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viernes, diciembre 6, 2024

“¡Vamos a la playa!”

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El calor inclemente de febrero no da treguas. Y la población (vecinos y visitantes) saben que -además de las piletas y arroyos- Posadas ofrece dos playas acondicionadas con todos los servicios: transporte, infraestructura y seguridad.

El Brete y Costa Sur son los principales destinos balnearios que ofrece Posadas a sus visitantes y vecinos durante la temporada de verano. Mientras que El Brete se encuentra a escasos metros del centro de la ciudad, Costa Sur se sitúa en las afueras. Ambos ofrecen una infraestructura adecuada y personal capacitado para garantizar la seguridad de los bañistas.

Con la temporada de vacaciones a pleno la ciudad cuenta con múltiples actividades para que turistas y residentes puedan disfrutar. Desde jornadas agradables con paisajes panorámicos a la vera del río, actividades deportivas y recreativas en las playas hasta la posibilidad de sumergirse en sus cálidas aguas.

Entre las alternativas para aplacar el calor y realizar actividades en el majestuoso Paraná, en Posadas están disponibles dos grandes complejos, como lo son el balneario El Brete y la Playa Costa Sur. Estos cuentan con todas las comodidades y accesibilidades para garantizar el pleno disfrute de los visitantes, haciendo foco en la seguridad acuática, y proponen además espacios cómodos y limpios con quinchos para reposar en la arena, siempre al resguardo de personal capacitado en múltiples áreas que custodian ambos predios. Al mismo tiempo, existen locales gastronómicos dispuestos en sus alrededores, lo que hace de estos lugares, espacios propicios para retratar gratos e inolvidables momentos en familia y con amigos.

El servicio interplayas se mueve por la ciudad y pasa por las terminales de transferencia

En los últimos años debido al embalse de la represa de Yacyretá, el río, hacia el norte, sufrió una crecida significativa en los márgenes costeros. Posadas fue una de las ciudades afectadas por este proceso lo que obligó a tomar decisiones concretas en torno a satisfacer las demandas de los residentes respecto al uso del río como espacio de veraneo y de actividades acuáticas afines. Hasta ese momento, la población de Posadas en general se desarrollaba de espaldas al río y estaba propensa a disponer del enorme curso de agua sin tomar en cuenta los riesgos en cuanto a seguridad (en el más amplio sentido) que eso implicaba. Así fue que se establecieron El Brete y Costa Sur como balnearios seguros para ingresar al agua y para la práctica de otras actividades.

Ambas playas operan conforme a las regulaciones locales y provinciales en materia de seguridad acuática. Entre estas normativas, se establece la presencia de guardavidas debidamente capacitados y autorizados por la Dirección de Seguridad Acuática para cumplir con su función. Asimismo, se determina como límite una profundidad máxima de 1,70 metros para el acceso de los bañistas, demarcada por boyas que delimitan el área permitida, mientras que el espacio fuera de este límite se considera zona prohibida. Ante la desobediencia o negligencia de los bañistas frente a las advertencias de las autoridades, tanto los guardavidas como el personal policial activan en consecuencia los protocolos de acción pertinentes preestablecidos.

Disposición horaria y reglas de convivencia

El reglamento interno de ambos predios, especifica la vigencia de un margen horario de ingreso y egreso del agua. El mismo rige a partir de las 8 de la mañana y finaliza a las 19:30, con un margen de cobertura de seguridad de hasta las 20:00, momento en que se da por evacuada y cerrada la zona habilitada para bañistas. El proceso de evacuación consiste en la invitación al público, por parte de la Policía y guardavidas, a que se retiren del agua ante la inminente clausura del horario permitido. Fuera de ese horario, cualquier hecho circunstancial o fortuito que suponga accidentes o desmanes de cualquier índole es de exclusiva responsabilidad de las personas.

Otro de los procedimientos establecidos es la evacuación en casos fortuitos de condiciones climáticas adversas. Este plan es implementado por guardavidas y personal policial cuando se detectan signos evidentes de mal tiempo que puedan representar un riesgo para la seguridad de los bañistas. Ante la llegada de tormentas, vientos fuertes y/o actividad eléctrica, se instruye a los visitantes a salir inmediatamente del agua y permanecer en un lugar seguro hasta que las condiciones mejoren.

Por su parte, y en términos generales de convivencia, se requiere a los visitantes mantener el orden y la limpieza en todo el área. Se prohíbe la entrada de objetos de vidrio u otros materiales que puedan dejar residuos peligrosos en la arena o el agua, y se espera que el público mantenga un comportamiento cordial y solidario. En este sentido, tanto la responsabilidad del correcto uso de las instalaciones como del correcto descarte de la basura generada durante la visita recae exclusivamente en los visitantes.

Capacitados, rápidos y primeros auxilios

Los dos balnearios habilitados en Posadas cuentan con guardavidas certificados por la Dirección de Seguridad Acuática, quienes pasan por un proceso de revalidación anual para trabajar durante la temporada. Cada guardavidas recibe formación en primeros auxilios, y tanto en El Brete como en Costa Sur hay al menos cinco técnicos en Emergencias Médicas que proporcionan cobertura de seguridad y realizan capacitaciones continuas, además de contar con un plan de contingencia para cualquier eventualidad.

