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viernes, abril 26, 2024

Misiones pide devolución; los apropiadores se hacen los “sotas”

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En otras épocas, los ‘Indiana Jones’ se llevaron valiosas piezas de las misiones jesuitas y las expusieron en sus museos. Hoy es el turno de reclamar la devolución. No será tarea sencilla pero hay que intentarlo. En todo el mundo ocurre lo mismo

Luego de la desaparición del reino jesuita -que unió los intereses de defensa de los guaraníes con las ansias de propagar la palabra (y acción) cristiana de los sacerdotes de la orden iniciada por Ignacio de Loyola en España-la región de los 30 pueblos quedó abandonada. O casi.

Todo el siglo XIX fue escenario de luchas por la independencia y la población fue muchas veces arrastrada, arriada para pelear por este o por aquel caudillo. Y así, todo fue quedando devastado.

Esta no pudieron llevarse

A fines del 1800, Misiones recupera su condición de Territorio Nacional pero un siglo después de partir los jesuitas, las misiones lucían no sólo abandonadas sino avanzadas por la selva.

Ahí aparecen los viajeros, aventureros, investigadores, científicos. Todos ellos (o la mayoría) con buenas intenciones.

Pero algunos se vinieron para ver qué era eso del “imperio jesuita” al que cuestionaban (Leopoldo Lugones encabeza ese grupo) y denigraban la gran obra de los curas por estas tierras.

Y, de paso, ya que estaban, se llevaron buenas piezas de lo que fueron esas obras maravillosas creadas en muchos casos, por manos guaraníes –sabios en el arte de trabajar con las manos- y asesorados por curas que antes eran ingenieros (gente que aplica el ingenio), científicos, carpinteros, ebanistas, talladores, luthiers, músicos, creadores, en una palabra.

Y, así, como decía el Chavo, “sin querer, queriendo”, las obras fueron a parar a museos de los grandes centros urbanos de entonces.

Este fenómeno no es exclusivo de Misiones. En absoluto. 

Esto es lo que se pide de vuelta

De los mármoles del Partenón al busto de Nefertiti, las instituciones en especial, los museos y los países a los que pertenecen, se niegan a devolver las piezas históricas y patrimoniales, saqueadas durante la época colonial y que llevan años y años de reclamos.

Ahora, le toca el turno a Misiones. Pero no es nuevo.,

La Provincia retomó las gestiones tendientes a la restitución de dos bienes patrimoniales cuyas devoluciones vienen siendo reclamadas desde hace más de una década.

Se trata de una imprenta jesuítica (¡la primera del río de la Plata!) que se encuentra desde 1942 en el Museo Histórico del Cabildo y la Revolución de Mayo de la ciudad de Buenos Aires, y de una reliquia frontis de la Reducción de San Ignacio, que se halla desde 1901 en Museo Histórico Nacional, que funciona en el barrio porteño de San Telmo.

Nada menos.

Joselo Schuap y el ministro de Cultura a nivel nacional, Tristán Bauer

En una reciente visita a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el ministro de Cultura Joselo Schuap realizó un planteo formal ante su par a nivel nacional, Tristán Bauer, a la vez que mantuvo reuniones con diferentes autoridades vinculadas a los ámbitos que ostentan la tenencia de estos tesoros culturales, y recorrió los lugares donde se encuentran exhibidos los mismos.

“Esta vez me toca como Ministro de Cultura de Misiones retomar la responsabilidad y recurrir nuevamente al Ministerio de Cultura de la Nación a fin de solicitar la restitución de dos cuerpos culturales, de altísimo identitario cultural para la provincia de Misiones y que se encuentran en la CABA por despojo y no por decisión de nuestro pueblo”,  expresó Schuap en un documento entregado personalmente al ministro de Cultura de la Nación.

Certificado de extracción. El propio autor explica que lo hizo.

En muchos casos, la sustracción se produce en ausencia de los anteriores usuarios (el caso de Misiones y sus reducciones jesuíticas que se hallaban abandonadas).

