Este jueves se conoció la triste noticia sobre el fallecimiento de la modelo Silvina Luna. Contrajo una enfermedad luego de una cirugía estética, por la cual procesaron al médico responsable. Se reaviva la discusión sobre los peligros tras los procedimientos quirúrgicos.
Silvina Luna murió a los 43 años. Estaba internada en el Hospital Italiano desde hacía tres meses. Su calvario había empezado hacía más de una década, luego someterse a una cirugía con Aníbal Lotocki. En las últimas horas contrajo una nueva bacteria y su cuadro se volvió irreversible, por lo que su familia decidió desconectarla.
Las cirugías estéticas son un tema de debate en la sociedad. Aunque ofrecen la promesa de mejorar la apariencia física y la confianza en uno mismo, también conlleva riesgos y contribuyen a la creación de estándares de belleza inalcanzables. Tras el fallecimiento de la modelo este jueves, la discusión vuelve a entrar en juego.
Uno de los principales peligros de las intervenciones es el riesgo para la salud. Cualquier procedimiento los representa, como infecciones, reacciones alérgicas a la anestesia y complicaciones postoperatorias. En este caso, sin embargo, las cirugías no fueron indicadas por un profesional médico debido a una necesidad.
Las personas que buscan múltiples operaciones pueden enfrentar un mayor riesgo debido a la acumulación de prácticas. Otro problema es la presión social para alcanzar estándares poco realistas. Las redes sociales, la publicidad y la cultura de la celebridad perpetuaron la idea de que la belleza ideal es una apariencia física perfecta y sin defectos.
Esto ha llevado a que muchas personas sientan la necesidad de someterse a cirugías para cumplir con estos ideales, lo que puede generar una insatisfacción crónica con su apariencia y una búsqueda interminable de perfección.
Exigencia constante
Al respecto habló la abogada Agustina Chiófalo, quien indicó a que “este caso es un ejemplo de lo que sucede cuando los modelos, impuestos por muchos años, afectan tanto a una persona al punto de comprometer su salud”. Esto es un hecho que la propia Silvina Luna había indicado cuando estaba luchando contra la hipercalcemia.
“Como sociedad nos debemos el debate de poder reflexionar sobre estos estándares históricos que se le impusieron a las mujeres. La perfección que se nos exige constantemente es algo que nos pasa factura y no es gratis para nadie. La perfección corporal no existe”, reflexionó la letrada.
Tenemos que trabajar desde la educación y la prevención, con la autoestima y valoración de los cuerpos reales.
Agustina Chiófalo – Abogada feminista
Por su parte, María Eva Jiménez, psicóloga, también se refirió a la imposición de los cánones. “Hay sistemáticas formas de presión hacia las mujeres. Nos empujan a responder a estándares, pero no recae solo en lo estético sino también en lo político, cultural, ideológico y educativo”, sostuvo.
“El mandato de la belleza mata y lo sabemos desde siempre, pero a nadie parece importarle cuando las cuestiones las padecen las mujeres”, puntualizó la concejal de Posadas.
“Las mujeres no se someten a los tratamientos por tontas o superficiales sino porque sabemos que, de lo contrario, no somos visibles o aceptadas”.
Eva Jiménez – psicóloga y concejal
La discusión sobre los ideales de belleza es fundamental. Es importante que las personas reconozcan que ésta viene en muchas formas y tamaños, y que la apariencia física no debe definir la valía de una persona. La decisión de someterse a una cirugía estética debe basarse en metas realistas y una comprensión completa de los riesgos involucrados.
En última instancia, este debate nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la aceptación de uno mismo y la promoción de una visión más inclusiva y realista de la belleza.
Adriana Vargas
Periodista