Cada balneario está equipado con elementos de primeros auxilios de alta complejidad, incluyendo desfibriladores automáticos externos, tanques de oxígeno, tablas rígidas, cuellos ortopédicos y todos los materiales necesarios para la atención inicial hasta que llegue el sistema de emergencia para el traslado y evacuación de la persona.
Además, las playas están bajo la vigilancia permanente de la Policía de la Provincia, y la Prefectura Naval Argentina, trabajando en conjunto para garantizar la seguridad integral de los bañistas.

Vallas sumergidas como barrera para peces

La seguridad e integridad física de quienes ingresan al agua en las áreas debidamente delimitadas es de máxima prioridad para la administración de los balnearios. Para garantizarla, se implementó un sistema que mantiene separada la zona apta para bañarse, protegida de la presencia de peces y animales potencialmente peligrosos.
Este sistema instalado en ambos balnearios fue evaluado y controlado minuciosamente por el Ministerio de Ecología. Tras un seguimiento que demandó entre 45 a 60 días,donde se llevaron a cabo diversos estudios sobre el impacto ecológico que el vallado podría generar en el área acuática. Estos análisis permitieron determinar las medidas adecuadas de la red de contención para evitar que ciertos peces queden atrapados, así como permitir el paso sin problemas de peces más pequeños que forman parte del ecosistema costero y se alimentan de larvas. Sin embargo, se constató que resulta efectivo para evitar el acceso a especies como pirañas, palometas e incluso rayas.

Por otra parte, la tarea de mantenimiento del vallado se realiza de manera manual con un grupo de entre 8 y 10 personas que hacen un rastreo diariamente para asegurar el normal funcionamiento de cada uno de los espacios controlando todo el sector de red, verificando que no presente daños ni pequeños agujeros, o que se encuentre abierta. Estas acciones otorgan cierta garantía a la hora de establecer los espacios seguros y permitir el ingreso de bañistas.

No obstante, algún inconveniente puede presentarse por cuestiones climáticas u otras que logren dañar la red, como la presencia de restos de basura, palos y troncos que viajan con la corriente del río. Eso podría generar algún tipo de “filtración” de estos peces que supongan problemas dentro del sector seguro. Ante la eventualidad de un caso de ataque de pirañas, por ejemplo, rápidamente se realiza la evacuación y se procede al mantenimiento que permite restablecer todo nuevamente, cerrando y asegurando esos sectores para retomar luego el normal funcionamiento del balneario al día siguiente.

Periódicamente también, se llevan adelante trabajos de barrido de la superficie para quitar algas que suelen acumularse en el suelo costero y que resultan un lugar propicio para el eventual desove de las pirañas, quienes además son especies territoriales, les agradan las aguas cálidas y, sobre todo, no tienen un depredador natural que controle su población.

En tanto, desde la Dirección de Deportes Acuáticos, Balnearios y Costanera aseguran que no hay, hasta la fecha, registros específicos sobre ataques de pirañas o palometas dentro de los horarios de funcionamiento de ambos balnearios. Más bien se enteran a través de informes médicos que reciben una vez que el eventual afectado recurrió en busca de atención médica a algún centro de salud, que cumple en elevar el informe posteriormente. Destacaron que usualmente la víctima no se acerca a las dependencias municipales que tienen las playas al momento de recibir el ataque. Por el contrario, se retira por sus propios medios y muchas veces la información se pierde y trasciende por otros canales, sin que desde el municipio se pueda estar al tanto y proceder con los primeros auxilios a la persona afectada y del mismo modo, disponer de los datos concretos respecto a cómo ocurrió, en qué circunstancias y en qué lugar específico. Asimismo los casos recientes dan cuenta de que se menciona la zona, pero usualmente el evento ocurrió fuera del horario permitido o fuera de la zona delimitada para el ingreso seguro al agua, por lo que es difícil determinar la causa específica.

El Gobierno de la ciudad redobla los esfuerzos con el fin de mantener, mejorar y revalorizar espacios de esparcimiento, y sobre todo en temporada estival, cuando las temperaturas son especialmente altas y la población busca opciones para poder hacerle frente al calor. Las playas Costa Sur y el Brete constituyen una apuesta fuerte en este sentido, brindando las comodidades acorde para lugares de este tipo, garantizando todas las condiciones de seguridad integral para los bañistas y en el mismo sentido, apostando fuerte a la sustentabilidad tratando de lograr el menor impacto ambiental posible.

Cabe destacar que si bien se dan imprevistos por situaciones que son complejas de mantener bajo control, resulta imperativa la colaboración de la población para reducir al mínimo las posibilidades de accidentes de distinta naturaleza, respetando las normativas vigentes, las reglas de ingreso al agua, las indicaciones de las autoridades y sobre todo, acceder al río en los lugares habilitados. Es la única manera para que todos los sistemas desplegados puedan sostener un alto grado de eficacia en términos de seguridad integral acuática.

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