Eduardo “Balero” Torres presentó en público durante la Feria del Libro en Posadas un adelanto de su nuevo trabajo Y, finalmente Dios se arrepintió. “La verdad, es un mboyeré (una mezcolanza) literario

Belén Hernández con su cancha habitual le dio la bienvenida a Eduardo Torres. Era la primera jornada de la Feria del Libro y la tarde fría no fue obstáculo para que la gente se acercara a escuchar al conocido “Balero” y el adelanto de su nueva obra. Ella, probablemente la mejor animadora de Misiones para los eventos. Y él, tratando de explicar en qué se había metido.

“La verdad es que se trata de un mboyeré literario donde encaré dos temas como el cristianismo y el origen de la deuda externa. Y no me produjo alegría, sino que me estresó mucho”.
Por un lado, la evolución de la religión del mundo occidental y por el otro, las herramientas de dominación de países en que se constituyó la deuda externa.
Y luego, describió el arranque de la historia con un Dios que habla con su hijo Jesús sobre la evolución de la humanidad. Y el Hijo espeta al Padre sobre el origen de la misoginia (menosprecio de la mujer). “Cuando dijiste que no coman frutos del árbol del bien y el mal, Eva no estaba aún”.

Y luego agrega datos muy sugerentes:Caín y Abel eran hermanos mellizos y como Dios no aceptó las ofrendas de Caín (era agricultor)al entregarle los frutos de la tierra. Y en su reacción de ira, Caín da a su propio hermano como ofertorio. Abel había ofrecido los primogénitos de sus ovejas y su grasa. “Y así surge que Caín entregó a Abel como después Abraham entregó a su esposa Sara a un rey que quedó prendado por la belleza de la mujer. Le dijo que era su hermana y ella tuvo que ir con el rey”.
Y luego trasladó el escenario a la Argentina donde suceden eventos crueles e injustos (una niñera y su bebé mueren al ser atropellados por un auto manejado por jóvenes borrachos; el derecho de pernada que aún persiste en Salta; una experiencia propia durante su primera comunión… hasta llegar a un genocidio en Uganda con 1 millón de muertes).
En ese momento, apareció la encargada de los tiempos y avisó que el de Balero se había acabado.

Será hasta que la nueva obra pueda plasmarse en papel y tinta.