24.9 C
Posadas
lunes, abril 29, 2024

Entre Gepeto y San José: la historia de Eldor Frank

+INFO

“Empecé con autitos de madera seguí con carros hasta hacer muebles”. Así relata este apasionado de la madera desde 25 de Mayo. Como José el padre adoptivo de Jesús o Gepeto, el creador de Pinocho, los carpinteros tienen una larga tradición en el mundo. Eldor Frank no se aparta de ella

José estaba construyendo una gran cama matrimonial. El encargo era especial porque se trataba de un cliente importante allí en Galilea. Y las maderas se encastraban. No se usaban clavos ni clavijas. Todo era cálculo y encastre. Pero ese día, algo falló. El encastre no funcionaba y el tirante de la cabecera de la cama se había quedado corto. Y no había arreglo. La madera era única. Y no había forma de conseguir otro pedazo para remplazar. Y José estaba desesperado. Jesús le preguntó qué pasaba. Y él le explicó que se había equivocado. Y que se había quedado corto. “¿Y cuánto más de largo debería ser?”, le preguntó el niño. “Y, unos 20 centímetros más…” contestó . Y ahí Jesús extendió sus manos que después sanarían a ciegos, sordos y bendecirían a multitudes y la fue pasando por la madera que se fue estirando hasta alcanzar las medidas que necesitaba el mueble que estaba haciendo su padre.

Los carpinteros también tienen milagros como éste de la infancia de Jesús referido en uno de los Evangelios Apócrifos.

“Desde chico era aficionado por la madera”, reafirma Eldor Frank unos 2013 años después de Jesús. “Preguntale a mi papá o mi mamá qué yo hacía en mi niñez: los juguetes que teníamos, los hacíamos nosotros. “Siempre les decía a todos que era carpintero. Nos fabricamos autitos, tractores y camiones, todo de madera”, contó el productor oriundo de 25 de Mayo en diálogo con el programa Madera Renovable, que se emite por Canal 12. 

En esas épocas, las latitas de picadillo usadas pasaban a ser las ruedas. Pero quizá el muchacho tenía paciencia y hacía ruedas de madera.

La historia de Eldor Frank comienza cuando en su infancia, motivado por la pasión hacia el trabajo con la madera, fabricaba sus propios juguetes.

“Cuando fuimos creciendo, hicimos la típica carreta misionera que se veía en los potreros”, esa fue su continuidad.

Al crecer, tuvo que introducirse al mundo del trabajo y como en ese momento,  no contaba con los recursos para seguir su sueño, comenzó a trabajar en un aserradero, donde permaneció durante 18 años. O sea, siempre cerca de la madera.

Sin embargo, su amor por la carpintería no decaía sino que crecía con el tiempo. Cada vez que pasaba por un negocio de materiales y herramientas eléctricas, no podía evitar frenar un instante y mirar aquella cepilladora, una herramienta tan anhelada por él y fundamental en su oficio. El costo de la máquina era inalcanzable para él en ese momento, allá por 2008. Sus ingresos no daban para tanto.

La oportunidad de convertir su sueño en realidad surgió gracias a Milton Orlando Ruppel, el propietario del negocio de materiales para la construcción y herramientas.

Y vio esa cepilladora que tanto quería. “Y yo la miraba y miraba y tenía las ganas de que mis sueños se cumplan. Pregunto de nuevo por la máquina y me dice: Vale tanto pero llévala y las herramientas que necesites, dame lo que tengas y después arreglamos lo otro”, le dijo Milton.

Y ahí nomás, Eldor se sintió como ‘gordo en rotisería’: había tantas cosas lindas y que daban ganas de elegir y llevar.

“Así me dijo: elegite todas las máquinas portátiles que necesites. Y así tomé una lijadora, una cepilladora y una tupí manual. Le entregué los 1500 pesos que tenía y en un mes, empecé con la devolución de ese préstamo que me hizo y de dio vida”.

Este gesto generoso apoyo le permitió dar sus primeros pasos en la carpintería.

Eldor no desperdició esta oportunidad y se comprometió a trabajar sin achicarse para cumplir con su deuda. Y así pudo reembolsar el dinero adeudado y cumplir con su sueño de la niñez. Luego, acordó reducir su tiempo de trabajo en el aserradero para dedicarse a la carpintería. Como los resultados fueron muy superiores a lo que esperaba, tuvo que dejar esa tarea y pudo dedicarse a tiempo completo a su verdadera pasión. 

Con el paso de los años, Eldor demostró ser un artista en el manejo de la madera. Comenzó por fabricar aberturas para su propia casa. Después fue el turno de muebles de cocina. En la actualidad, se especializa en este tipo de productos, donde su destreza avala una sólida reputación.

“Trabajo sobre pedido. A mí, el cliente me viene con una idea que tiene. Por ahí viene con tres, cuatro, cinco fotos de lo que quiere. ‘Quiero que el mueble tenga esto de esta imagen, esto de aquella otra y así’. Y listo: así nunca hago un dibujo. Yo lo mentalizo!”

Así, Eldor apoya su dedo índice contra la cabeza y dice: “El dibujo está acá dentro!”

spot_img

Ultimas Noticias