La aplicación creó imágenes para suponer cómo sería una Mafalda humana y crecida. El problema es que pergeñó una bella joven que nada tiene que ver con los que conocieron la historieta de Quino
Sí, ya lo habían intentado con la Mafalda niña. Y los resultados quedaron a la vista. Dar las órdenes a una máquina que tiene un programa procesador parece ser sencillo. Ahora, los resultados no son todo lo halagüeños que se quisieran.
El moño rojo coincide. La camisa con pintitas, más o menos, también. El pelo suelto ya ni tanto. Es negro eso sí. Se sabe que el personaje femenino más conocido de la Argentina es retacona. Quizá crezca y alcance una altura promedio (1.60 metro, digamos) pero no se sabe. Si se la ve a la madre, es de suponer que sí.
Hubiera estado bueno que el propio creador Quino le diera la aprobación (o no) a estos resultados.
Ahora llega la versión adulta de Mafalda, una picardía casi.
Pase y vea.
Un dibujante norteamericano habituado a hacer los trazos de Batman se la imaginó así.
Dan Mora suele ilustrar las historietas (cartoons o comics en inglés) de Batman. Y la imaginó a Mafalda así de grande. Hermosa y alta. Es posible.
Otros como la suponen así.
El homenaje de Arcadio aparece realista: esta Mafalda es muy similar a Raquel su madre.
Otro que intentó con la niña de seis años fue Ramiro Torres, un especialista en Inteligencia Artificial que logó este parecido.
Y volviendo a la Mafalda crecida y adulta, la IA en definitiva propone esta muchacha, con ojos verdes, muy bella pero que no parece tener reminiscencias del personaje de dibujos. Con un estilo italiano boca y ojos grandes y mirada intensa. Esta Mafalda parece haber perdido algunos atributos de su infancia, pero evidentemente que la naturaleza digital le ha agregado otras.
El gusto es de cada uno.
Para quienes amaron y aman al personaje, parece no haber demasiada conexión entre una y otra.
¿O sí?
Pero a todo esto, ¿es posible imaginarse a una Mafalda crecida?
Es una pregunta atinente, porque como todos saben, en “dibujolandia” o el mundo donde viven e interactúan los dibujos, sus personajes no crecen. Por eso, hace décadas Maggie de los Simpson está dale que dale al chupete. Y lo mismo Mafalda en 1967 tiene seis años y en 1973 a lo sumo tiene siete. Así que la respuesta va de suyo.
