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viernes, marzo 29, 2024

La guapa, trabajadora, fuerte e inagotable mujer de la chacra misionera

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Fueron 70 la productoras que participaron del Encuentro de Mujeres. Es la provincia donde hay chacras en cada rincón. Y las mujeres rurales de la tierra colorada compartieron un encuentro que se realizó en el Centro de Convenciones del Parque del Conocimiento organizado por las trabajadoras del Ministerio del Agro y la Producción. 

El 15 de octubre de cada año se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales, es por ello que en esta oportunidad en Misiones se llevó a cabo un encuentro para las mujeres rurales de la tierra colorada del que participaron 70 de ellas, organizado por las trabajadoras del Ministerio del Agro y la Producción, en el que se realizaron charlas y debates, agasajos y paseos por Posadas. El evento tuvo lugar en el Centro de Convenciones del Parque del Conocimiento, en el que se coordinaron grupos que trabajaron sobre diferentes ejes como reconocer y compartir las vivencias de cada mujer como trabajadoras en el ámbito rural, social y hogareño. A su vez, otros grupos compartieron acerca de la trayectoria en sus comunidades y las dificultades en el desarrollo de sus tareas cotidianas. 

Participación de las mujeres rurales del evento en el Centro de Convenciones del Parque del Conocimiento

En ese sentido, Cristina Silva de la Cooperativa Sarandi, quien fue una de las expositoras, contó: “Soy la hija de la ruralidad. Mis padres tomaron la decisión de que estudiara y tenga mejor vida. A los 10 años salimos de mi casa a estudiar. Soy la segunda profesional de mi pueblo, El Soberbio. Mi  padre era un hombre de la comunidad, fue intendente del pueblo y mi madre era la que se dedicaba a la chacra, ella era la que sabía todo y mi padre reconocía que era ella la que sabía”. 

Otra de las expositoras fue Vasti Antón del Aserradero “Los Pinos de San Pedro”, quien desde el 2006 está a cargo del aserradero de su padre, ella contó: “Mi experiencia frente al aserradero fue entre pañales y maderas. Logramos ampliar nuestro negocio y hoy, también tenemos un secadero propio, en el que también hacemos machimbre, y así vamos creciendo”, relató. Además, reflexionó “nosotras las mujeres creo que somos muy exigentes con nosotras mismas”. 

Respecto a la distribución del tiempo de las mujeres, Mariana Winikor Wagner, quien es parte del equipo del ministerio, señaló que una de las principales cuestiones que se debatió en los diferentes grupos de debates fue sobre las actividades de esparcimiento. También, entre las mismas concluyeron que el trabajo de cuidado está sostenido por mujeres y las redes de solidaridad y contención se producen entre ellas. 

En cuanto a las acciones menos visibles del trabajo de la mujer rural, se evidenció que son quienes llevan adelante la administración del hogar y sus emprendimientos productivos, “pagan las cuentas y llevan las finanzas”, indicó Jorgelina Besold, del equipo técnico territorial del Alto Uruguay. 

Además, según Josefina Pividori, se concluyó en qué impacta este tipo de eventos. “Este encuentro significa un punto de partida para la construcción política de un espacio que nace en articulación con quienes trabajamos a diario, las mujeres de la ruralidad”, expresó Pividori a cargo del área de Comunicación del ministerio.

Mujeres trabajadoras del ámbito rural

Por otro lado, la subsecretaria de Desarrollo y Producción Vegetal del Ministerio del Agro de Misiones, Luciana Imbrogno, fue quien dio la bienvenida a las mujeres rurales y presentó el resultado de un trabajo realizado por las técnicas del Ministerio del Agro. A su vez, destacó: “Esta jornada es un punto de inflexión para nosotras porque marca una forma distinta de trabajar a partir de ahora con todas las áreas”. 

Acerca de los datos del relevamiento realizado oportunamente, indicó que la mujer destina casi el cien por ciento de su tiempo al trabajo. Por ejemplo, en el sector de la lechería, que es mayormente desarrollado por mujeres, a la hora de entregar la producción, el titular es hombre.

Otro dato revelador surge de la actividad tealera, ya que es un sector que se maneja mayormente por hombres pero tiene un 50 por ciento de participación de mujeres, por lo que se resaltó que “la gran mayoría de las organizaciones con las que trabaja el Agro, todas están lideradas por mujeres. Entonces tenemos un desafío que es pensar qué acciones podemos hacer para fortalecer el liderazgo en mujeres rurales misioneras” finalizó Imbrogno.

