concluyó.

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