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martes, mayo 7, 2024

En un día muy intenso, Milei dio sus medidas, controlaron la marcha y cerraron con cacerolazos

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Durante la tarde del 20 de diciembre, la estrategia de Patricia Bullrich pareció dar resultados: los piqueteros llegaron hasta Plaza de Mayo (en subte!) nunca cortaron avenidas; a la noche, el presidente Javier Milei anunció su plan desregulador y poco tiempo después -en barrios porteños- se oyeron como en el aciago 2001, las cacerolas

El viejo y experimentado periodista Leonardo “Fuma” Sánchez Bonifato se acomodaba en un sillón de El Territorio, con su dedo pulgar estiraba uno de los tiradores (no usaba cinto) que atajaban sus pantalones y lanzaba, no sin ironía una frase clásica de redacción y que constituía en toda una lección de experiencias: “Y, sí: no hay verano en Argentina en que no haya quilombos”.

El 20 de diciembre de 2001 el debilitado gobierno de la Alianza que había empezado apenas dos años antes daba sus últimos estertores. Carlos “Chacho” Álvarez había renunciado a su cargo de vicepresidente luego de la derrota en las elecciones de medio término dos meses antes. Y Fernando de la Rúa al tratar de ejercer un poder que no tenía impuso un Estado de Sitio, mandó reprimir y hubo muertes en las manifestaciones. Días después, en medio de calores intensos, el país asistiría a la sucesión de cinco presidentes peronistas hasta desembocar en Eduardo Duhalde.

A 22 años de aquellos calores, estos fuegos. Un presidente que se denomina a sí mismo libertario (o sea, un liberal extremo) lanza su plan económico de desregular toda la economía. Toda. Algunas iniciativas pueden ser bien vistas (el tramiterío para exportar, por ejemplo) pero otras, definitivamente, serán cuestionadas y no sin razón: privatizar los sistemas satelitales argentinos, por caso.

Para tener una idea: en los 90 del peronista Carlos Menem (el propio gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner y su esposa dijeron a la sazón de que se trataba del mejor presidente de la historia) se decidió usar la convertibilidad para solucionar todos los problemas argentinos. Y no fue así. Por caso, al privatizar las empresas prestadoras de servicios públicos, (agua, luz, gas, telefonía, etc) éstas, que vinieron del exterior, cobraban en pesos (tarifas carísimas pero que no se notaban porque 1 peso era igual a 1 dólar en la ficción nacional) y luego los tranformaban en dólares que se giraban al exterior en un brillante negocio (para los accionistas de esas empresas).

Javier Milei anunció la noche del miércoles 20 de diciembre de 2023 un paquetazo de desregulaciones.

Dicen que es un adelanto. Los 366 artículos son solamente un primer paso. “¿Esto le parece mucho? Al revés, es poco. Este DNU es la punta del iceberg, viene mucho más”, explicó a Infobae uno de sus principales autores para detallar la ambiciosa estrategia del flamante gobierno para transformar de raíz a la economía.

Es que intentar transformar a fondo y de un plumazo la economía y la sociedad de un país es una aspiración enorme. Y -naturalmente- va a tocar intereses de muchos. ¿Esto preocupa al equipo gobernante?

“Sabemos que muchos van a ir a la Justicia pero no hay que rasgarse las vestiduras. No va a ser fácil ir contra la idea de un país con mayor competencia y más libertades. El que lo haga va a quedar muy expuesto como casta”, replican desde el equipo de Milei.

La concepción del plan es un punto de partida y no de llegada. Milei puso en juego todo aquello que entiende que puede ser modificado a través de un DNU. Eso excluye, por ejemplo, cualquier modificación tributaria, que requiere cambios en el Congreso.

Aunque rechace todo lo que no sea liberal, una de las corrientes actuales que más se ha impuesto en la ciencia que domina Milei es la llamada Economía Institucional. Una significativa cantidad de ganadores del Nobel ha sido certificada como la rama nueva y que mejor explica muchos fenómenos de la economía como una ciencia social. Es probable que si Milei lee estas líneas dirá que se trata de comunistas/marxistas. Pero no. Es simplemente una forma de interpretar las complejidades del mundo moderno que ya no es el que viviera -por decir un nombre- Adam Smith allá por el 1700 cuando el mundo se preparaba para recibir la revolución industrial y occidente pasaba a dominar la ciencia y la tecnología. Y Smith escribiera La riqueza de las naciones y fuera el partero de una nueva disciplina.

¿Qué dice la Economía Institucional? Que las sociedades que mejor funcionan son aquellas que además de tener las normas adecuadas (las medidas que lanzó Milei, por caso) pero TAMBIÉN poseen los ciudadanos y el respeto por esas normas. En una palabra, que las instituciones (sociedades, personas, grupos, conjunto de leyes) son respetadas a rajatabla.

En lo conceptual, todas las disposiciones del DNU se engloban en tres áreas: la defensa de las libertades individuales, la eliminación de privilegios de “la casta” y la desregulación económica.

Si de liberar todo se habla, es casi una fija: También se prevén desregulaciones para algunos sectores como la minería, la industria azucarera, la vitivinicultura, los servicios de acceso a Internet, las tarjetas de crédito y hasta la yerba mate. Sí, leyó bien. Quizá este sea el canto del cisne para el INYM, que también nació por aquellos años de verano caliente.

Como jamón de sandwich

El anuncio de Milei quedó en medio de las manifestaciones de la tarde y las manifestaciones de la noche

Fueron diferentes. El de la media tarde era con las organizaciones izquierdistas piqueteras. Y fue un punto para la jugada de las dos ministras: Pettovalle y Bullrich. Esta vez, los gerentes de la pobreza no pudieron aplicar todo su poderío de convocatoria para manejar masas de pobres a su antojo. El sistema implementado de denunciar presiones para asistir a la marcha dio resultado. Y la idea de eliminarlos como “gerentes” (administran las tarjetas de los planeros y se quedan con millones y millones de pesos

Aunque los manifestantes se llegaron hasta la Plaza de Mayo (frente a la casa de Gobierno) no hubo casi incidentes y muchos de ellos se movieron en subte. Cuando usaron las vías públicas apenas pudieron abarcar una mínima parte de la calzada de una gran avenida y el tráfico no fue alterado.

El propio Presidente (tras grabar su Cadena Nacional) se acercó a los monitores de Bullrich y Pettovello para seguir las incidencias de la marcha piquetera.

El otro “pan” del sandwich fue más ingrato para las autoridades nacionales.

El anuncio por radio y televisión y redes del Presidente fue a las 21. Pero una vez finalizado, en forma espontánea en barrios de Buenos Aires hubo manifestaciones con cacerolas. Como en los viejos tiempos de 2001. Contra el gobierno nacional.

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