Sobre la organización y apertura del encuentro de Mujeres Rurales estuvieron la presidenta del Parque del Conocimiento, Claudia Gauto; el ministro del Agro y la Producción, Sebastián Oriozabala; la subsecretaria de Desarrollo Vegetal del ministerio, Luciana Imbrogno; y las productoras, Vasti Antón y Cristina Silva. 

En la apertura, el ministro Sebastián Oriozabala se refirió al rol de la mujer tanto en la ruralidad como en la gestión política: “Está bueno poner en discusión todas las temáticas. En nuestro caso, desde que arrancamos la gestión trabajamos en promover la equidad en el ámbito rural ya que la construcción de una nueva  ruralidad debe contener a todos los sectores y problematizar cuestiones que están arraigadas y debemos trabajar”, expresó.

Por su parte, la presidenta del Parque, Claudia Gauto, agradeció el espacio construido: “hablar de los problemas y las necesidades específicas de las mujeres de la ruralidad es prioritario, hace 20 años no existía esta posibilidad”, remarcó.

Finalmente, para el cierre se brindaron algunas reflexiones sobre lo trabajado en los grupos. Victoria García Giugno, directora general de Ganadería, expresó que “al integrarnos en esta jornada compartimos miradas, nos escuchamos y nos llevamos algo para seguir pensando y construyendo” . Además destacó: “Y algo que todas expresamos es el trabajo colectivo, esa red de contención y apoyo que construimos las mujeres”.

El mensaje de la ONU

Conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres no solo es lo correcto, sino que es un ingrediente fundamental en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la desnutrición.

En promedio, las mujeres representan algo más del 40% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo, pudiendo llegar a más del 50% en determinadas partes de África y Asia.

Sin embargo, se enfrentan a una discriminación significativa en lo que respecta a la propiedad de la tierra y el ganado, la igualdad de remuneración, la participación en la toma de decisiones de entidades como las cooperativas agrarias, y el acceso a recursos, crédito y mercado para que sus explotaciones y granjas prosperen.

Todo ello se traduce no solo en el empeoramiento de su calidad de vida, sino en un obstáculo mundial para acabar con la pobreza y el hambre ya que, si las mujeres tuvieran el mismo acceso que los hombres a los recursos, la producción agrícola en los países en desarrollo aumentaría entre 2,5 y 4% y el número de personas desnutridas en el mundo disminuiría aproximadamente entre un 12% y un 17% (FAO, 2011).

Puede ser una imagen de 3 personas, personas de pie y al aire libre
Desde el comienzo de la colonización de Misiones, la mujer dijo presente.

Este Día Internacional, bajo el tema “Las mujeres rurales cultivan alimentos de calidad para todas las personas”, apreciemos la labor de estas heroínas en la lucha contra el hambre, tal cual marca el reto 2 de nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible (Hambre Cero), y reivindiquemos unas zonas rurales en las que estas agricultoras y ganaderas, muchas de ellas parte de la economía informal y simultáneamente mantenedoras de sus hogares, puedan contar con las mismas oportunidades que los hombres.

Las mujeres rurales -que comprenden a una cuarta parte de la población mundial- trabajan como agricultoras, asalariadas y empresarias. Labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras. Además, garantizan la seguridad alimentaria de sus poblaciones y ayudan a preparar a sus comunidades frente al cambio climático.

Sin embargo, como señala Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres, las campesinas sufren de manera desproporcionada los múltiples aspectos de la pobreza y pese a ser tan productivas y buenas gestoras como sus homólogos masculinos, no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor. Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento.

Las barreras estructurales y las normas sociales discriminatorias continúan limitando el poder de las mujeres rurales en la participación política dentro de sus comunidades y hogares. Su labor es invisible y no remunerada, a pesar de que las tareas aumentan y se endurecen debido a la migración de los hombres. Mundialmente, con pocas excepciones, todos los indicadores de género y desarrollo muestran que las campesinas se encuentran en peores condiciones que los hombres del campo y que las mujeres urbanas.

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Nota: Micaela Carnevale

Edición: Mario Pernigotti

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