Cinco gobernadores de provincias del norte se encontraron con representantes del Poder Ejecutivo Nacional en Salta: La vicepresidente Victoria Villarruel se reunió con el mandatario provincial Gustavo Sáenz y los gobernadores Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca), Hugo Passalacqua (Misiones) y Carlos Sadir (Jujuy). Y luego el ministro del Interior, Guillermo Francos hizo otro tanto
Victoria Villarruel tenía un padre militar y estaba orgullosa de él. Dijo cuando asumió como vicepresidente que iba a asistir a cada acto patrio que se celebrara en el país. El martes 20 se recordaron los 211 años de la batalla de Salta que ganara Manuel Belgrano con los gauchos de Güemes para la libertad. Ella se instaló en Salta el sábado y comenzó a desplegar su accionar político. Y así pudo reunirse con cinco gobernadores asistentes al evento: Gustavo Sáenz, el mandatario local, y sus colegas Osvaldo Jaldo de Tucumán, Raúl Jalil de Catamarca, Hugo Passalacqua de Misiones y Carlos Sadir de Jujuy.
Pocos días antes estos gobernadores fueron (mal)tratados por el presidente Javier Milei quien los consideró traidores. Más cruel aún el mandatario nacional desde Corrientes apostrofó a los parlamentarios argentinos como “ratas”. Y que se consideraban a sí mismos como Las fuerzas del cielo
Todo lo contrario de Villarruel que se maneja como una bailarina de ballet, pasos delicados pero firmes. Y aunque estaba en presencia de estos cinco traidores (en la palabra del Presidente) no dejó de reunirse con ellos.
Los mandatarios provinciales le anticiparon a Villarruel que insistirán en el Congreso en la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid) y los subsidios al transporte público. La respuesta de Villarruel habría sido escueta. Según La Política Online (LPO), ella les sugirió que debían presionar a Mauricio Macri pero suena a poco creíble.
La crónica destacó estas cuestiones: “La foto de Villarruel con cinco gobernadores tiene un impacto político por sí sola, pero mucho más si se tiene en cuenta la pelea de Milei con las provincias, a las que acaba de cortarle la mayoría de las transferencias. No sólo eso: desde el gobierno señalaron públicamente como “traidores” a Sáenz y Passalacqua, entre otros, por el fracaso de la ley ómnibus. Al salteño además le echaron a su funcionaria Flavia Royón. Y Sáenz la semana pasada cruzó a Milei en duros términos: “Acá hay gauchos que no se arrodillan”, dijo, según señaló LPO.
Hay un dato más, sugerente: Nadie explicó públicamente el motivo del viaje previo de la Vicepresidente, que mostró un perfil dialoguista, pero está claro que esmerila la ya vapuleada imagen de Francos, quien no pudo cumplir casi ninguno de los acuerdos que asumió con los gobernadores y cuya palabra cada vez pesa menos. Villarruel, consciente que arrancará un breve una agenda legislativa intensa, busca tener llegada directa con la mayor cantidad de gobernadores posibles, puesto que los senadores representan a las provincias.
Con Francos
El cónclave de Francos con los gobernadores se concretó pasado el mediodía del martes 20 en la Residencia Oficial del gobierno salteño. Uno de los ejes fue el anuncio del Gobierno nacional, de la semana pasada, de eliminar los fondos fiduciarios por u$s 2.000 millones que ayudará a finalizar obras públicas de grandes dimensiones, los planes de ayuda para la compra de garrafas, la construcción de viviendas sociales y el apoyo a la ciencia. Es decir, impactará de manera directa en los ingresos de las provincias.
Los gobernadores pretenden que se retrotraiga esa decisión. Francos, se deslizó, no asumió ningún compromiso, pero sí de mantener abiertos los puentes. También le plantearon al funcionario político del Gabinete nacional los problemas que ya hay en sus distritos por la poda de otros recursos coparticipables, como las transferencias no automáticas.
De todos modos, se sabía que Francos no iba a prometer nada. ¿Por qué? Porque cada vez que los mandatarios se sentaron con Francos el presidente Milei lo desmentía y se caían los acuerdos con los jefes provinciales; no tendría mucho sentido propiciar que eso se repitiera.
Luego del maltrato de Milei, el gobernador de Salta respondió: “Acá hay gauchos que no se arrodillan”, respondió
Villarruel llegó a Salta el sábado 17 y participó de varios eventos, incluyendo la visita a peñas. Más tarde llegó a Salta en representación de Javier Milei, el ministro del Interior, Guillermo Francos.
Villarruel mantiene la tradición de los festejos patrios, tal como sucedió con la batalla de San Lorenzo, lo que provocó su encuentro con Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe.
El gobernador Passalacqua es un profundo conocedor de la Historia argentina y no se perdió el evento. No sólo por la recordación sino por la carga política que traía consigo. Antes del choque con las tropas españolas de Juan Pío Tristán, el 13 de febrero de 1813, a orillas del río Pasaje, Belgrano tomó juramento de lealtad a la Asamblea Constituyente y a la bandera blanquiceleste que había diseñado en Rosario (Santa Fe). Por eso rebautizó el río, Juramento. Y luego, aún siendo un simple abogado, dirigió sus tropas para vencer a las huestes monárquicas de España.
Por qué Milei envió a Francos
Queda la duda, entonces, de por qué el Presidente intenta ahora tirar puentes con los gobernadores. Sencillo. Una sola palabra: litio.
La Casa Rosada está particularmente interesada en mantener la mejor relación posible con Sáenz y Jalil debido a que en sus provincias se encuentran los yacimientos de litio más importantes del país y el Gobierno nacional promueve en el exterior la inversión de empresas extranjeras. En su radicación juegan un papel clave las provincias, al depender de ellas autorizaciones esenciales para la actividad minera.
