Un guerrillero muerto del Ejército del Pueblo Paraguayo produce una hecatombe política en Paraguay. Un ministro que dura horas y un país indignado por la falta de reciprocidad. Las siglas del EPP pasan a ser “Es Paradoja Paraguaya”
La indignación atraviesa el cuerpo social paraguayo. No es para menos. Mientras las fuerzas militares combaten a guerrilleros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) el Gobierno terminó de realizar una metedura de pata notable.
¿Qué pasó? Hace unos días las autoridades informaron que habían abatido al líder del EPP, Osvaldo Villalba. Este hecho, un triunfo en contra de los guerrilleros que combaten en la zona norte del territorio guaraní, terminó por convertirse en un búmeran.
¿Por qué? Simplemente porque la hermana de Villalba, Carmen también condenada por hechos de la misma naturaleza, exigió a las autoridades (y al ministerio de Justicia) que le autorizaran llegar hasta el ataúd de su hermano para despedirse del mismo.
¡Y el Gobierno se lo concedió!
El martes 25 de octubre, el ataúd con el cuerpo de Osvaldo Villalba fue llevado hasta la cárcel del Buen Pastor.
Más de un desprevenido dirá: “Pero es un derecho humano poder despedirse de un familiar”.
Y alguien más agregará: “Es verdad”.
Lo que indigna a los paraguayos en su mayoría es que los miembros del EPP hace años tienen secuestrados a varias personas y nunca dieron señales sobre las mismas ni enviaron noticias a los familiares de esas víctimas secuestradas.
Y eso fue lo que trascendió.
A Obdulia Florenciano, madre del suboficial secuestrado desde hace ocho años por el EPP expresa su disgusto cuando se pregunta: “¿Dónde están los derechos de Edelio, los de (el ex vicepresidente paraguayo) Óscar Denis que fue raptado en septiembre de 2020 y de Félix Urbieta?”.
Mientras Liliana, hija de Félix Urbieta, secuestrado desde hace seis años afirmó que murió la razón, y el deseo de hacer bien las cosas. Por parte de la familia Denis también hubo reacciones, hija de Óscar Denis, quien permanece secuestrado desde hace más de dos años señaló que este país da para cualquier cosa, “es un circo; los criminales y los terroristas tienen más derechos que los secuestrados”, reflexionó.
El suboficial de la Policía Nacional, Edelio Morínigo fue privado de libertad el 5 de julio de 2014 por integrantes del grupo EPP. Se estima que fue ultimado. Y lo que -de últimas piden los familiares- es conocer el lugar donde están sus restos. Algo de respeto por los derechos humanos de las víctimas.
El ganadero Félix Urbieta fue secuestrado el 12 de octubre del 2016, en el interior de la estancia San Francisco de Belén Cué, en el departamento de Concepción.
Oscar Denis, también ganadero, fue secuestrado el 9 de septiembre del 2020 en su estancia “La Tranquerita”, entre los departamentos de Concepción y Amambay (norte), zona de influencia de la guerrilla. Se estima que fue en venganza.
Final de la historia
En la tarde del martes 25, las autoridades permitieron el ingreso del ataúd del líder del EPP, Osvaldo Villalba, al penal del Buen Pastor, tras ser abatido por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), y en donde se encuentra recluida su hermana para que esta pudiera despedirse de él.
Tras los hechos se admitió que fue un error, y el despropósito tuvo su primera víctima: un ministro de Justicia que se vio obligado a renunciar después de haber asumido el cargo pocas horas antes. Édgar Taboada ya no era más ministro de Justicia.
El domingo 23 de octubre en la zona de Amambay el enfrentamiento entre efectivos del EPP y la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) dejó como resultado la muerte de Osvaldo Daniel Villalba, alias comandante Alexander; Luciano Argüello y un adolescente indígena con el alias de Simón.
“Aquí en el norte no podemos distinguir entre un narcotraficante, un sicario o quien tiene un pensamiento extremista”, dijo un sacerdote en Concepción
Para tener una idea de cómo es la vida en esa zona del territorio guaraní, vaya la palabra de un sacerdote. El padre Domingo Savio Ovelar, párroco de la localidad de Yby-Yaú, señaló el temor de la población en Concepción, donde viven unos 300.000 de los 7,4 millones de habitantes de Paraguay y en el que se confunden militantes del EPP, narcotraficantes y contrabandistas.
