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viernes, abril 19, 2024

Nos estamos jugando los garbanzos (o los porotos)

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El 10 de febrero, el Día Mundial de las Legumbres, constituyó una oportunidad para la sensibilización acerca de los beneficios que aportan las legumbres y su contribución a los sistemas alimentarios sostenibles y a un mundo sin hambre, ya que son fundamentales para afrontar los desafíos de la pobreza, la seguridad alimentaria, la salud humana y la nutrición. Al respecto opinó para Télam el representante interino en la Argentina de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Carmelo Gallardo.

Las legumbres han sido y son uno de los principales alimentos desde el principio de los tiempos, formando parte de la dieta diaria en muchos países y del patrimonio cultural en alguno de ellos.
Este protagonismo se debe a sus múltiples beneficios, sobre todo para la salud. Las legumbres ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares ya que son bajas en sodio y grasas, no tienen colesterol y son ricas en fibra. También son una excelente fuente de proteínas, cuya carencia se manifiesta en forma de retraso en el crecimiento de los niños. Y por si esto fuera poco, las legumbres son una fuente asequible de minerales, entre ellos el hierro y el potasio, que previenen respectivamente la anemia y enfermedades digestivas y musculares.

Garbanzos, arvejas, porotos de varios tipos y lentejas: pequeñas maravillas nutricionales (foto: Efe).

Desde un punto de vista más práctico, las legumbres pueden almacenarse durante mucho tiempo, mejorando la seguridad alimentaria de muchos hogares al reducir el desperdicio de alimentos.

Por último, conviene resaltar la idoneidad de algunas legumbres para zonas marginales. En concreto, las arvejas y las lentejas son muy resistentes a las sequías, pudiéndose cultivar en climas áridos con precipitaciones anuales inferiores a 450 milímetros, como es el caso argentino de la precordillera y la estepa patagónica.

Carmelo Gallardo, el autor de esta nota, reivindica la ingesta de legumbres, costumbre que trae de su España natal.

El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP) señala que la Argentina es un productor mediano de legumbres, con poco más de 600 mil hectáreas cultivadas en las últimas campañas. Alrededor del 75% de la producción proviene de las provincias de Salta, Jujuy, Buenos Aires y Córdoba, y casi toda la producción (97%) se exporta. Este sector de las legumbres conforma una importante alternativa de rotación de cultivos extensivos, además de ser una interesante fuente generadora de divisas, dado que el volumen disponible de exportación puede superar el 98% de lo producido.

A pesar de la producción local, tanto la propia cartera de agricultura como la Cámara de Legumbres de la República Argentina (Clera) destacan que el país tiene uno de los niveles de consumo de legumbres más bajos del mundo por habitante al año.

El poroto colorado, uno de los más apreciados en toda la región del Nordeste argentino.

La reflexión sobre estos beneficios y desafíos forma parte de los objetivos del Día Mundial de las Legumbres, que se celebra este 10 de febrero y que tiene a la FAO como uno de los principales organismos que lo promueve. El acto principal de la FAO se va a celebrar el próximo día 12, con palabras, entre otros, del Director General de la FAO, Qu Dongyu, del Papa Francisco y de la primera dama argentina, Fabiola Yáñez, quien desde 2020 es parte de la campaña de la FAO que trabaja en América Latina y el Caribe por el rol y los derechos de las mujeres rurales.

Lentejas con trozos de zanahoria y más arroz, uno de los platos preferidos de la Argentina.

Permítanme un apunte personal para finalizar este artículo.

Cuando era niño, en el pequeño pueblo de Castilla donde crecí, las lentejas, las alubias y sobre todo los garbanzos, eran el alimento casi diario de toda la familia. Hasta tal punto se identificaba a las legumbres con el sustento familiar que, cuando venían mal dadas en la economía local campesina, el abuelo materno solía decir: “Nos estamos jugando los garbanzos”.

Por Carmelo Gallardo, representante interino de FAO en Argentina.

Arvejas. Muy buscadas, pero caras cuando frescas. Algo congeladas y muchas enlatadas.

Cantidades recomendadas

En la dieta mediterránea se recomienda consumir legumbres de 2 a 3 veces por semana. No obstante, quienes sigan una alimentación mayoritariamente vegetariana deben aumentar la cantidad hasta 5 veces por semana.

El tamaño de las raciones recomendadas varía con la edad y con las necesidades nutricionales específicas de cada persona. El orden y momento de introducción de cada legumbre en la primera infancia debe marcarlo el pediatra para evitar intolerancias y alergias. En general,

  1. los niños deben consumir raciones de 40 gramos de peso en crudo;
  2. los adolescentes y adultos recibirán raciones de 60-80 gramos
  3. y los ancianos raciones de 50-60 gramos.

El municipio también realizó tareas de sensibilización

Realizaron acciones de sensibilización en marco al día mundial de las Legumbres

El jueves 11 de febrero en el Paseo Bosetti, se realizó una actividad de sensibilización acerca de los beneficios que aportan las legumbres a los sistemas alimentarios sostenibles y cómo contribuyen a un mundo sin hambre.

Esta actividad se llevó a cabo en marco del día mundial de las Legumbres, fecha instituida en el año 2019 por la Asamblea General de la ONU.

Las legumbres son fundamentales para afrontar los desafíos de la pobreza, la seguridad alimentaria, la salud humana y la nutrición. Como así también la salud del suelo y el medio ambiente contribuyendo a alcanzar varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Dentro del grupo de las legumbres encontramos semillas de plantas anuales como las lentejas, los garbanzos, las arvejas, los porotos, y semillas de árboles como el algarrobo que tienen muchos beneficios para la salud. Uno de ellos, es el alto contenido en fibra que puede reducir el riesgo de enfermedades coronarias, ya que presenta fitoquímicos y antioxidantes, algunas incluso tienen propiedades anticancerígenas y ayudan a estabilizar los niveles de azúcar e insulina en sangre, siendo adecuadas para personas con diabetes.

Dentro de sus vitaminas se destacan las Vitaminas del complejo B que aportan ácido fólico, Vitamina E, potasio, magnesio y fósforo, hierro no hemínico, bajos en sodio y altos en proteínas vegetales.

Además tienen importantes beneficios para la agricultura y el ambiente debido a que fijan el nitrógeno atmosférico en el suelo de forma natural disminuyendo la necesidad de fertilizantes sintéticos lo que aumenta la productividad de las tierras de cultivo.

Esta actividad de concientización fue una propuesta de la Dirección General de Ambiente y Cambio Climático de la Secretaría de Salud, Medio Ambiente y Desarrollo Humano para incentivar el uso de legumbres y mostrar sus virtudes y beneficios.

Aclaración agregada.

Tras publicar esta nota, el lector Guillermo Díaz (protagonista de una de las notas más leídas en PM) aportó algunos datos valiosísimos sobre el consumo de legumbres y otras cuestiones culinarias de esta región.

“Sin dudas, un poroto con cuerito y patitas de cerdo, no es nada despreciable, condimentado con ajo, cebollita de verdeo. Mi madre era hija de brasileños, así que la feijoada con batata era un plato muy apetecible y nutritivo (también explosivo). Por la década del 50/60 en Panambí, no había heladeras, ni luz eléctrica. Así que el carnicero venia desde Oberá una vez por semana. Y había que hacer charque. (Esto es: Carne salada y ahumada) y de allí salían unos guisados. Épocas muy lindas. No existía la comida chatarra. O por lo menos, no la conocíamos. Saludos”

Para ver la nota a Guillermo Díaz, ir a este link.




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