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sábado, julio 27, 2024

Alta aún, la inflación vuelve a un dígito y con precios elevados

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El Indec difunde los datos para abril de 2024. Luego del sacudón de ajuste en la mayoría de los servicios así como el subidón de precios en alimentos, comidas, vestimentas, calzados y electrónicos se podrá decir que este mes dejan de subir. Pero siguen muy altos

Los primeros en darse cuenta de que “se les había ido la mano” fueron los supermercados y grandes cadenas comerciales: subieron tanto el precio de sus productos que las ventas cayeron estrepitosamente. Primero de a poco y ya desde abril en adelante más fuerte vienen dando ofertas (segunda unidad al 70%, llevar tres y pagar 2, etc) hasta tener que retroceder en valores absolutos sin más. El mejor ejemplo está en la industria arrocera. Tras la llegada del actual gobierno, el arroz entre diciembre y enero arañó los 4 mil pesos el kilo. En la actualidad se consigue en valores de entre 2 mil y 3 mil pesos. Y hay ofertas de segundas marcas a 1500 pesos el kilo.

El arroz: cuando asumió el nuevo gobierno llegó a $3000. Ahora retrocedió

¿Qué pueden llegar a decir los comerciantes y empresarios del sector minorista? Sencillo: “Mire, hasta el año pasado compraba un producto a 100 pesos y lo ponía en góndola a 150 pesos con una renta de 50%.Cuando iba a reponer el mismo, el costo era 170.¡Resulta que había estado vendiendo por debajo del costo!”

De allí que surge la famosa frase argentina: “Los empresarios hacen colchón“. ¿Qué significa? Se aumenta por prevención a que los precios del sector industrial y mayorista suban por sobre lo que es el precio de venta y así cubrirse. Son años de cultura inflacionaria en el país.

Se prevé que la inflación de abril rondará 8%. ¡Al fin un dígito! dirá algún entusiasta. Victoria pírrica, dirán otros. Lo que es verdad es que se trata de un número altísimo aún.

La emisión descontrolada trae -a pesar de algunas objeciones- suba de precios

Habrá que esperar más para que los precios finalmente se estabilicen y el país vuelva a tener una inflación normal.

Se considera “normal” una inflación de 2 a 5 por ciento anual. Ya cuando se superan esos valores y se está por debajo del 10% anual, las luces amarillas de los países están encendidas y se hacen ingentes esfuerzos para que la suba de precios vuelva a un valor normal. Eso ha ocurrido varias veces en los últimos años -por ejemplo- en Brasil. Y siempre lograron dominar el monstruo.

Los observadores señalan que hay riesgo en un atraso cambiario y que se deba volver a una devaluación. El presidente Javier Milei rechazó de plano esta opción. Entre otras cuestiones porque el gobierno recurrió al crawling peg. ¿Qué es esto? Un sistema de mini devaluaciones diarias que va adaptando el valor de la moneda local a las situaciones internacionales.

En Posadas hubo que crear surtidores solo para autos extranjeros. Eso ya pasó.

Para darlo en términos locales: Ya no se volverá a las épocas en que cientos de autos paraguayos cruzaban para cargar combustible en la Argentina. Pero tampoco hay un aluvión de argentinos atiborrando los supermercados paraguayos.

El equilibrio es inestable.

“Está barato -decía un comprador de Encarnación en un híper de Posadas, al mirar el precio de un dentífrico de 90 gramos marca líder a 1200 pesos (era oferta)-. En el otro lado, está imposible de comprar. Pero allá anda bien el fideo por 5 kilos: está a 5000 pesos y acá consigo a 8000 pesos…”

Hay que agregar que países líderes en América latina como Brasil y Chile han recurrido históricamente al crawling peg como mecanismo para adaptarse el cambio de cotización de las monedas líderes tales como el dólar, el euro y el yuan.

El otro tema es la caída de la actividad económica. Una recesión madre y señora nuestra. La construcción es el símbolo de “no hay plata”. El gobierno está en el proceso de relanzar la etapa de finalización de obras avanzadas y dar un respiro al sector. No será suficiente. Luego vendrá un sistema tipo PPP (programas de participación privada, donde las firmas se ofrecen a hacer obras públicas mientras consiguen financiamiento y se cobran con peaje, luego).

Y la industria en general sufre una caída recesiva muy fuerte.

El Gobierno aferra su expectativa a la reacción del consumo, a partir de la persistencia de la desaceleración de la inflación y el inicio de la recuperación de los salarios y jubilaciones en términos reales.

Por lo pronto, ya se sabe: el actual sistema económico puso el acento en variables financieras y fiscales: No se emite más (sin respaldo) y no se gasta más de lo que entra. Mientras se aprieta por todos lados para aumentar los ingresos fiscales (vía impuestos, donde queda expuesta la contradicción a la promesa electoral de bajar la tributación).

NO HAY UNA sola apuesta a la producción, ni un plan o promoción. NADA: Se confía -como en el primer mundo- que las variables económicas (producción, consumo, ahorro, inversión) volverán a reactivarse de manera positiva cuando se estabilicen las variables financieras y fiscales.

¿Aguantará el pueblo argentino semejante cambio?

El tiempo lo dirá

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