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miércoles, mayo 15, 2024

Cómo hizo la pastora jujeña para meter tantos parientes en el Senado

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Una táctica sencilla (casi zonza) de cruzar los nombramientos con otros colegas de provincias norteñas, Vilma Bedia pudo incorporar una decena de familiares y parientes

“Te doy y vos me das”, parece haber sido el mecanismo al que recurrió la pastora devenida legisladora de la Nación por Jujuy, Vilma Bedia. Al menos dos senadores de La Libertad Avanza contrataron parte del clan Bedia que desembarcó en la Cámara Alta. La senadora, a su vez, no tuvo pruritos para incorporar a varios familiares.

La pastora de La Libertad Avanza decidió ubicar a casi toda su familia para que cobren un salario mensual del Estado nacional. Solo en la planta del Senado ubicó a sus tres hijos, al menos un hermano, una sobrina y hasta una cuñada. Eso sí, para que no salte la ficha contó con el apoyo de otros senadores del bloque, que contrataron como asesores suyos a parte del clan Bedia, a cambio, claro está, de que se devuelva el favor.

Otros senadores norteños contrataron a parte del clan Bedia. Y ella, la pastora, recibió a algunos de los colabores de esos senadores en su despacho

El escándalo escaló hasta la Casa de Gobierno y el vocero presidencial hizo lo que suele hacer: patear la pelota para afuera, al decir que no puede hablar de ese caso concreto pero “si esto tuvo algún interés personal, lo rechazamos absolutamente”.

Es por eso, justamente, que las noticias no coincidían en el número: estaban los que contaban sólo los empleados directos de Bedia y los que conocían todos los parientes y familiares que habían ingresado, aunque sea por otro senador.

Pese a que en redes sociales se repite el tuit presidencial (“Ya está arreglado”), no hay nada solucionado. Bedia hace oídos sordos, mira para otro lado -como perro que tumbó la cacerola dirían los que recurren a las frases populares- y espera que pase la tormenta y ya nadie se acuerde de ella y de sus familiares que viven del Estado sin más.

Pero Vilma Bedia -la misma que promociona que se “hagarre la pala” (sic) en sus redes- no solo quiso ser generosa con sus hijos. Porque también extendió sillas de su despacho para que sean ocupadas por algunos de sus hermanos.

Cuando se le fue a consultar sobre esta situación, recurrió a una serie de frases ininteligibles cargadas de un falso espiritualismo que no condice con la época y evidente deseo de esto pase al olvide y no se la recuerde más.

“Les voy a denunciar por calumniadores y mentirosos a los que se atrevieron a nombrar e involucrar a un grupo pastoral familiar, que nada tiene que ver con mi vida política y trabajo. El pecado de ellos es solo orar por mí y toda Argentina”, replció sin aclarar qué piensa hacer con la instrucción que diera el presidente Javier Milei. Por lo bajo, dicen que ella afirma: “Pero si él nombró a Karina ¿por qué yo no puedo nombrar a mis parientes?”

Quizá hay que aclararle a Bedia una cuestión de cantidades. La mayoría de los políticos cuando llega a un cargo (en Poder Ejecutivo o Legislativo) casi siempre va acompañado por una o dos personas de absoluta confianza.

Ahora cuando ese número (uno o dos) crece multiplicado por diez, ya hay algún problema que no se solulciona con oraciones. La pastora algo sabía porque justamente recurrió al gambito de usar “te doy y me das” que hasta ahora le había funcionado.

Habrá que ver cómo termina la historia.

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