Pero en otros, como el caso de los ingleses que en su época colonial fueron dueños de medio mundo, donde ponían sus pies, también ponían sus garras. Y allí había gente.

Y, vaya el ejemplo de Egipto. Una dominación británica con la construcción del canal de Suez vital para el comercio marino mundial. Y los científicos, investigadores, los Indiana Jones del caso, se acercaban a las famosas pirámides. Y allí estaban –atractivos- los sarcófagos con los cuerpos envueltos de las momias

No hay casualidades. Esto se da a fines del siglo XIX con gran asiduidad. Y ahí cuando surge el cine mudo, uno de los primeros motivos fue justamente el de la momia

¿Qué era todo eso? Probablemente, los propios pueblos invadidos hacían circular las fábulas de que los espíritus de esos cuerpos embalsamados iban a atacar a los intrusos.

¡El guión estaba servido!

Película de los años 30. Momias, Egipto. Maldición.

Los que osaren meter sus manos en esos lugares sagrados recibirían el castigo.

Pero eso no obstó.

Muchas momias y demás restos arqueológicos egipcios fueron llevados a Londres y aún hoy en día se exhiben orgullosos en los museos de la capital británica. Pese a los reiterados pedidos diplomáticos de reintegro.

Museos ingleses atiborrados de elementos traídos de las colonias

Vaya un ejemplo.

Los Mármoles del Partenón.

Más de la mitad de la decoración del Partenón, icono de la Grecia Clásica, se exhibe en el British Museum de Londres. Los mármoles, esculpidos entre 447 y 438 a.C. bajo la supervisión del arquitecto Fidias, llegaron a Gran Bretaña entre 1801 y 1805 después de que el sultán del Imperio otomano diera un supuesto permiso a Lord Elgin para extraerlos. Atenas lleva años reclamando la devolución de este tesoro, obteniendo siempre un “no” por respuesta. Hace unos días pidió al Gobierno británico un intercambio de los mármoles por otras valiosas piezas.

La Piedra Rosseta

El gran traductor. La piedra Rosseta

El fragmento de la antigua estela egipcia de granodiorita, datada del año 196 a.C., fue hallado en Egipto en 1799 por un destacamento militar francés. Un par de años más tarde, los ingleses se la llevaron a Londres tras derrotar a las tropas napoleónicas en Egipto. La Piedra Rosseta, inscrita con jeroglíficos, en demótico y en griego antiguo sirvió para descifrar el lenguaje escrito de los egipcios. En 2003, El Cairo reclamó su repatriación.

¿Algo de Egipto? El busto de Nefertiti

Se trata de una de las obras maestras conservadas del arte egipcio y realizada en 1345 a.C. Fue hallada en Amana, una región situada en la ribera oriental del Nilo, por el arqueólogo Ludwig Borchardt en 1912 y conducida a Berlín, donde se exhibe en el Neues Museum. Desde hace unas décadas, existe un debate en torno a la legalidad de su adquisición. Egipto ha reclamado en varias ocasiones la repatriación de la escultura policromada.

Los científicos no tenían miedo de meter sus manos en los antiguos restos arqueológicos.

Bronces de Benin

Más de mil placas de bronce fueron talladas desde el siglo XIII en adelante para el palacio real del reino de Benin para glorificar a su rey divino y a su poderoso imperio. En 1897, las tropas británicas se apoderaron de buena parte de estos tesoros. Un buen puñado de ella siguen expuestas en el British Museum y son centro del debate de las repatriaciones por el contexto de su adquisición. Desde 1960, Nigeria lleva pidiendo que se las devuelvan.

Tesoros de Magdala

Esta corona de oro del siglo XVIII y otros tesoros etíopes se muestran en el Victoria and Albert Museum de Londres. Fueron saqueadas por las tropas británicas tras la batalla de Magdala en 1868. Etiopía ha reclamado insistentemente su devolución estos últimos años.

 De vuelta a casa

El reclamo es puntual. La espera, larga.

