Un par de cacos se puso máscaras e irrumpieron en la casa de una pareja. Se llevaron dinero y un celular. No fueron lejos: una patrulla rural no se intimidó por los disparos y quedaron deternidos
Marcos de 28 años y Claudio de 49 se sintieron valientes detrás de sus máscaras e ingresaron a una vivienda del barrio Santa Teresa en Puerto Piray. Igual que los personajes de la famosa novela de Anthony Burgess, La Naranja mecánica, recurrieron a la intimidación para hacer sus fechorías. La pareja residente un hombre de 44 y una mujer de 42 prefirió no resistirse.
Y claro: la amenaza de muerte a una pareja surtió sus efectos y terminaron robándo 54 mil pesos y un teléfono celular. Nada mal para una noche de trabajo. Quizá ya iban pensando en cuántas cervezas se iban a tomar con el dinero y a cuántas chicas iban a poder llamar con el celular robado. O quizá lo transformaran rápidamente en efectivo. Nunca se sabe. La vida del chómpira no es fácil. No, señor.
Cerca de las 21:30 horas, los efectivos de la División Policía Rural de Montecarlo realizaban recorridas de prevención por dicha zona, cuando sorprendieron a los sospechosos, quienes en su intento de huida comenzaron a efectuar disparos contra los agentes y se ocultaron en una zona de monte. Siempre hay un montecito o capuera para esconderse.
Rápidamente, los agentes solicitaron apoyo y junto con los integrantes de la Comisaría de Puerto Piray llevaron a cabo un operativo cerrojo y rastrillajes, y allí se acabó la aventura: lograron detener a los delincuentes que tenían en su poder un rifle modificado de aire comprimido adaptado a calibre 22, elemento que fue secuestrado.
Seguidamente, el hombre y la mujer que habían sido asaltados efectuaron la denuncia en la comisaría, donde manifestaron que los delincuentes encapuchados habían ingresado a su hogar con un rifle y un revolver, quienes tras maniatarlos le sustrajeron dinero en efectivo, recaudación de un kiosco, y se dieron a la fuga a la llegada de la policía.
