El presidente de Francia, Emmanuel Macron, protagonizó un insólito episodio: Al llegar su avión a Vietnam y poco antes de bajar, con la puerta abierta se pudo observar cómo la primera dama Brigitte le aplicaba un golpe. Él dijo que todo se trató de un juego de bromas en el matrimonio
En la noche de domingo 25 de mayo en Hanói al momento en el que la puerta del avión presidencial francés se abría a la llegada a Vietnam se vio el insólito momento entre Emmanuel y Brigitte Macron, quienes viajan a una gira por el sudeste asiático, en la que visitarán también Indonesia y Singapur. Allí ocurrió todo. Una especie de sopapo (como dicen los argentinos) o bofetón con mano abierta por parte de la primera dama al mandatario. La imagen corresponde a la agencia AP.
El presidente de Francia está de perfil, en plena discusión con alguien, sin aparentemente darse cuenta de que la puerta del aparato está ya abierta. De repente, se ven los brazos de su esposa empujándole violentamente el rostro.
Macron parece sorprendido, se gira rápidamente y saluda a los medios con un gesto de la mano. La pareja baja las escaleras del avión y Emmanuel Macron tiende el brazo a su esposa, como es su costumbre, pero ella no lo acepta y se apoya en la baranda.
Luego, Macron se dedicó a aclarar. Y dijo que el bofetón recibido de su esposa, Brigitte, al llegar a Hanoi, Vietnam era “una broma” de su pareja.
Este lunes, en unas declaraciones a la prensa, Macron, que estaba al principio inusualmente serio y tenso, fue preguntado por el episodio y lo ha puntualizado. “Hacía broma con mi esposa”, afirmó, y acusó a los internautas, con ironía, de querer convertirla en “una catástrofe bioplanetaria”.
El jefe de Estado francés recordó que en las últimas semanas ha habido videos verdaderos que han sido mal interpretados, con pérfidas intenciones, como aquel en que escondía un pañuelo, en el tren que lo llevaba a Kiev junto al primer ministro británico y al canciller alemán. Entonces se difundió el bulo de que escondía una dosis de cocaína.
La historia de Macrón y su esposa es notable. Él la conoció cuando ella era profesora de un prestigioso colegio católico. Ella tenía 40 y él 15. Sí, 25 años de diferencia. Y sin embargo, el joven Macron dijo: “Ella será mi esposa”. Y así, con la insistencia de un adolescente decidido la conquistó. Ella dejó a su esposo, su tres hijos (una de ellas era compañera del impulsivo Emmanuel) y se casó con él.
De a poco, él fue ingresando al mundo de la alta política. Fue ministro de Economía hasta que al final, se ungió como Presidente. Ella siempre estuvo a su lado. Aunque no tuvo un cargo en el Estado y de a poco abandonó sus tareas educativas (era profesora de Literatura), sigue siendo la principal asesora (no rentada) del mandatario.
