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lunes, mayo 6, 2024

Yerbales, con sombrillas naturales

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Se denomina “Arborización de yerbales” y la idea es proteger a las plantas de yerba. Los especialistas avanzan con propuestas para mitigar impacto del clima

Con el objetivo de establecer agroecosistemas con mayor biodiversidad  mediante la incorporación de árboles nativos, principalmente, o exóticos en los yerbales, se realizó una jornada de campo en la chacra del productor Arlindo Rodríguez, con productores de yerba mate de la Picada Mojón Grande en el municipio de San Vicente.

La misma fue organizada por la Subsecretaria de Desarrollo y Producción Vegetal del Ministerio del Agro y la Producción, el Instituto Misionero del Suelo y el Instituto Nacional de la Yerba Mate.

El Ingeniero Agrónomo Guillermo Reutemann, presidente del Instituto Misionero del Suelo, quien estuvo a cargo de la capacitación expresó las metas de estas iniciativas. “Desde nuestra propuesta institucional, planteamos sistemas productivos con yerba mate que incorporan árboles para generar un ambiente con capacidad de mitigar los efectos de las inclemencias climáticas como la que estamos atravesando, de intensa sequía, calores extremos y alta insolación, buscando un sistema productivo, un agroecosistema, con una estructura, una dinámica y funciones similares a las que tiene el bosque nativo, manteniendo la producción de hoja verde, y conservando la vitalidad del cultivo”.

Durante la jornada se recorrieron las parcelas de yerba mate con el objetivo de realizar un diagnóstico rápido participativo, buscando relacionar el daño observado en la estructura de las plantas (troncos, ramas cargadoras, brotes nuevos) con sus factores causales. Se intercambiaron opiniones, y se estableció que la insolación directa, las heladas y el granizo, en ese orden de incidencia, provocarían los daños observados.

Así también, se debatió sobre cómo restaurar la capacidad productiva de las  plantas dañadas, coincidiendo en que debe realizarse una poda de rebaje. A partir de esa conclusión, se compararon luego esos sistemas a cielo abierto con otras parcelas presentes en la chacra donde la yerba mate estaba bajo araucaria o pino Paraná y kiri.

Ida y vuelta

Con una aplicación de teléfono celular, se determinó intensidad de luz en los sistemas con sombra y a cielo abierto, se recomendó un rango de luminosidad para mantener productividad con protección de plantas a insolación y granizo En la ocasión, se expuso sobre los múltiples beneficios que los árboles brindan a los cultivos de yerba mate cuando se integran, y poner  énfasis en la situación actual, de escasez de agua, donde el  sombreado del sistema (menor temperatura), la cobertura del suelo (menor evaporación) y la conservación de la humedad (baja incidencia de los vientos), evitan situaciones de estrés en las plantas, lográndose una mayor resiliencia del agroecosistema.

Para Reutemann, “se plantean alternativas para establecer sistemas de producción de yerba mate que integren más estratos productivos. De esta forma, las posibilidades propuestas, muestran que pueden realizarse plantaciones de yerba mate bajo árboles preexistentes, incorporar árboles a yerbales en producción o realizar plantaciones simultáneas de yerba con árboles”. 

En su momento, la ing. Agrónoma Luciana Imbrogno, subsecretaria de Desarrollo y Producción Vegetal había considerado que los avatares de períodos de estrés hídrico pueden ser morigerados. “Los sistemas agroforestales cobran especial importancia en el contexto actual de sequía porque permite mayor  infiltración y almacenamiento de agua en el suelo. Además, son sistemas sustentables que representan un cambio de concepto, que mejoran el entorno y el sistema productivo como una alternativa frente al cambio climático porque se ven menos afectados frente a la falta de agua”.

Una yerba más protegida

Los técnicos realizaron una descripción del lugar que la yerba mate ocupa en el sistema natural  de la Selva Paranaense con algunas características.

Es que la corteza es sensible a la radiación solar directa, que no la hacen apta para plantarla a cielo abierto y que le generan daños importantes con pérdida de productividad, además de demandar podas drásticas anticipadas (rebaje) de esa estructura dañada y poco productiva.

Esos problemas devienen de modificar su lugar natural para colocarla a campo como pionera (a cielo abierto y expuesta al sol directo), aun con las protecciones del caso (ponchos).

También, los especialistas advirtieron que con más sombra, las especies espontáneas de gramíneas como pasto azul, yahapé, y cola de zorro, especies heliófilas que son de difícil erradicación de los yerbales convencionales, dan paso a especies menos competitivas. A su vez,  destacan que estos sistemas requieren una menor incorporación de insumos externos (como fertilizantes y herbicidas) disminuyendo los costos de producción.

Se resaltó finalmente que la presencia de árboles reduce la intensidad y efecto de los vientos, mientras colaboran a lograr  una mayor retención de humedad en el sistema.

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