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domingo, abril 28, 2024

¿Dónde estás ‘Biodiversidad’ que no te puedo hallar? Ah, estás en Misiones

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El Día Internacional de la Biodiversidad se decretó por decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 20 de diciembre de 2000. En la Argentina, Misiones es la capital de la Biodiversidad ya que posee más de la mitad de la misma

Cada 22 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Biodiversidad, también conocida como diversidad biológica. Esta fecha fue decretada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de crear conciencia acerca de la importancia que tiene la biodiversidad para los seres humanos y la necesidad de cuidarla y preservarla para las futuras generaciones. Misiones posee el 52 por ciento de la biodiversidad

El Convenio sobre la Diversidad Biológica o Biodiversidad se firmó en 1992, en la Cumbre para la Tierra de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Fue aprobado por 196 países, estableciendo la aplicación de los acuerdos en los distintos sectores.

Este valioso instrumento internacional tiene como objetivo la protección, cuidado y conservación de la diversidad biológica de todo el planeta.

La bellísima yacutinga o pava de monte

El compendio, en una novela

La novela Socoro, el desesperado grito de la selva es una muestra de la biodiversidad misionera.

Recomendable para cualquier escuela secundaria, la historia narra la aventura de dos adolescentes tucanes que interactúan con todos los elementos vivientes del monte de Misiones. Cargado de emociones, momentos duros y datos sorpresivos.

Quizá el lector se sorprenda con el primer dato de Socorro: los tucanes comen carne (además de huevos y otros alimentos). Y lo primero que buscan para alimentar a sus crías es cazar los pichones de boyeros. O sea, matan para vivir. Puede ser que caiga un mito. Pero es la pura realidad.

Así de dura es la ley del monte.

Y “Socorro: el desesperado grito de la selva” no intenta pintar un paraíso idílico donde –como en el libro de las profecías de Isaías- el buey duerme junto al león y el cordero pacerá con el lobo. Acá la cosa es a suerte o verdad y con un equilibrio delicado que el flamante libro de Eduardo “Balero” Torres pone de manifiesto en cada página.

En cada página, la biodiversidad misionera aparece con un detalle de libro de Biología.

“Eduardo refleja en estas páginas –señala el ingeniero forestal  Jaime Gustavo Ledesma– sus profundos conocimientos técnicos como agrónomo, conocedor de la territorialidad y problemática ecoambiental regional, en particular la provincial. Por su experiencia y desarrollo profesional y también por su apasionada vocación política que le llevó transitar cada centímetro de esta bella y biodiversa tierra colorada y verde; colorada por el rojo laterítico de sus suelos, y verde por su frondosa y arbórea vegetación, circundada por una imbricada red hídrica, donde se alberga una fauna única, que es la que da vida protagónica a cada una de las historias relatadas en este libro”.

Es un libro para todas las edades, pero los estudiantes del secundario podrán verse representados por Pico y Tuki, la pareja adolescente de hijos de Tuco y Tuca, curiosos y sin temores para preguntar acerca de todo.

“El autor crea sus personajes a partir de la flora y la fauna más autóctona, como magistral recurso para describir todo lo que dejamos pasar en las clases de Botánica, Zoología, Biología y otras tantas materias escolares por las que transitamos todos. Entonces Tuco, Tuca, Pico y Tuki ya no son tucanes ruidosos y picudos, sino los encargados de llevarnos a sobrevolar este territorio multicolor y diverso al que llamamos Misiones”, señala con acierto la periodista y profesora de Letras Zuni Fariña en su prólogo.

De qué va la historia

“Cuando lo leí me adentré en un mundo natural animado con historias sencillas, cotidianas e intrigantes que nos van internado en la complejidad biológica de nuestra selva misionera, ese gran ecosistema boscoso definido como mata atlántica interior, que involucra territorialmente a los tres países limítrofes, noreste argentino (todo Misiones y norte de Corrientes), toda la región oriental del Paraguay y sur del Brasil, donde nuestra provincia sigue conservando la mayor territorialidad continua en la región”, indicó Ledesma.

Y  no es una obra menor. Son 400 páginas de aventuras en la selva misionera, una especie de “road movie” (película de aventuras en la ruta) donde una pareja de hermanos averigua todo y –como en Terminator- ven que se aproxima un “peligro inminente”.

Y agrega Fariña: “Entonces los cuatro ya no son tucanes ruidosos y picudos, sino los encargados de llevarnos a sobrevolar este territorio multicolor y diverso al que llamamos Misiones. Con el marco de selva, arroyos, cascadas y otros animales ‘convivientes’ en este espacio, la familia de tucanes decide emprender un viaje –porque toda historia que representa a un pueblo tiene un viaje que se hace mito y un mito que nos contiene-, con el objetivo de superar los límites territoriales de la tucanada y descubrir el mundo”.

Las ilustraciones de buena factura corresponden a la Mg. Mariela Montero Santander. (arriba de estas líneas).

Una meta: amar la selva misionera

Para Ledesma, se trata de un libro aconsejable para todo tipo de público. “Para todo aquel que quiera aprender sobre nuestra ecología regional, y también para el lector técnico, avezado en conocimientos sobre biología, botánica y ecología regional porque termina siendo una reconfortante lectura”. Y finaliza con una consigna clara: “Conocer para querer, querer para proteger. La protección de la Selva Misionera un desafío y compromiso social colectivo”.

Para Fariña, “el viaje de la familia de tucanes llega a la ineludible realidad anunciada en cada capítulo, en forma de rumores que reproducen plantas y animales que adelantan la inminente llegada del hombre blanco, quien con su ambición desmedida viene a destruir el ambiente que los contiene”.

Para finalizar así: “Es una narración que cautiva, suma infinidad de detalles técnicos que no abruman porque equilibra conocimiento científico y lenguaje literario de manera inteligente e interesante. Riqueza descriptiva y un hilo que no se pierde, sino que se afianza mientras viajamos… y nos metemos selva adentro, para vivir esta Misiones Hermosa desde otra perspectiva y ¡ojalá! para descubrir algo que nos lleve a asumir otro nivel de compromiso con la conservación de semejante riqueza natural”.

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