En su argumentación, el ministro Schuap destacó los antecedentes que justifican el reintegro: “Tal cual lo indica la política internacional y las normas de la Unesco de devolución de bienes culturales, desde el retorno a la democracia la provincia de Misiones viene planteando este pedido sin ser escuchados por la Nación (hablamos de proyectos presentados tanto en Senado como en la Cámara de Diputados, expedientes, cartas, reuniones, etc)”, algo que fue bien recibido por el ministro Tristán Bauer (quien se autodefinió como “devolucionista”), y se comprometió a iniciar las averiguaciones pertinentes para la resolución de esta situación.

Asimismo, se hizo notar que Argentina lleva restituidos más de cinco mil bienes culturales que en su momento fueron confiscados a otros países, y que “es el momento de hacerlo hacia adentro, hacia la Argentina profunda”.

Quien acompañó al ministro Schuap en su itinerario fue . Carolina López Forastier, abogada y ex titular de la Casa de Misiones, que viene trabajando en cada una de las instancias de reclamo que mantuvo la Provincia a lo largo de la última década. Esfuerzos que involucran a numerosos legisladores nacionales misioneros, la Legislatura Provincial, intendentes de San Ignacio, gobernadores y a los sucesivos funcionarios de Cultura que tuvo Misiones en los últimos 11 años.

“Vengo trabajando en este expediente de recuperación del patrimonio cultural y en todas las gestiones de recuperación de la imprenta, del frontis y de otros bienes de los misioneros, asesorando siempre al gobierno de Misiones, al municipio de San Ignacio que también viene apoyando desde el año 2010. Hoy el Ministerio de Cultura ha decidido recomenzar el reclamo, convocándome para acompañar al ministro Schuap, por lo cual estoy no solo agradecida, sino que estamos redoblando los esfuerzos para que por fin se haga justicia”, indicó López Forastier.

Primera imprenta rioplatense

Uno de los patrimonios que la provincia de Misiones busca recuperar es la primera imprenta tipográfica que existió en país. Fue íntegramente desarrollada y construida en la Reducción Jesuítica de Loreto a fines del Siglo XVII, sesenta y cinco años antes que la de Córdoba y ochenta y cinco antes que la primera de Buenos Aires, cuando incluso en las grandes ciudades europeas el desarrollo de este tipo de sistemas tipográficos todavía era incipiente.

En 1890 la Imprenta de Santa María la Mayor fue enviada al Museo Histórico y se propuso su restauración. En 1942 pasó al Museo del Cabildo donde se la restauró

Incluso, en octubre de 2010 fue promulgada la Ley Provincial VI  Nº 145, que declaró a la Imprenta Guaranítica Misionera como Patrimonio Cultural de la Provincia. A su vez, encomendó al Poder Ejecutivo Provincial efectuar las gestiones de repatriación, como también de los bienes que se encuentren dispersos en otras provincias y que históricamente hayan pertenecido a Misiones, a través del Programa para el Recupero de Bienes de Valor Histórico Cultural de la Provincia.

Acá estaba… acá debe volver… ¿Volverá?

Frontis

Además de la imprenta guaranítica, las gestiones que lleva adelante el Ministerio de Cultura de la Provincia intentan recuperar un monograma que perteneció al denominado frontis 2 de la Iglesia de San Ignacio Mini, cuyas estructuras aún se conservan.

Este monograma en relieve representa a la Compañía de Jesús y se compone de las letras iníciales “I.H.S.” (Jesús Hominum Salvador, en latín)”, acompañadas de una cruz y tres clavos. La piedra fue labrada por guaraníes de dicha reducción jesuítica.

Según consta en la documentación existente, el frontis permaneció en su lugar original hasta que a fines del año 1901, el monograma fue llevado a Buenos Aires por el entonces senador nacional Carlos Pellegrini, seguramente alimentado por la concepción cultural propia de su época, donde una de las formas usuales de dar testimonio de la historia era trasladando trozos de piedra u objetos hacia los museos de las grandes ciudades donde pudieran ser apreciados por las elites de la cultura.

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