Era humorista porque hacía reír de una manera única: saber observar y representar al hombre de frontera. Llegó a actuar en grandes festivales del norte y ahora además estaba a cargo de un organismo que atendía personas (como él) con diferentes capacidades. Tenía 41 años y además era comunicador social y poseían con su padre Buki Rosa un teatro
Quizá la despedida más sentida es de Mónica Santos, una comunicadora (igual que él) que lo conocía muy bien. “Me duelen mucho los pies con este frío. Siempre me duelen, siempre han dolido, nací con ese dolor. A veces duele más, a veces menos y tengo la certeza de que me seguirán doliendo mientras siga caminando. Nomás que no ando quejándome para buscar la conmiseración de nadie. Hoy les cuento esto nomás porque muchas veces oigo gente quejarse por todo y en realidad no es nada”.
“A mí caminar me duele, pero significa que avanzo, que sigo hacia adelante, aunque duela sigo avanzando. Y la vida es un poco eso también, avanzar a pesar del dolor. Crecer también duele”.
“PD: el mensaje sería que ando con poca paciencia para escuchar quejas tontas, no son días para romper los productos gallináceos”.
Y Santos terminaba así: “Fer Rosa, lo escribiste hace un tiempo y en ese momento me sirvió mucho leerte. Que descanses en paz, capo. Ya pasaron tus dolores pero nos duele a nosotros tu partida. Todo Misiones te va a extrañar”)”.
Y es verdad, Misiones llora la partida de su humorista popular. El Rulo Espínola fue su gran logro, pese a ello, desarrolló ese histrionismo que tenía en la sangre y lo mamó desde chico con su papá Buki Rosa.
Nacido en Posadas y junto a su padre gestionaban el teatro Mandové Pedrozo, en más de una ocasión, Rosa contó con orgullo sus historias como “comerciante de frontera”. Y, a lo largo de su carrera hizo reír a miles de personas. (El que desee ver esas actuaciones solo tiene que poner Rulo Espínola en el Festival Nacional del Litoral y lo encontrará). También actuó en el Festival Nacional del Chamamé.
“Encontré este personaje que me permitió conectar muy bien con la gente. Además, identifica mucho a la gente porque tiene esa viveza. Lo gracioso de Rulo es que ante la adversidad, él encuentra la vuelta”, dijo Rosa.
Además, estuvo al frente de la Dirección de Discapacidad de Posadas, dependiente del Concejo Deliberante.
Actualmente, se desempeñaba como subsecretario de Discapacidad en el Ministerio de Desarrollo Social de Misiones. Y siempre apuntó a fomentar y promover políticas y legislaciones que eliminen las barreras físicas e institucionales que impiden, su plena e igualitaria participación en la vida comunitaria. “Este es un espacio que estaba faltando, que suma innovación, y herramientas para pensar a las personas con discapacidad desde el lugar de la inclusión”, dijo -en su momento- Rosa.
